La economía mundial retrocederá el primer trimestre por el virus
La OCDE rebaja el crecimiento al menos 5 décimas este año y la UE admite que ha pecado de optimista
La economía mundial registrará posiblemente “un crecimiento negativo en el primer trimestre de este año”, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Esta caída provocará que el 2020 se cierre con un avance del 2,4% frente al 2,9% previsto: el PIB global perderá cinco décimas. Es la primera cuantificación oficial hecha por un organismo internacional del impacto causado por el estallido de la epidemia del Covid-19. Y esto, en el mejor de los supuestos.
La OCDE señaló el turismo, el sector de la electrónica, el farmacéutico, el ocio y la automoción como los sectores más vulnerables. En términos generales, el organismo indica que habrá efectos tanto en la oferta (cierre de fábricas, destrucción de la cadena de valor global) como en la demanda (pérdida de empleos y de confianza, retroceso del consumo).
Mucho se debe, según el informe, a la importancia que tiene China, epicentro del virus, que representa un 17% del PIB mundial, el triple que en el 2002.
Walter Sherck, gestor en Kersio Capital, es prudente. “Hay que asumir que habrá un daño económico. Si hay un retroceso sólo en el primer trimestre, esto significaría una reducción de los beneficios de un 25% a escala anual. Con las actuales valoraciones de las compañías, la corrección bursátil ya es suficiente”, razona. Para él, “es más interesante preguntarse qué ocurrirá después, si se podrá volver al ritmo de crecimiento habitual o si quedará un pozo o debilidad que impida el retorno a la normalidad”.
En este sentido, si las cosas fueran a peor, es decir, si al contagio que sufre el hemisferio norte del planeta se sumara también el sur, entonces el impacto del Covid-19 llegaría a ser superior, según la OCDE, ya que el crecimiento caería a la mitad, hasta el 1,5%.
Junto con el riesgo de la economía real o basada en productos y servicios, está el riesgo financiero, igual o más preocupante, según la OCDE, ya que a escala mundial, poco más de la mitad de los nuevos bonos corporativos emitidos en el 2019 fueron calificados con BBB (al borde del bono basura) y una cuarta parte de todos los bonos corporativos, por debajo de ese rating, es decir, especulativos. “Esto aumenta el estrés corporativo de forma significativa si la aversión al riesgo se intensifica desde niveles ya altos”, advirtió el organismo.
La economista jefa de la OCDE, Laurence Boone, no habló ayer de recesión sino de contracción. Pero el banco de inversión Goldman Sachs, en un informe difundido ayer, fue más duro sobre Europa por la debilidad de Italia, donde la economía está paralizada, y Alemania, cuyo sector automovilístico está envuelto en la incertidumbre. “Nuestras previsiones ponen a Europa al borde de la recesión, sin crecimiento en el primer trimestre y con una contracción del 0,3% en el segundo”. En lo que se refiere a España, el grupo bancario rebajó medio punto, del 1,8% al 1,3%, su previsión de crecimiento económico para España.
Boone hizo ayer varios llamamientos. Reconoció que, en este contexto, sería conveniente que acabara la guerra comercial ya que perjudica a una economía ya debilitada. “Pese al acuerdo entre China y EE.UU., las tarifas siguen sustancialmente más altas respecto a hace dos años”.
Asimismo, invitó los bancos centrales “a mandar una señal”, para demostrar que “están dispuestos a actuar”. El viernes pasado, la Reserva Federal ya dijo que seguía de cerca la crisis sanitaria y que actuaría de la forma adecuada para apoyar la economía con las herramientas a su alcance.
Ayer, le tocó el turno al BCE. Luis de Guindos, su vicepresidente, subrayó que el banco central está “preparado para ajustar todos sus instrumentos si la expansión del coronavirus acaba afectando a la inflación”.
El mercado espera una reacción, que no puede ser sólo monetaria.
Boone, de la OCDE, también instó a los países a poner en marcha medidas de varios tipo, incluyendo estímulos y ayudas fiscales (desde suspender el pago del IVA o retrasar los plazos de las hipotecas) para sostener las economías porque “los bancos centrales por sí solos” no pueden hacerse cargo de todo.
También en este caso, la llamada surgió efecto porque a las pocas horas de este llamamiento, se produjo un comunicado conjunto del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, un hecho poco habitual. “Utilizaremos nuestros instrumentos disponibles, incluyendo financiación de emergencia, asesoramiento sobre políticas y asistencia técnica”.
El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, recogió el guante. “Habrá una acción concertada. Ayer hablé con el presidente del G-7, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, y esta semana tendremos una reunión por teléfono de los ministros de finanzas del G-7 para coordinar nuestras respuestas”, declaró ayer.
La perspectiva del rescate público llevó ayer una cierta calma a los mercados, sumidos en una fuerte volatilidad. Mitigaron las caídas o rebotaron sin demasiado entusiasmo. El Ibex subió un 0,2%, pero Frankfurt (-0,3%) y Milán (-1,5%) siguieron retrocediendo. En cambio, Wall Street avanzó más de un 2% y el petróleo se disparó por encima del 5% ante la inminente reunión de la OPEP, que empieza hoy. En el mercado de bonos, el de Estados Unidos a diez años llegó a cotizar por debajo del 1,1%.
COMUNICADO CONJUNTO
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