Puigdemont alimenta la vía unilateral para marcar perfil frente a ERC
Los republicanos replican al expresident que diálogo y movilización son compatibles
La mesa de diálogo entre gobiernos apenas ha echado a andar, pero en Jxcat ya se habla de plan B. Los posconvergentes no han dejado de recelar de las posibilidades de éxito de la negociación pese a las buenas palabras tras el primer encuentro, así que reclaman a ERC que no se pongan todos los huevos en la misma cesta. Diálogo sí, pero desde un escepticismo que les lleva a seguir defendiendo la vigencia de la alternativa que auguran más probable frente a las “falsas expectativas” de la mesa: volver a la unilateralidad.
“No podemos renunciar nunca a la vía unilateral”, proclamó ayer Carles Puigdemont en Catalunya Ràdio, siguiendo el eco del mitin del sábado en Perpiñán. Jxcat no ve voluntad de acuerdo en la Moncloa y es por ello que enfatiza el “legítimo” papel de la movilización permanente y la desobediencia en el proceso soberanista.
De hecho y aún sin mencionarlo, el propio expresident disipó la efectividad de la línea gradualista de ERC. Así recalcó que aunque el independentismo superase el 50% de los sufragios seguirá chocando una y otra vez “contra la pared de represión del Estado”. “¿De verdad alguien cree que entonces el Estado estará de acuerdo en negociar una separación amistosa?”, argumentó. Ante ello, Puigdemont quiere capitalizar el plan B.
Con su defensa de la unilateralidad los posconvergentes también tratan de atar a Esquerra al futuro de la mesa de diálogo en los albores de una precampaña electoral que pondrá a debate las diferentes estrategias de los partidos independentistas. De este modo, atribuyen a los republicanos el precio de cualquier turbulencia en el diálogo.
Pese a ello, y más allá de los discursos públicos, Waterloo no quiere quedarse al margen de la negociación entre la Moncloa y la Generalitat. El jefe del Govern, Quim Torra, quiso coger las riendas de inicio y Puigdemont ha situado en la mesa dos nombres afines como Elsa Artadi y Josep Rius.
El grado de escepticismo en Esquerra con respecto a la mesa de negociación es similar. “Pero es una vía no explorada todavía y hay que aprovecharla”, argumentan desde el partido. En la ponencia política que aprobaron en diciembre, hay un orden de preferencias para conseguir la independencia. Primero, la pactada para celebrar un referéndum de autodeterminación. La segunda, la de “forzar al Estado” a convocarlo. Y en defecto de las dos anteriores, ERC afirma que no puede descartar “la vía de volver a hacerlo [el referéndum], si puede ser acompañados de complicidades internacional, pero independientemente de la existencia
Los posconvergentes buscan atribuir a Esquerra cualquier turbulencia en la mesa de diálogo con la Moncloa
del acuerdo con el Estado”.
Este orden de prioridades de los republicanos es el que explota Jxcat para diferenciarse de Esquerra, además de la apuesta decidida de los posconvergentes por la “confrontación” y la “movilización permanente”. Ayer, Marta Vilalta, secretaria general adjunta de ERC, replicó a Puigdemont que diálogo y movilización son compatibles. “Son dos caras de la misma moneda”, justificó la también portavoz.
De puertas adentro, los republicanos no dudan en criticar que el acto de Perpiñán fue un mitin de Jxcat. De cara al público, ERC se cuida mucho de hacer cualquier referencia al respecto e incluso valora que fue “una demostración de fuerza del independentismo enorme”. Ahora bien, escoció el “no nos dejemos engatusar por unas fotos y un diálogo engañoso” de Clara Ponsatí desde el escenario de Perpiñán. “Nos decían hace un tiempo que sentar al Estado era imposible, y ahora nos dicen que la mesa no servirá para nada”, reprochó Vilalta a Jxcat mientras daba cuenta de que ahora el independentismo “ha sentado al Gobierno para dialogar”, por lo que, a su parecer, “no cabe plantearse escenarios B”.