El coronavirus cierra el Louvre, la Scala y las ferias del libro en Francia e Italia
El escritor Luis Sepúlveda da positivo a su regreso a Gijón de una feria portuguesa
El anuncio en cascada de la suspensión de las ferias literarias y otros certámenes culturales programados para los próximos días por el riesgo de contagio del coronavirus está extendiendo la prevención al mundo de la cultura. De hecho, el escritor chileno Luis Sepúlveda, que reside en Gijón, fue el primer caso de contagio de Asturias, una semana después de regresar del norte de Portugal. Sepúlveda participó en la feria literaria Correntes d’escritas, de Póvoa de Varzim, que se celebró del 18 al 23 de febrero; su esposa presenta cuadro febril pero aún no se le ha confirmado la enfermedad. Las autoridades sanitarias españolas y portuguesas se han puesto en contacto con las personas que estuvieron con Sepúlveda, para activar el protocolo de prevención. Portugal no tenía casos hasta ayer, cuando se confirmó el contagio de un ciudadano que estuvo en el norte de Italia de vacaciones.
Se da la circunstancia de que la literatura catalana fue invitada por primera vez al festival de Póvoa de Varzim, población de la costa atlántica situada al norte de Oporto. Según fuentes del Institut Ramon Llull, los escritores catalanes que participaron en la feria han regresado sanos y salvos, pero, asesorados por los servicios sanitarios, están siguiendo los protocolos establecidos de modo preventivo. La escritora Tina Vallès, invitada al festival junto a Melcior Comas, Najat el Hachmi y Marta Orriols, no pudo viajar porque estaba enferma: “Una enfermedad me ha salvado de la otra”, declaró.
En cuanto a las grandes ferias programadas, ya se ha confirmado la suspensión del Salón del Libro de París y la Feria del Libro para Niños de Bolonia. También pende de un hilo la Feria del Libro de Londres, que está anunciada del 10 al 12 de marzo. Planeta ya ha decidido no asistir, como medida preventiva hacia las personas que habían de viajar. El Gobierno británico anunciará en breve su estrategia contra el virus, con el posible cierre de colegios y la cancelación de actos públicos de todo tipo.
El impacto de la epidemia es cada vez mayor en el mundo cultural francés. Por segundo día consecutivo cerró el museo del Louvre. Los empleados esgrimieron el “derecho de retirada”. La plantilla hace uso de una prerrogativa de la legislación laboral que permite abandonar el puesto de trabajo, de manera unilateral y repentina, si se plantea “un riesgo grave e inminente”. El cierre del museo suscita un cierto conflicto con el Ministerio de Cultura, que se opone a una medida tan radical. En teoría, en el museo no se da la circunstancia de una aglomeración de más de 5.000 personas –en el mismo momento– en un recinto cerrado, lo cual implicaría la clausura, según las nuevas normas, pero es obvio que el personal está inquieto y no quiere correr riesgos.
El Covid-19 también ha provocado la anulación del Salón del Libro de París, la mayor manifestación literaria francesa, con 170.000 visitantes esperados, procedentes de 50 países, además de 340 autores. Debía celebrarse entre el 20 y el 23 de marzo. Otra feria cultural, el Paris Manga & Sci-fi Show, previsto para el 7 y 8 de marzo, también se ha cancelado. El año pasado esta feria acogió a 75.000 visitantes. La feria Art’up de Lille que debía celebrarse del 5 al 8 de marzo y esperaba congregar a más de 750 artistas y unos 40.000 visitantes, ha sido aplazada al 25-28 de junio. En cambio, la feria de arte antiguo de Maastricht (Países Bajos) prevista entre el 6 y el 15 de marzo se mantiene.
Otros actos culturales y espectáculos también están sufriendo las consecuencias en París, Nantes, Estrasburgo, Dunkerke y otras ciudades, donde se han suspendido conciertos y concursos artísticos, así como fiestas de carnaval. Se está creando una inseguridad total, tanto para los organizadores como para el público. / Eusebio Val
En Italia la emergencia sanitaria por el coronavirus ha impactado de pleno en la actividad cultural. En las tres regiones más afectadas, los museos ya están abiertos, pero el Gobierno ha decretado que deben acondicionar sus espacios para que se respete la distancia de al menos un metro –la que consideran necesaria para evitar las partículas que transmiten el virus– entre los asistentes. Los cines y teatros de estas tres regiones permanecen cerrados, y eso significa que se han suspendido todas las funciones por lo menos hasta el próximo domingo, en La Scala de Milán, que estos días tenía en programa El turco en Italia, de Rossini, así como en el teatro La Fenice de Venecia, donde se ha aplazado el concierto del pianista austriaco Rudolf Buchbinder. También se ha prohibido cualquier tipo de manifestación cultural en estas tres regiones.
En Venecia, el carnaval suspendió sus últimos dos días, así como otros carnavales de ciudades italianas como el de Ivrea, después de la disputa de la tradicional batalla de las naranjas. El Duomo de Milán volvió a reabrir ayer después de estar días cerrado. Este domingo no se celebró la apertura gratuita de los museos nacionales italianos que tiene lugar una vez al mes.
Además se han cancelado algunas manifestaciones culturales, como el Festival de Periodismo de Perugia –que debía celebrarse a principios de abril– o el festival dedicado a la literatura nórdica organizado para el 27 de febrero en Milán. También se han aplazado a mayo el Bergamo Film Meeting y la Feria del Libro para Niños de Bolonia. Por ahora las restricciones no afectan al resto de las regiones, y continúa en pie la gran exposición por el 500.º aniversario de la muerte de Rafael en las Scuderie del Quirinale de Roma, que arrancará este jueves. / Anna Buj