La Vanguardia

“La Iglesia católica se apropiará un día del matrimonio gay”

Bruno Bimbi, activista por los derechos LGTBI y el matrimonio igualitari­o

- Víctor-m. Amela

Tengo 41 años. Nací en Avellaneda (Argentina), viví diez años en Brasil, y me he refugiado en Barcelona. Soy doctor en Estudios del Lenguaje por la Pontificia Universida­d Católica de Río de Janeiro. Soy soltero. Soy demócrata y liberal de izquierdas. Soy ateo

Cuándo llegó a Barcelona? Hace un año, con cuatro maletas, para quedarme... y respirar. ¿Qué le pasaba? Huí del fascismo en Brasil: habian asesinado a mi amiga Marielle Franco. ¿Quién era ella?

Socióloga, negra, lesbiana, feminista, hija de la favela, y concejal por el PSOL, nuestro partido socialista en Río.

¿Quién la asesinó?

Mafiosos cercanos a Jair Bolsonaro: nos odian por defender los derechos LGTBI.

Formula usted una fuerte acusación...

Detenido el que disparó, es de esa mafia: su hija es novia de un hijo de Bolsonaro.

¿Temió usted ser asesinado?

Pedí protección para mí y para Jean Wyllys, diputado del PSOL del que fui asesor durante la campaña electoral del 2018: ganó Bolsonaro... y decidimos largarnos de Brasil.

¿Tan grave es la situación?

¡Bolsonaro es fascista, y odia a Wyllys más que a nadie en el mundo! Por años se sentó tras él en el Congreso, para susurrarle: “¿Diste mucho por el culo esta semana?”.

¿Y los brasileños aceptan esto?

“Culo ambulante”, “maricón”, “culo roto”, “quemarosca”, le ha ido soltando, y un día Jean se volvió y le escupió en la cara.

Ay.

Liberó tensión acumulada: Bolsonaro lleva años acusándole de pederasta y corruptor de menores, con fotos trucadas...

Los españoles no toleraríam­os esto.

La homofobia sigue siendo una bolsa de voto. Pero Abascal, al lado de Bolsonaro, ¡parece un socialdemó­crata sueco!

Vierte sombras sobre las escuelas...

Bolsonaro inventó que Wyllys repartía un kit gay para pervertir a niños en colegios.

Yta maña falsedad... ¿funciona?

Como en la edad media: se acusó a los judíos de sacrificar niños, y la gente quemó los guetos. Hoy se usa a los niños para ganar elecciones, y conquistar el poder y dinero. Abascal no es homófobo, sino un farsante aprovechad­o, igual que Silas Malafia en Brasil.

¿Silas Malafia?

Pastor evangélico multimillo­nario, de profesión antigay: ¡repite más veces la palabra “gay” que “Jesús”! Y le resulta rentable.

¿Cóm oco mbatir las falsedades?

Con verdad y claridad ante la sociedad. Y me baso en la experienci­a personal. En mi adolescenc­ia, en Argentina, como mis amigos, tuve novia. Y a los 22 años... besé a un chico.

¿Y?

Hasta entonces yo había creído que besar... era muy aburrido. Y desde entonces, deploré haber desperdici­ado mi adolescenc­ia.

¿Y qué me quiere decir?

Que nadie nunca debiera pagar tan alto precio por miedo o vergüenza a sentir algo, y a ese logro yo le llamo “el fin del armario”.

Explíquese.

La sociedad debe salir del armario, y así ahorrarle al joven ese trauma. A eso contribuyó el debate sobre el matrimonio igualitari­o y su aprobación en España. Y en Argentina.

¿Participó usted en Argentina?

Llegó allí Pedro Zerolo, le conocí, hablamos..., y colaboré en mi país en la campaña por el matrimonio igualitari­o. ¡Y lo logramos! Zerolo es mi héroe: hemos derrotado la presunción de heterosexu­alidad.

¿Qué dijo el cardenal Jorge Bergoglio?

Que era satánico: pensó que entorpecía su carrera al papado. Un día... la Iglesia se apropiará del matrimonio gay como hace siglos se apropió del matrimonio heterosexu­al.

¿Qué país es el peor para ser gay?

África: te ejecutan. Oriente Medio, Arabia Saudí, Irán, países exsoviétic­os...

¿Y en Cuba?

Castro fue atroz, reprimió a los homosexual­es. Su sobrina ha pedido perdón, eso acabó.

¿Y en Venezuela?

Maduro es un dictador tan homófobo como Bolsonaro. No criticar a ambos es cara dura.

¿Y Corea del Norte?

Un norcoreano huyó porque está prohibido divorciars­e, y en Corea del Sur descubrió qué era la homosexual­idad, y que él lo era.

¡Corea del Norte sería el paraíso de Jair Bolsonaro!

Es un bruto, zafio, analfabeto, ha creado un Gobierno de burros lunáticos. “¡Prefiero que mi hijo muera en accidente a que sea homosexual!”, ha declarado Bolsonaro. Y su hijo, claro, tiene que sobreactua­r su homofobia... para evitarse tener que hablar con su padre.

Me está insinuando usted que...

Mire, la orientació­n sexual es innata: ni se elige, ni se aprende, ni se varía, ni se contagia. Un niño no “se hace maricón”, eso no puede ser: ¡nadie logrará que un heterosexu­al pase a ser homosexual, ni al revés!

¿Lanza este mensaje a todos los padres de niños escolariza­dos?

Sabed que la educación sexual sólo variará una cosa en los hijos: ¡serán menos brutos!

Yelho mosexual, que lo sea sin culpa.

¡Será menos infeliz! Hoy, padres homófobos arruinan miles de vidas de jóvenes. Sabed esto: un día vuestro hijo os odiará para siempre. Eso... si antes no se ha pegado un tiro.

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XAVIER CERVERA

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