La Vanguardia

Multiplica­ndo panes y peces

El Barça firma una remontada agónica ante el Bayern y encadena 9 triunfos seguidos

- LUIS BUXERES

Como un piloto de rallies que es capaz de mantener su coche en pista a pesar de rozar el accidente en cada curva, el Barça sigue transitand­o por la cornisa en la Euroliga sin caerse. Convertido en arte el asomarse al abismo, el equipo de Pesic encadenó ayer su noveno triunfo continenta­l consecutiv­o ante un Bayern de Munich que acabó bloqueado por el vértigo de ganar a uno de los grandes favoritos al título. Los panes y los peces se multiplica­ron en el Palau en un partido lento, trabado y larguísimo, que superó las dos horas, pero que acabó dibujando una enorme sonrisa entre los siempre fieles aficionado­s blaugrana.

Compareció el Bayern como uno de los peores equipos de la competició­n, habiendo firmado once derrotas en sus últimos trece compromiso­s. Apenas dos triunfos a domicilio contemplab­an a los de Kostic, uno de los muchos discípulos de Pesic repartidos por las pistas europeas, que si hubieran sabido redondear una estupenda actuación cabe decir que no hubiera acabado de sorprender a nadie, peto ligrosamen­te acostumbra­do el Barça a caminar sobre el alambre y a apretar el acelerador sólo al final y cuando está contra las cuerdas.

La imponente figura de Monroe estuvo a punto de apagar las luces en el Palau. Después de 13 temporadas en la NBA, el gigante de Luisiana puso al Bayern a las puertas de un triunfo para los anales con sus 19 puntos y 8 rebotes, pero echó en falta compañía en los momentos decisivos. Monroe lideró un parcial de 0-14 en el tercer cuarto que situó un inesperado 48-65 (minuto 27) en el marcador. Después de varios partidos corrigiénd­ose a tiempo, parecía que el Barça finalmente se iba a quemar. Que su cántaro se iba a romper. El conjunblau­grana estaba sobre la lona y no le quedaba demasiado para tirar la toalla. Pesic se vio obligado a exprimir a Mirotic al máximo, cuyos signos de cansancio eran evidentes, pero su innata capacidad para anotar parecía el único tronco capaz de flotar en lo que apuntaba a un naufragio de época.

OBJETIVO ‘FINAL FOUR’

La calidad de Mirotic, el pundonor de Oriola y el bloqueo bávaro sellaron una noche mágica en el Palau

El Barça fue capaz de parar un poco el golpe gracias a la inspiració­n de Kuric pero un triple de Lo volvía a poner tierra de por medio (60-73, minuto 33). Pero entonces, el Bayern abrió la ventana y cuando miró hacia abajo le entró un vértigo sideral. Los blaugrana comenzaron a remar. Kuric anotaba un triple más el tiro adicional. Mirotic buscaba el aliento en cada ocasión que se le brindaba. El pundonor de Oriola, clave para explicar el triunfo de su equipo, seguía dibujando la reacción y animando al respetable, que ya empezaba a creer.

Dos triples consecutiv­os de Mirotic y un tercero precisamen­te del de Tàrrega devolvían el mando a los blaugrana (78-77) a un minuto para el final. El parcial de 21-4 hablaba por sí solo de la reacción blaugrana y del miedo a ganar de los bávaros. Los tiros libres de Higgins certificar­on el milagro y la afición blaugrana volvió a casa sonriendo y con la bolsa repleta de panes y peces.

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ALEJANDRO GARCÍA / EFE Adam Hanga protege el balón ante el Bayern de Munich

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