Semon se queda
El mítico establecimiento gourmet cambia a un local a 50 metros de su ubicación histórica
Semon, establecimiento de productos gourmet situado en la plaza Sant Gregori Taumaturg de Barcelona, se trasladará después de Semana Santa al local que ahora ocupa el restaurante Gregory by Semon, a apenas 50 metros de su ubicación actual. Ambos negocios pertenecen a Goumerstyl, propiedad del empresario de la restauración Pedro Robles, que también tiene La Despensa de Laforja y un servicio de catering con la marca Semon.
El cambio de local –abierto en los años sesenta por María Vidal Torné y célebre también por su restaurante L’indret– se producirá casi seis años después de que Robles se adjudicara en subasta la unidad productiva de Semon, que había suspendido pagos en octubre del 2014. Goumerstyl se impuso en la puja a Mercès, que tenía un acuerdo con Segon Canela para alquilar el local que hasta ese momento ocupaba Semon.
Sin embargo, nunca se produjo el cambio de inquilino y, tras años de pleitos, hace unas semanas el Tribunal Supremo inadmitió a trámite el recurso de casación de Semon contra el desahucio instado por su casero, que dio por vencido el contrato de alquiler hace años y jamás quiso negociar uno nuevo con Robles. Durante todo este tiempo, Goumerstyl ha consignado cada mes en el juzgado el importe del alquiler y, mientras luchaba por lo que creía suyo –el derecho a mantenerse en el local–, se ha dedicado a reflotar el negocio.
El éxito conseguido es indudable: la Semon moribunda del 2015 contaba con apenas cuatro trabajadores y una clientela en declive y hoy, casi cinco años después, ha recuperado el esplendor perdido, cuenta con una buena base de clientes y cerca de cuarenta trabajadores. En estas circunstancias, la mudanza se considera un mal menor. El restaurante Gregory by Semon, ubicado en la misma plaza y abierto en diciembre del 2018, cerrará sus puertas dentro de unos días y sus alrededor de 300 m2 se reformarán por completo para acoger el nuevo Semon. “Hemos trabajado muy duro en los últimos cinco años y ahora aprovecharemos el cambio de local para rejuvenecer la tienda, renovar su imagen y abrirnos a clientes a los que ahora no llegábamos”, señala Robles.
La inversión prevista ronda los 300.000 euros y llega poco después de que la empresa invirtiera cerca de un millón de euros en las nuevas cocinas de 400 m2 en l’hospitalet. “El proyecto por el que hemos luchado tanto continúa; no ha sido fácil, pero estamos aquí y seguiremos dando servicio en un espacio renovado, unos pocos metros más allá”, concluye Robles. Semon se va, pero se queda.
El Gregory by Semon, ubicado en la misma plaza, será reformado para convertirse en la nueva tienda Semon