Berlusconi rehace su vida
No es azar, sino otro sacrificio por Italia. En horas bajas para su pueblo, Silvio Berlusconi se inmola para levantar la moral colectiva: ha roto con la señora Pascale, de 34 años, tras un largo noviazgo, y sale ahora con la señora Fascina, de 30.
A saber en qué momento se le ocurrió llamar a su partido Forza Italia...
–¡Mira que dejarla por una jovencita! Todos los tíos son iguales.
Yo creo que no todos los hombres son iguales aunque se parezcan. Los hay que a los 83 años ni reparten bastonazos a los ciclistas ni rehacen su vida, a diferencia de Berlusconi, el ciclón de Milán, tres veces campeón ministerial de Italia.
Il Cavaliere será muchas cosas, pero hay que admitir que tiene su público y nadie podrá insinuar que las treintañeras se le arriman por su fortuna, fama o labia, sino por ese vigor que las cautiva desinteresadamente.
Italia necesita hoy ejemplos de superación, historias de crecimiento y líderes que iluminen la patria, justo lo que transmite Berlusconi con esta nueva relación, digo yo que carnal, aunque la señora Pascale le haya conectado un gancho al hígado: “Espero que encuentre a una persona que le cuide como yo”.
¿Acaso insinúa que lo que Silvio necesita es una enfermera? ¿A qué le llama cuidados? ¿Se le va la pinza y hace llamadas ocultas todas las noches a la cancillería: “Angela, sono io, il vero uomo!”? ¿Ha pensado que quizás lo que necesitaba era más sexo y menos cuidados?
De la señora Fascina sabemos que es diputada del partido que preside su novio, lo cual une mucho y sugiere que el modelo de Unidas Podemos conquista Europa. Cordialmente –no cabe otra interpretación–, la Pascale dice alegrarse al “ver a una diputada que pasea a mi perro” en alusión a una foto, aunque no aclara si era el caniche Dudú o a la caniche Dudina, los dos canes de la pareja rota y a los que convendría asistencia psicológica porque Dudina no es la misma.
Los demócratas de EE.UU. tienen que elegir entre dos candidatos que suman 155 años, pero los europeos les damos sopas con hondas y tenemos a un dirigente en activo que cuando Donald Trump no era nadie él ya mentía, cortejaba a las gobernantas nórdicas y ganaba votaciones por la cara y con la minga.
Yo sólo espero que Berlusconi y Fascina se aíslen y vivan esta relación sin temor al qué dirán ni a los comentarios de la Pascale.
¡Lo que no consiga este hombre!
No todos los hombres son iguales aunque se parezcan: Silvio tiene una novia aún más joven