Alfred Bosch
Exconseller de Acció Exterior
El hasta ayer responsable de Exteriors del Govern se vio obligado a presentar la dimisión por la gestión deficiente de un caso de acoso sexual que se produjo en su departamento y que no abordó siguiendo el protocolo adecuado.
BOSCH
El dirigente de ERC se responsabiliza y lamenta “la indefensión de las víctimas”
DE ACUERDO
Torra y Aragonès se reunieron y constataron que “no había alternativa” al cese
Punto y final a la etapa de un año y medio de Alfred Bosch al frente de la Conselleria d’acció Exterior, Relacions Institucionals i Transparència. El conseller anunció su dimisión poco después de las siete de la tarde de ayer, precipitada por las acusaciones a su jefe de Gabinete, Carles Garcias Hernàndez, de acoso sexual continuado de compañeras del departamento. Garcias fue destituido de su cargo por esta razón el 24 de enero. Pero a Bosch se le reprocha que no comunicara la situación al Govern, que no activara el protocolo previsto en la Generalitat para estos casos, e, incluso, que supuestamente intentara recolocar a Garcias en una dirección general, a pesar de las graves acusaciones.
Bosch comunicó su decisión a la directiva de ERC por la tarde después de la información que horas antes había publicado el diario Ara. En una comparecencia de prensa sin preguntas desde la sede nacional de los republicanos, en Barcelona, el extitular de Acció Exterior admitió errores: “He intentado resolver un caso de presuntos acosos de la mejor manera que he creído“. Además, reconoció que no había actuado diligentemente. “Y me sabe mal por la indefensión de las mujeres que han sido víctimas. Me sabe muy mal. Me toca asumir toda la responsabilidad”, concluyó.
“Soy muy consciente de los valores republicanos que siempre he defendido y la situación se ha hecho insostenible (...) Soy consciente de que me tengo que ir. He presentado mi dimisión como conseller”, añadió.
Bosch aseguró que tiene “muy claro” que es “más útil” yéndose que quedándose. “Entré en política hace nueve años de la mano de Oriol Junqueras y desde el principio le prometí que no venía a molestar”.
En todo caso, su dimisión ya se empezó a fraguar por la mañana. Quim Torra se reunió con Alfred Bosch en el Palau de la Generalitat para pedirle explicaciones y, según ha podido La Vanguardia, el presidente le pidió que reflexionara. Un posicionamiento que ERC no hizo más que reforzar al pedirle su dimisión, antes incluso que compareciera Marta Vilalta, portavoz de los republicanos, asegurando que avalaba la actuación del que todavía era conseller.
Por la tarde, hubo un nueva reunión entre Torra y el vicepresidente del Govern y coordinador nacional de Esquerra, Pere Aragonès. En este encuentro, los dos constataron
“que no había alternativa” a la dimisión de Bosch.
Desde la presidencia de la Generalitat aseguran que la “situación es muy grave, sea cual sea la conselleria” y afirman que la decisión “no es cuestión de partidos”. Hoy por hoy, es probable que la conselleria la asuma Aragonès provisionalmente, a la espera de un nombramiento para el cual suenan Aleix Villatoro, actual secretario general del Departament d’acció Exterior, y Jordi Soler, eurodiputado por ERC. Los dos serían relevos lógicos.
Ya desde el primer comunicado del presidente de la Generalitat por la mañana afloraron las críticas.
Torra lamentaba que no se hubiera activado el protocolo de la Generalitat para hacer frente a presuntos casos de acoso sexual. Igualmente, Torra comunicó a Bosch la apertura de una actuación desde la inspección de servicios de personal de Función Pública, un organismo que depende del Departament de Polítiques Digitals que dirige el conseller Jordi Puigneró “para aclarar los hechos ocurridos y los motivos por los cuales no se activó el protocolo obligatorio”. Igualmente, se ha pedido un estudio en el ámbito psicosocial “como conse
cuencia del clima laboral que se puede haber generado” por los acosos sexuales.
Desde el Govern lamentan la actuación de Bosch, ya que no informando en su momento sobre las acusaciones a Garcias y ser destituido, “la vía administrativa ya no tiene recorrido y no se le puede sancionar”. De todos modos, desde la Generalitat no descartan la vía penal si se deducen actuaciones delictivas, aunque hoy por hoy no hay ninguna denuncia formal por parte de las afectadas. “No podemos dar el mensaje de que aquí pasan cosas y no se actúa”, critican fuentes del Govern, que lamentan que con la gestión de Bosch “no se han podido establecer medidas de protección para las víctimas”.
Este protocolo, forjado en agosto del 2015, se ha tenido que aplicar en 24 casos. Fuentes de la Generalitat aseguran que “son muchos casos, pero hay que tener en cuenta que son 200.000 los trabajadores” en la Administración. Esquerra Republicana salió en defensa de Bosch. Al mediodía, antes de que dimitiera, la formación aseguró que “el conseller ha actuado contundentemente y lo ha cesado [a Garcias]”, a la vez que avalaba la gestión de Bosch. Pero los republicanos quisieron dar el mensaje que fue el partido el que instó a Bosch a presentar la dimisión. Lo prueba el hecho de que el anuncio del cese fuera en la sede de ERC, y no en el Departament d’acció Exterior.