Urkullu deja el 5-A en manos de la JEC
El lehendakari admite que los comicios peligran
Las elecciones vascas del 5 de abril están en el aire. Ayer, por primera vez, el lehendakari Iñigo Urkullu reconoció la incertidumbre que rodea a los comicios por la crisis del coronavirus, un asunto que, destacó, no es político sino de “salud pública”. Su Gobierno está analizando las circunstancias legales y jurídicas referentes a la suspensión de las votaciones, aunque el presidente vasco explicó que la decisión corresponde a la Junta Electoral Central (JEC), a la que ha pedido recomendaciones.
Por lo excepcional del caso, las dudas sobre quién tiene la competencia para aplazar las elecciones son amplias. La Junta Electoral del País Vasco, que ayer mantuvo una reunión ordinaria en Vitoria, quiso aclarar que es un mero órgano administrativo que vela por que se cumplan plazos y derechos, pero sin poder para posponer los comicios. En el encuentro, la junta estableció que se habilite una vía de comunicación permanente con el Departamento de Salud para que este vaya informando de los sistemas de contención del Covid-19.
A sólo una semana del inicio de la campaña, los referentes en el País Vasco para encarar la cita electoral son la región italiana de Umbría y Francia. La primera celebró el pasado domingo una elección parcial al Senado. Para ello se establecieron unas medidas que, de mantenerse el 5-A, pueden replicarse: distancia de un metro entre los miembros de la mesa electoral, líquido desinfectante a disposición de todos, renovación constante del aire y votantes de uno en uno y llamados individualmente para acudir a las urnas. Euskadi mirará también a Francia, que este fin de semana vive sus comicios municipales.
Los partidos reconocen que la campaña estará condicionada por la normativa de prevención, que obligaría a suspender los principales mítines. En el PNV cuentan ya con una promoción de perfil bajo de Iñigo Urkullu ya que deberá compaginar los actos electorales con la gestión de las crisis del coronavirus y del derrumbe del vertedero de Zaldibar. “Al contrario que otros candidatos, no va a poder hacer una campaña de alta intensidad”, admiten desde su entorno.