“Y así haré casas”
Charles Barkley venderá su oro olímpico de Atlanta’96 para construir apartamentos para los desfavorecidos
EL ARGUMENTO
“En mi infancia, los negros vivíamos en lugares monstruosos; ahora quiero ayudarles”
No estamos en este mundo para vivir nuestra vida, sino la de los otros
Pierre de Coubertin
Vamos a dejarlo claro: Charles Barkley (57) fue un excelente baloncestista y también un desafortunado comunicador.
En una ocasión, en 1990, tras una apurada victoria de sus Sixers ante los Nets, soltó una frase absolutamente estúpida:
–Si pierdes uno de estos partidos, vuelves a casa y la emprendes a palos con la mujer y con los niños.
Toda la sociedad le saltó a la yugular.
Y con razón.
Aquel gordito gracioso, magnífico reboteador de apenas 1,98 m cuyos codos afilaba entre torres de 2,15 m, ya no era tan gracioso.
Se había convertido en un bocazas. Y decía más bobadas:
–No me suicidaría, soy una de mis personas favoritas.
–A la gente negra no le dejan acercarse demasiado a la mansión del gobernador de Alabama a no ser que sea el día que toca limpiar el edificio.
(...)
Aquel bocazas nunca desapareció. Ahora es comentarista de baloncesto. Forma pareja con Kenny Smith, que fue base en un puñado de equipos, brillante en su época en Houston: Kenny Smith también es una diana de Barkley.
El gordo le dice cosas como: –Soy la persona más inteligente de este estudio. Tú estás aquí como decoración.
Cierto: Barkley sigue siendo un bocazas. Aunque tiene su punto altruista. Le sale cuando piensa en sus orígenes en Leeds (Alabama). Recuerda que fue el primer bebé negro en un hospital para blancos, y uno de los primeros estudiantes negros en la escuela pública de la ciudad.
–Vivíamos en casas monstruosas, mientras los blancos nos robaban el dinero y se construían maravillosos vecindarios –dice.
Así que quiere hacer algo para su comunidad: venderá uno de sus dos oros olímpicos, el que recogió en Atlanta’96, y con ese dinero piensa levantar “diez o veinte apartamentos” para ayudar a los más desfavorecidos.
–No creo que tenga que andar por ahí con la medalla al cuello para que la gente sepa quién es Charles Barkley –dice.
Se ignora cuánto podría sacar por la medalla, pero se calcula que el MVP de la NBA que ganó en 1993 está entre 265.000 y 350.000 euros.
–Ahora bien, el oro de 1992, el del Dream Team, no está a la venta. Mi hija me lo ha prohibido.