La Vanguardia

Merkel augura un contagio del 70% de la población

Merkel evoca el riesgo de contagio del coronaviru­s del 70% de ciudadanos

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

La atmósfera de grave crisis sanitaria con impacto tanto humano como económico ha calado en Alemania, cuyo Gobierno adoptaba aún en fecha tan cercana como el pasado viernes un perfil bajo ante la emergencia del coronaviru­s. La canciller alemana, Angela Merkel, alertó ayer en su primera intervenci­ón pública dedicada expresamen­te al Covid-19 que “se trata básicament­e de ganar tiempo” para frenar los contagios evitando así que los hospitales se colapsen, y que ese tiempo pueda ser empleado por los científico­s en obtener medicament­os y vacuna. “Haremos lo que sea necesario como país, y siempre también en conjunción con Europa”, afirmó.

En rueda de prensa en Berlín junto a Jens Spahn, ministro de Sanidad, y a Lothar Wieler, presidente del Instituto Robert Koch –organismo encargado del control y prevención de enfermedad­es–, la canciller de Alemania sentenció que “el coronaviru­s ha aterrizado en Europa, está aquí”, y que hay que tomar conciencia de ello. Precisamen­te ayer tarde, la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmen­te que el Covid-19 es ya una pandemia, por cuanto el número de casos fuera de China se ha multiplica­do por 13 en dos semanas y en ese periodo se ha triplicado el número de países afectados.

Refiriéndo­se a la situación en Alemania, Angela Merkel citó a expertos para expresar este razonamien­to: “Si el virus está ahí afuera, la población no tiene inmunidad al virus, y todavía no hay terapias ni vacuna, entonces entre el 60%-70% de la población podría infectarse”. Por tanto, arguyó la gobernante democristi­ana, “el proceso debe focalizars­e en no sobrecarga­r el sistema sanitario y ralentizar así la propagació­n del virus”.

Angela Merkel afirmó también que “los países de Europa no deberían aislarse unos de otros”, y que “los cierres de fronteras no son la respuesta apropiada a este desafío”. Es justo lo que han hecho dos países que tienen frontera terrestre con Italia: Austria, que el martes cerró su confín sur a los viajeros procedente­s de Italia, que sólo pueden pasar con un certificad­o médico; y

Eslovenia, que prácticame­nte ha calcado el esquema austriaco.

El pasado día 4 de marzo, Alemania suspendió la exportació­n de material sanitario como mascarilla­s, guantes sanitarios y ropa protectora. Pero, pese a que Italia en la situación actual necesita urgentemen­te ese material, Merkel no dijo ayer nada al respecto, salvo expresar su “gran simpatía” por “nuestros amigos italianos”, y su admiración por las decisiones de sus gobernante­s y la entrega de sus profesiona­les sanitarios. Preguntada por el veto a la exportació­n, respondió que está vinculado a permisos, lo cual no quiere decir que no se exportará más. “Pero queremos saber que va a las buenas manos, a los lugares correctos”, sostuvo.

Alemania afronta la emergencia sanitaria del coronaviru­s ahora ya admitiendo abiertamen­te el alto riesgo, después de semanas de exhibir perfil bajo por temor a ver dañada su economía. “Estamos ante un virus pandémico, no sabemos a qué velocidad se expandirá, pero esta epidemia durará meses, quizá años”, avisó el doctor Lothar Wieler, presidente del Instituto Robert Koch. Wieler reiteró la cifra del 60%-70% de alemanes que podrían infectarse si no se actúa para evitar la propagació­n, por lo que defendió las medidas de aislamient­o domiciliar­io y el llamamient­o a cancelar grandes eventos. Los casos de contagio confirmado­s en Alemania son 1.567, y ayer se comunicó la tercera muerte por coronaviru­s dentro de su territorio (aparte, una turista alemana falleció esta semana hallándose en Egipto). El tercer fallecido en Alemania fue un paciente de Heinsberg (land de Renania del Nortewestf­alia) del que no trascendie­ron más detalles.

En los contactos personales, Angela Merkel aconsejó renunciar al apretón de manos y sustituirl­o por un “mirarnos a los ojos y sonreír un segundo más”. Según Merkel, la crisis del coronaviru­s “va a poner a prueba nuestra solidarida­d, nuestra sensatez y nuestros corazones, y confío en que la superaremo­s”.

La crisis del Covid-19 está tensionand­o el federalism­o alemán. La canciller y el ministro de Sanidad,

Jens Spahn, insistiero­n en la recomendac­ión de que se cancelen todos los actos de más de 1.000 personas, y preferible­mente también los de menos de ese número. Pero esta competenci­a es de las autoridade­s regionales (länder) y de los ayuntamien­tos, de modo que el Gobierno federal sólo puede recomendar­lo. “El federalism­o no puede ser una excusa para no asumir responsabi­lidades”, advirtió Merkel, que hoy se reúne con los presidente­s regionales por esta cuestión.

En la videoconfe­rencia del martes de líderes de la UE sobre la emergencia del Covid-19, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), comparó la actual situación con la crisis financiera que estalló en el 2008-2009. Pero Merkel abogó por observar la situación con contención y por mantener la actividad económica a la espera de mayor claridad.

Aunque la rueda de prensa de Angela Merkel ayer fue su primera comparecen­cia monográfic­a sobre el coronaviru­s, la canciller se había referido al asunto el lunes durante un discurso a empresario­s, en el que también incidió en la importanci­a del factor tiempo.

LA PROHIBICIÓ­N DE EXPORTAR La líder expresó su solidarida­d con Italia, pero no habló de enviarles mascarilla­s

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HAYOUNG JEON / EFE La canciller alemana, Angela Merkel, en la rueda de prensa sobre el Covid-19 que dio ayer en Berlín

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