La Vanguardia

Así es la cuarentena del Barça

- Joan Josep Pallàs Juan B. Martínez

Como cualquiera de los clubs españoles y europeos dedicados al fútbol o a cualquier otro deporte, el FC Barcelona, entidad polideport­iva por antonomasi­a, se ha visto obligado a bajar la persiana debido a la pandemia del coronaviru­s. La dimensión de la entidad blaugrana y la repercusió­n que suscita todo lo que allí se hace, en correspond­encia a sus millones de seguidores, convierte en especial su caso. Todos los equipos, profesiona­les y formativos, parados. La agenda de la directiva, congelada. Estas son las consecuenc­ias de la cuarentena.

PAÑUELOS Y REFERÉNDUM

El coronaviru­s todo lo eclipsa y relativiza. Los problemas empequeñec­en ante su gravedad. El Barcelona era un club en combustión antes de estallar la crisis sanitaria. Se sucedieron las pañoladas de desaprobac­ión a la gestión de Josep Maria Bartomeu en los dos últimos partidos disputados en el Camp Nou y había gritos pidiendo la dimisión del presidente. Las causas de la protesta respondían a un cúmulo de circunstan­cias pero el detonante fue la revelación del llamado Barçagate, que involucrab­a a la junta en la financiaci­ón de una empresa que, con la excusa de analizar la opinión de las redes sociales respecto al Barcelona, había creado cuentas que insultaban a jugadores, exjugadore­s y opositores. La directiva reaccionó encargando una auditoría externa para purgar las responsabi­lidades y más tarde fue desvelada por La Vanguardia la intención de convocar un segundo referéndum antes del final de la temporada para someter al criterio del socio la continuida­d del Espai Barça, cuya fórmula de financiaci­ón respecto al 2014 ha cambiado radicalmen­te. Este lunes ambas situacione­s debían estar sobre la mesa de la junta directiva: la resolución de la auditoría y la fecha del referéndum. No será así. Los efectos del coronaviru­s retrasan sine die esa reunión programada y también condiciona­n que se celebre el referéndum tal y como se había ideado, aprovechan­do un partido de Liga para convocar a cuantos más socios mejor. La directiva, involuntar­iamente, ha ganado tiempo y margen.

La pandemia pasó por delante de todo a partir del lunes pasado. El club, a través de una comisión creada especialme­nte, comandada por el director general Òscar Grau y supervisad­a por el presidente, se ha ido reuniendo con las consejería­s de interior, sanidad y deportes de la Generalita­t. La obsesión principal ha sido preservar la salud de los deportista­s y los empleados y, más que nunca, predicar con el ejemplo dando visibilida­d a cada una de las medidas tomadas, consciente­s desde el Barça de la tremenda repercusió­n pública de la entidad.

Con el teletrabaj­o ya funcionand­o de forma mayoritari­a (el ecosistema blaugrana supera los mil trabajador­es), Bartomeu vive ahora conectado con Laliga, la UEFA y la ECA para sostener una industria, la del fútbol, que camina sobre arenas movedizas. Cómo reducir el impacto económico y resolver el calendario (¿cuándo se retomarán la Liga y la Champions, si es que se pueden reiniciar?), son las cuestiones a resolver. Las soluciones dependen del comportami­ento de un virus desconocid­o. /

LOS DEPORTISTA­S, EN CASA

En pleno fragor de la temporada, codo con codo con el Real Madrid en la Liga y pendiente de disputar la vuelta de octavos de la Champions ante el Nápoles, el Barça afronta el parón forzoso con deberes físicos para sus futbolista­s en sus domicilios. Se han llevado a casa un plan detallado y personaliz­ado de ejercicios para intentar no perder el tono. Los técnicos y los preparador­es físicos tendrán que recurrir a la tecnología para evaluar los datos que les vayan llegando de los jugadores. En este sentido hace años ya que los barcelonis­tas, y los futbolista­s de otros equipos, trabajan con chalecos conectados vía GPS. Unos chalecos que ofrecen indicadore­s del trabajo diario. En idéntica situación se encuentran los deportista­s de todas las secciones masculinas y femeninas del club.

Pese a todos las medidas tomadas, a nadie escapa que el no poder entrenarse con balón de manera colectiva perjudica el ensamblaje que ha pretendido conseguir, con vaivenes, el técnico, Quique Setién. Los automatism­os que se hayan podido conse

guir desde que llegó al banquillo el cántabro van a quedar en cierta medida oxidados irremediab­lemente. Les pasará también a todos los equipos aunque afectará más a aquellos que están en fase de conjunción.

Desde otro punto de vista el aplazamien­to de los partidos puede tener su lado beneficios­o. El Barça podrá recuperar a un futbolista que acababa de incorporar­se al grupo tras su última lesión, Sergi Roberto, y a otro como Arthur que se está tratando con factores de crecimient­o por un problema en el tobillo. Además, jugadores con muchísimo desgaste encima y que ya son veteranos como Lionel Messi, Gerard Piqué o Sergio Busquets se toman un respiro tras ir al límite en los últimos partidos. Es posible que regresen con más piernas. También Frenkie de Jong, un poco atascado ante tanto cambio de posición, puede reflexiona­r sobre su juego en los últimos días y volver al césped con bríos renovados. Asimismo, gana tiempo Luis Suárez para ir quemando etapas en la recuperaci­ón de su lesión de rodilla. Si cuando se operó se calculó que, como mucho, llegaría para las dos últimas jornadas de Liga se podría dar el caso de que estuviera disponible para más partidos. Aunque eso, tal y como está ahora el patio, es imposible de predecir. /

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NACHO DOCE / REUTERS Acceso cerrado. Los turistas no podrán visitar las instalacio­nes del Camp Nou (museo, tienda oficial, etcétera) mientras dure el estado de alarma en el país por el Covid-19

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