Eric Drouet
Dirigente de ‘chalecos amarillos’
El sector más radical de los chalecos amarillos, del que Eric Drouet es uno de los dirigentes más conocidos, se manifestó ayer en el centro de París, pese a las medidas de contención del Gobierno francés por el coronavirus.
Los franceses acuden hoy a las urnas en unas elecciones municipales absolutamente atípicas, marcadas por la emergencia del Covid-19 y con todo el país pendiente de la inminencia de medidas más drásticas para frenar la epidemia. Se teme una abstención elevada, a pesar de las medidas preventivas que se han tomado para evitar el contagio en los colegios electorales.
El Gobierno decidió seguir adelante con los comicios para garantizar la “continuidad” democrática, pero el peligro es que la situación epidémica sea más crítica todavía el domingo 22, el día de la segunda vuelta, la definitiva. A la entrada de los colegios se colocará gel desinfectante. Habrá líneas marcadas en el suelo para respetar la distancia de seguridad entre las personas. Los presidentes de mesa no cogerán el carnet de identidad de los votantes, sino que estos se lo mostrarán. Se ruega a todos que traigan su propio bolígrafo para hacer las cruces Está autorizado entrar con mascarilla. El presidente de mesa decidirá, con sentido común, si la persona corresponde a la foto del carnet.
Los resultados políticamente más significativos serán los de París, un trofeo que todos los partidos ambicionan. La campaña en la capital fue atípica ya antes de que la crisis del coronavirus se agudizara. El candidato de La República en Marcha (LREM) –el partido del presidente Emmanuel Macron–, Benjamin Griveaux, hubo de renunciar al salir a la luz un embarazoso vídeo íntimo de contenido sexual. Le sustituyó la entonces ministra de Sanidad, Agnès Buzyn, que dejó su puesto en plena epidemia, un paso difícil y criticado.
En el centro de París se manifestó ayer un grupo de unos 400 chalecos amarillos del sector más radical para mostrar que su oposición al Gobierno está viva, en especial contra la reforma de las pensiones. Aunque fue una convocatoria autorizada, se trató de un desafío a la limitación de reuniones de más de cien personas para contener la epidemia. Dos de los líderes más mediáticos del movimiento desaconsejaron la manifestación, al verla contraproducente para la imagen pública de los chalecos amarillos, pero los convocantes hicieron caso omiso. Hubo algunos choques con los antidisturbios y se produjeron más de treinta detenciones.
‘Chalecos amarillos’ protestan en París pese a las limitaciones por el coronavirus