SILENCIO EN LA MASIA
La Masia, silenciosa . Por primera vez desde que abrió sus puertas en el 2011, la cuna del talento blaugrana interrumpe toda actividad en pleno curso y, con ella, las voces de los 76 deportistas de fútbol, baloncesto, balonmano, hockey patines y fútbol sala que han convertido el centro residencial Oriol Tort en su hogar. De momento, 15 días sin ajetreo.
El jueves por la mañana, con una sonrisa nerviosa, billete de avión en mano y un permiso para poder volar solos, la gran mayoría de los menores de edad se dirigieron al aeropuerto de Barcelona tras conocer la suspensión de toda actividad deportiva ante la amenaza del coronavirus. 67 de ellos viajaron a distintos destinos de España, mientras que los nueve restantes cruzaron fronteras.
El regreso no ha sido fácil en algunos casos debido a las restricciones aéreas. Es el caso del serbio Aleksandar Cènic, joven promesa de balonmano. El cadete de 17 años fue ayer el último en abandonar la residencia porque Serbia había cancelado muchos vuelos.
Un regreso más plácido han tenido los deportistas que han cruzado el charco, no sin pasar los correspondientes controles médicos. Es el caso de jugadores de baloncesto como el mexicano Gael Bonilla, el alero chileno Victor Paulmann y el base uruguayo Agustin Ubal, que regresaron el viernes a sus países. Mismo guion para el senegalés Ibou Dianko Badji, de 18 años y 2,16 m de estatura. También han regresado el ucraniano Pavlo Dziuba, el suizo Dayan Nessah, el inglés Mattew Marsh y Teodor Símic, que voló hasta Macedonia.
La Masia es sinónimo de acompañamiento y nada cesa durante su cierre temporal. Todos los deportistas, exceptuando los menores de 12 años que practican fútbol 7, cuentan con planes específicos de entrenamiento realizados por los preparadores físicos que hacen seguimiento de su metabolismo y condiciones físicas. Todos ellos están controlados por una aplicación y hasta nueva orden tienen permiso para salir a correr por espacios que estén alejados de las grandes aglomeraciones urbanas.
Este acompañamiento se completa con un seguimiento académico para que su formación se vea lo menos alterada posible. El Barça ha reforzado su plataforma educativa virtual con libros digitales y ha incorporado profesores y clases de refuerzo online para resolver dudas de las 10 asignaturas impartidas. Los alumnos se someterán a un seguimiento diario y deberán presentar todos los trabajos y exámenes correspondientes que van de sexto de primaria a segundo de bachillerato.
Tampoco faltará un servicio de acompañamiento a las familias de los residentes para controlar su nutrición y seguimiento psicológico. El club ha mandado instrucciones específicas por si alguien del entorno del deportista contrae el coronavirus. Toda precaución es poca, con el deseo puesto en que las 76 voces regresen al hogar blaugrana. /