La Vanguardia

Monopoly con papel higiénico

- Isabel Gómez Melenchón

Aprendimos a jugar al Monopoly con dinero. De papel y falso. Ahora el recochineo popular, una de las cosas que más y mejor están funcionand­o en estos días tan extraños, lo ha sustituido por papel higiénico. Es más raro de encontrar, y más valioso, dicen.

Yo digo que mi próxima inversión será en champú en seco, o en brazos mecánicos como los de las cadenas de montaje que sirvan para lavar y marcar. He visto gente intentando colar la petanca como animal de compañía. He visto las mismas cosas que ustedes y aún no me lo creo.

He visto como una curvatura espacio-temporal en nuestras vidas corrientes y molientes nos ha trasladado a aquel “que no falten lentejas ni garbanzos”. Mi abuela los compraba a sacos, pero es que eran muy extensas las familias entonces. Ahora los sacos de los carritos son de croquetas para gatos y perros. Cuando el mundo se acabe, ellos seguirán comiendo, al menos los míos. Son gatos y no se dejan pasear; si fueran perros, igual los podría prestar, dicen que ya hay quien lo hace. Está visto que algunos no saldremos de pobres.

El paseo de Gràcia cuesta tres contenedor­es de Scottex; la Rambla, uno; Pau Claris, una caja. Hagan cálculos con sus barrios, es la economía de mercado, pero si este es el fin del mundo como lo hemos conocido, como proclaman algunos que ya no sé si llamar agoreros o profetas, igual el reparto saliente será distinto. Los he visto y me he visto circular por los pasillos del súper como los protagonis­tas de una película de catástrofe­s, aprovision­ándose antes de que llegue la tormenta o el huracán, la niebla de Stephen King, sin que me acabara de creer que era real. Al final, nos hemos dado cuenta de que esto no es un simulacro. En caso de necesidad, creo que la arena para los gatos también puede tener otra utilidad, es la hora de sacar la capacidad de improvisac­ión que ha permitido que fastidiemo­s el planeta a lo largo de 8.000 generacion­es. O más.

Las clases de zumba se mantienen vía Youtube. El profesor se para a atarse las zapatillas y yo lo imito pensando que es parte de la coreografí­a. Al final conseguiré aprenderme el vocabulari­o: una bachata, una salsa, un corazón, un trébol... Buscaré a ver si tiene cuatro hojas. El profe nos dice que vayamos con cuidado, que nos conoce y (algunas) somos capaces de lesionarno­s hasta sentadas en el sofá. ¿Lo estoy oyendo bien? Es una canción, un decir, que incita a llegar al orgasmo con los movimiento­s. Lo dicho, todas lesionadas. O no...

Voy a invertir en champú en seco o en brazos mecánicos para

lavar y marcar

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain