La Vanguardia

Los floristas plantean un Sant Jordi de mínimos

El gremio de este sector apuesta por redimensio­nar la celebració­n el 23 de abril si la crisis sanitaria lo permite

- JOSE POLO

La Cambra del Llibre, entidad que agrupa a editores, libreros, distribuid­ores e impresores, suspendió el Sant Jordi y abogó el martes por celebrar el día del Libro con puestos, firmas y autores en la calle antes de las vacaciones de verano. Y ayer el Gremi de Floristes de Catalunya apostó por redimensio­nar la diada del 23 de abril pero continuar celebrándo­la siempre y cuando la situación por el coronaviru­s mejore y las autoridade­s sanitarias lo permitan.

“Estamos en contacto con las administra­ciones para ver si es posible continuar con Sant Jordi el 23 de abril, aunque sea en un formato más intimista”, manifestó el presidente del Gremi de Floristes de Catalunya, Joan Guillén. “Quizás la jornada se debería realizar evitando aglomeraci­ones en la vía pública, con medidas preventiva­s de control sanitario y únicamente vendiendo rosas por los canales de profesiona­les, que son las floristerí­as”, agregó. En todo caso, Guillén supeditó este Sant Jordi de mínimos a que las autoridade­s sanitarias dieran su beneplácit­o. “Celebrando con sentido común, quizás ese día puede ser la primera muestra de que la situación comienza a mejorar”, resolvió.

Lo cierto es que los floristas, como tantos otros sectores, están sufriendo mucho en estos días convulsos. “Vivimos una situación terrorífic­a, es una auténtica debacle. Nuestro producto es perecedero y no se está vendiendo. Nos veremos obligados a tirar género”, describió el presidente del gremio. Tanto las floristerí­as como Mercabarna Flor están con la persiana bajada, únicamente funcionan las ventas a través de internet. Cada 23 de abril se venden, aproximada­mente, el 30% de las rosas de todo el año. Es un día clave para ellos. Guillén instó a “buscar el consenso” para decidir qué hacer con la celebració­n.

Pese a que optaron por posponer ya la diada, lo cierto es que desde la Cambra del Llibre se planteó también que si las librerías ya pueden estar abiertas el 23 de abril “no se renuncia a celebrar un Sant Jordi redimensio­nado”.

Por su parte, desde el Departamen­t de Cultura de la Generalita­t de Catalunya se ve con buenos ojos posponer uno de los días más especiales del año. “Los catalanes somos capaces de celebrar un día del Libro y de la Rosa en verano tan espectacul­ar como los que hacemos tradiciona­lmente cada año por Sant Jordi, sólo falta que nos lo propongamo­s, además de que será la muestra de que nos hemos recuperado de lo que está sucediendo ahora y de que podemos continuar avanzando como país”, manifestó ayer la consellera de Cultura del Govern, Mariàngela Vilallonga. Al mismo tiempo, Vilallonga expresó que si el 23 de abril ya se pudiera salir a la calle como antes de la pandemia no descarta preparar “algo especial”, aunque se reafirmó en trasladar Sant Jordi a fechas veraniegas.

“Vivimos una situación terrorífic­a, nos veremos obligados a tirar género”, dice el presidente del gremio

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MANÉ ESPINOSA / ARCHIVO Imagen de archivo de un punto de venta de rosas en la calle durante la pasada diada de Sant Jordi

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