La Vanguardia

El regreso de los invisibles

Seis centenares de trabajador­es de los servicios de limpieza, decenas de parques y jardines, alumbrado y alcantaril­lado velan por la ciudad

- RAÚL MONTILLA

Amediados del pasado octubre, en los días de los altercados tras la sentencia de los políticos independen­tistas, Barcelona se convirtió en un campo de batalla nocturno que puso a prueba a los servicios de limpieza municipale­s, que aprobaron con nota. “Ahora nos enfrentamo­s a una pandemia”, manifiesta Carlos Vázquez, director de servicios de limpieza y gestión de residuos del Ayuntamien­to que ya estuvo al frente de aquel dispositiv­o y que ahora lo está del creado para hacer frente al Covid-19. Cada día, un total de 625 trabajador­es de su área salen a las calles de Barcelona para garantizar que las condicione­s de salubridad se mantengan. Cada día se despliegan para poner a raya al virus en el entorno de puntos delicados como hospitales y otros espacios como supermerca­dos en los que se da una mayor concentrac­ión de gente.

“Los trabajador­es saben que hay riesgo y hay angustia. No somos héroes, pero todo el mundo responde. Hay vocación de servicio público”, sentencia Vázquez, que aprovecha estas líneas en La Vanguardia para hacer un llamamient­o a que se recicle todo lo que se pueda, a que se generen los mínimos residuos posibles, a que no se dejen bolsas de basura en el suelo y que estos días no se bajen muebles a la calle. “Con el cierre de parques y jardines también nos estamos encontrand­o más excremento­s de perros en la vía pública. Que quien no los recoge, lo haga. El vaciado de papeleras se mantiene igual”, añade Vázquez.

En este sentido, fuentes municipale­s añaden que no todas las áreas destinadas a los perros de la ciudad se han cerrado, sólo las que están dentro de parques. El resto, en su mayoría, siguen abiertas y se van desinfecta­ndo continuame­nte.

Las 625 personas que están en la calle cada día limpiando son una tercera parte de las habituales; por eso se han cerrado los puntos verdes o se ha suspendido la recogida de muebles. Por eso Vázquez hace una llamada a la colaboraci­ón ciudadana. El resto de trabajador­es del servicio permanecen en casa a la espera de ser llamados, por si algunos de los que están en la calle enferman o da positivo alguien de su entorno, por lo que estarían obligados a confinarse de forma preventiva.

“Hemos cambiado muchas rutinas, nos hemos adaptado a la actual situación”, afirma Vázquez, que señala que, por ejemplo, los empleados del servicio de limpieza acuden al trabajo vestidos de casa: no hay visita a los vestuarios. Se incorporan de manera escalonada, los briefings se hacen al aire libre y se prima el trabajo individual siempre que se pueda. “Estamos potenciand­o que se vaya solo con carro o con motocarro”, apunta Vázquez.

La limpieza en el entorno de lugares delicados –mercados, hospitales, ambulatori­os...– se hace con agua a presión. “Pero utilizamos los mismos productos de siempre porque funcionan, son biodegrada­bles, no son tóxicos, y no producen alergias”, añade el responsabl­e municipal. “Todo es nuevo, también para nosotros, pero no es sólo que seamos un servicio esencial, sino que el

Llamamient­o para reducir residuos, no dejar basura fuera del contenedor y recoger deposicion­es de canes

personal lo siente así. El ciudadano nos va a tener a su lado”, sentencia Vázquez.

Pero hay más trabajador­es municipale­s que en situacione­s habituales permanecen invisibles a pesar de que su trabajo es fundamenta­l para que la ciudad funcione y que estos días no han dejado la calle. Son, por ejemplo, medio centenar de empleados de parques y jardines que luchan de alguna manera contra la pandemia manteniend­o las zonas verdes de la ciudad para cuando pase esto –cada vez falta menos– y se pueda volver a salir a la calle. O una veintena de empleados del alcantaril­lado que están en su casa preparados para salir corriendo y hacer frente a cualquier urgencia. “En este caso hemos dejado de hacer tareas de mantenimie­nto pero se sigue haciendo un seguimient­o y actuando ante las emergencia­s. El lunes, por ejemplo, tuvieron que hacer una salida para arreglar un grupo electrógen­o”, explica el gerente de Medio Ambiente y Servicios Urbanos del Ayuntamien­to, Frederic Ximeno.

También en sus casas, de retén, hay cada día doce trabajador­es que forman parte de tres grupos de acción rápida ante las incidencia­s que se puedan dar en el alumbrado . Son algunos casos. Hay más.“la predisposi­ción de los trabajador­es municipale­s, una vez más, ha sido impresiona­nte”, insiste Ximeno.

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MANÉ ESPINOSA Una trabajador­a de los servicios de limpieza, ayer, en el entorno del hospital del Mar
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MANÉ ESPINOSA El vaciado de las papeleras se mantiene

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