Las UCI recibirán el doble de la demanda máxima que pueden asistir
Dar prioridad a los pacientes con más opción de recuperarse sería la elección ética
Los jefes de 250 servicios de Medicina Intensiva de España y las juntas de las sociedades de medicina y enfermería intensivas, la Semicyuc y la Seeiuc, han consensuado un plan ante el Covid-19 que estima que la demanda de camas de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en el pico de la pandemia podría más que duplicar la capacidad. Los escenarios orientativos que manejan serían del pico en la 5.ª o la 7.ª semana, cuando estamos acabando la 2.ª. Esas semanas, la demanda podría ser del 184% hasta del 257% sobre la capacidad de las UCI.
Con todo, este cálculo lo hace el plan sobre 149 UCI y 2.683 camas públicas, pero según datos facilitados ayer por la Semicyuc, las camas actuales serían 4.404 (3.508 de públicas y 896 privadas). El Ministerio de Sanidad cuenta con 4.627.
Los cálculos del plan son orientativos, a partir de estudios de China, Italia u otras epidemias, pero estiman que el 11% o 15% de hospitalizados por el virus requiere UCI (y al menos el 6,5% ventilación asistida), una media de 14 días. En el supuesto de una pandemia que infectara al 35% de población y durara 12 semanas, el pico estaría en la 7.ª con 41.700 hospitalizaciones/ semana y 9.200 pacientes en las UCI. Con una infectividad del 25% y ocho semanas de pandemia, el pico sería la 5.ª con 37.000 ingresos y 8.300 pacientes en UCI. Y si fueran 12 semanas, en la 7.ª, con 30.000 ingresos y 6.600 pacientes en UCI. Las hospitalizaciones en toda la epidemia serían de entre 128.000 y 365.000 y los muertos, entre 36.800 y 87.000. Pero el plan no señala cómo pueden cambiar estos escenarios las acciones preventivas como el confinamiento.
El plan aborda cómo ampliar las UCI, reorganizar los centros; las ratios de personal (en las públicas trabajan 1.717 intensivistas y 598 médicos MIR y más enfermeras aún); cómo usar los equipos de protección... Y también apunta que si la demanda de camas excede toda disponibilidad habrá que “optimizar los recursos”, priorizar qué pacientes ingresan en la UCI. Para ello, médicos y sociedades científicas han hecho un borrador de protocolo que fija criterios éticos, además de médico-científicos.
Lo que cambiaría respecto al funcionamiento usual del hospital es que ya no se trataría de atender primero al que llega primero ni al más grave, sino que, si hubiera más enfermos graves que camas de UCI (movilizando las posibles), debería ingresar allí a los que tuvieran más posibilidades de recuperación y en mejores condiciones vitales. Llegado el caso, no tendrían prioridad de UCI los enfermos que no se intubaran (a los mayores de 80 años con graves enfermedades preferentemente se les trata con ventilación por mascarilla) y los terminales o con deterioro cognitivo. Recibirían tratamiento igualmente.y la decisión siempre la tomará el médico y según el caso.
En este momento, se estaría lejos de ese escenario. Por ejemplo, un hospital como Vall d’hebron, anteanoche tenía 26 pacientes en la UCI y el centro prevé que podría habilitar 80 camas. Según fuentes de la Semicyuc, estaríamos en la fase 1 de su plan (la 4.ª es control de la epidemia), “pues ni en Madrid las UCI han llegado al 100%”, y creen que ningún paciente que requiera respirador se quedara sin él.
La priorización de enfermos se puede tachar de utilitarista, pero según Màrius Morlans, vicepresidente del Comité de Bioètica de Catalunya (CBC), es admisible éticamente si llegara el caso. De hecho, se prioriza siempre en los hospitales, con las listas de espera… aunque ahora se antoje cruel. Según él, sería un debate que tiene pendiente la sociedad, pero ve recomendable que se establezcan criterios en lugar de dejarlo a la subjetividad de cada médico y aunque sea difícil explicar la decisión a cada familia (se debe hacer).
Àngel Puyol, también del CBC, señala que la priorización sería ante una avalancha de enfermos. “Tras la crisis se podrá debatir los recortes o la infradotación de la sanidad, pero ahora ha de mandar la solidaridad y salvar a cuántas más personas se pueda”, señala. Añade que no se elige sólo por un criterio de edad sino con una valoración compleja. Si hay una cama libre y un paciente que quizá se salvaría y otro que su estado e historial dicen que seguramente se recuperará, la cama sería para el segundo.
Los intensivistas creen que el punto máximo sería la 5.ª o 7.ª semana de epidemia, cuando acabamos la 2.ª