Sean Hannity
Presentador de Fox News
El giro de Trump sobre la pandemia del coronavirus ha obligado a sus medios de comunicación afines a rectificar en vivo y en directo sobre la gravedad de la situación. De considerarla una maniobra contra el presidente a hablar de “crisis”.
Gracias a la tecnología, reescribir la historia es hoy en día un ejercicio más complicado que antaño para los políticos, al menos en los países donde hay libertad de expresión, pero el presidente estadounidense, Donald Trump, no ha renunciado al empeño de persuadir al mundo de que él sabía “antes que nadie” (literalmente) que el coronavirus se iba a convertir en una pandemia y nadie ha hecho más esfuerzos que él para combatirla. Un elemento fundamental en su estrategia, como criatura televisiva que es, consiste en dar buenas noticias a la audiencia. No parece preocuparle sin embargo que sus optimistas previsiones no se sostengan más que por unos minutos, como ocurrió ayer cuando habló la Agencia Federal del Medicamento.
Con más de 10.900 casos de contagios confirmados y 163 muertes, el presidente Trump se presentó ayer en la sala de prensa de la Casa Blanca deseoso de transmitir un mensaje positivo a la opinión pública, que asiste en parte inquieta, en parte desconcertada y en parte aún incrédula al rápido aumento de casos por toda la geografía del país. Hasta hace pocos días la máxima autoridad del país aseguraba al fin y al cabo que las cifras no se acercarían a las de otras naciones.
“Hemos eliminado el papeleo para poder desarrollar vacunas y tratamientos todo lo rápido posible” contra el Covid-19, celebró Trump, que puso de ejemplo la supuesta autorización de varios tratamientos antivirales a base de cloroquina para combatir la enfermedad. “Existen desde hace tiempo, así que sabemos que si las cosas no van como se espera, no van a matar a nadie. Está dando resultados muy esperanzadores y vamos a asegurarnos de que el medicamento está disponible de inmediato”, aseguró.
Trump también se ha referido a un medicamento todavía en fase experimental fabricado por Gilead Sciencies, Remdesivir, aunque no está claro si su uso con el nuevo virus está “esencialmente aprobado”.
Las palabras de Trumop provocaron un repunte inmediato de las acciones de las farmacéuticas que fabrican la cloroquina, que se usa desde hace décadas para combatir la malaria. Instantes después, sin embargo, el responsable de la FDA, Stephen Hahn, tomaba la palabra para rebajar las expectativas suscila tadas. “Queremos estudiar” la eficacia de la cloroquina con enfermos del Covid-19 pero “en una prueba clínica”, matizó Hahn. Aún debe determinarse si funciona y, de ser así, en qué dosis debe administrarse, explicó el responsable de la agencia federal, mucho más cauto que Trump, que presentó los resultados como algo revolucionario y dijo que puede ser “un punto de inflexión” en el tratamiento de los síntomas del Covid-19. Un portavoz de FDA desmintió en paralelo y de forma tajante que haya autorizado el uso de esos fármacos a las personas que han contraído el coronavirus. Hahn también corrigió al presidente y aclaró que el Remdesivir no va a estar de inmediato disponible.
Imprecisiones aparte, la Administración Trump ha pedido a la FDA que relaje todo lo posible los procesos de autorización de nuevos tratamientos y vacunas para el coronavirus con el objetivo de que lleguen lo antes posible al mercado y sea más flexible al valorar el equilibrio entre los riesgos y potenciales beneficios. “Es importante no dar falsas esperanzas”, deslizó Hahn.
Anoche, el Departamento de Estado aconsejó a sus nacionales no viajar a ningún país del mundo y volver ya a EE.UU. si no están dispuestos a quedarse en el extranjero por un periodo indefinido.
“Es importante no dar falsas esperanzas” sobre la aparición de tratamientos y vacunas, alerta el jefe de la FDA