La Vanguardia

Los estímulos del BCE dejan frías las bolsas pero alivian la prima de riesgo

El programa de compras del Banco Central Europeo sumará este año 3,7 billones

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

Y Christine Lagarde cogió su bazuca. Pero el enemigo sigue en las trincheras. El miedo no ha desapareci­do. Después de que la noche del miércoles el Banco Central Europeo (BCE), que preside la exministra francesa, anunciara un programa masivo de compra de deuda pública y privada por 700.000 millones, los mercados ayer no se entusiasma­ron demasiado. Rebotaron sí, pero sin excesiva euforia.

La bolsa española logró cerrar la sesión con un alza del 1,93%, lo que llevó al selectivo a rozar los 6.400 puntos. El resto de parqueta en Europa tuvo una tónica similar. En EE.UU., el Dow Jones abrió con pérdidas pero consiguió recuperar los 20.000 puntos en los que se situaba durante el mandato de Barack Obama.

Y eso que el BCE pisó fuerte el acelerador. Desde que se lanzó el primer programa de compra de activos

Los analistas temen que la ola de liquidez acabe pasando factura sobre la sostenibil­idad de las finanzas

en el mandato de Mario Draghi, el banco ya se ha gastado unos 2,6 billones. Las medidas se reactivaro­n el año pasado, con otros 300.000 millones hasta diciembre. Con el último plan antipandem­ia la factura alcanzará la friolera (teórica) de 3,7 billones de euros. Unos caramelos que los inversores degustaron sin demasiado apetito.

Como comentaba en privado un veterano frecuentad­or del parquet madrileño, Lagarde “lleva décadas en las finanzas y debería saber que en estos momentos cuenta más la psicología que cualquier otra medi

da más racional. Los valores se mueven sin criterio y estamos más pendientes de las novedades sanitarias que otras medidas que al fin y al cabo lo único que hacen es imprimir moneda”. “La acción del BCE no será suficiente, ya que todavía se trata de agregar más deuda al sistema, lo que no ayudará a impulsar la demanda. En un momento dado, será necesaria una coordinaci­ón genuina y explícita con las políticas fiscales, a nivel nacional y europeo”, subrayó la sociedad de gestión de activos Carmignac.

“La situación está peor de lo que pensaba”, exclama Walter Sherck, gestor de inversione­s en Kersio. “Por mucha artillería que saque el BCE, no es un tema monetario. Este instrument­o hace tiempo que se agotó. Lo que se consigue con este programa es transferir las pérdidas empresaria­les al déficit público, que en algún momento habrá que pagar. Es pan para hoy y hambre para mañana”. El experto cree que la recuperaci­ón será larga y compleja. “La corrección no se debe sólo a la histeria, sino que también miran los fundamenta­les. Y la realidad es que en lo inmediato hay valores endeudados que tendrán pronto o tarde que ampliar capital y eso les hará subir la relación precio-beneficio. En condicione­s normales eso no importa, pero en estas circunstan­cias encarecerá los títulos. Así que un fuerte rebote al alza en este contexto es bastante improbable”.

En España, el Tesoro Público captó ayer 5.014,23 millones de euros en el mercado, por encima del objetivo previsto, pero con un interés mucho mayor, empezando incluso a pagar en los bonos a 3 años. Además, la firma de calificaci­ón Fitch estimó que el PIB de España se contraerá al -0,8% en el 2020 como consecuenc­ia del Covid-19.

En cambio ayer sí se notó un efecto balsámico en la relajación de la prima de riesgo. En un día y de una tajada, de los más de 160 puntos básicos que ayer marcaba el diferencia­l de los bonos españoles, la brecha con el bono alemán se redujo hasta sólo 99 puntos. La rentabilid­ad de los bonos españoles a diez años pasó del 1,389% de los máximos del miércoles a los mínimos del 0,732% que se marcaron ayer por la tarde. También la prima de riesgo italiana, cuyo diferencia­l de rendimient­o estaba en 270 al final del día, se asentó en el área de los 200 puntos con un rendimient­o de 1,7%.

En las divisas, el euro está en mínimos de los últimos tres años, al cotizar cerca de 1,06 dólares. La política expansiva del BCE y el diferencia­l de tipos benefician al billete verde. La divisa estadounid­ense también ha ganado terreno frente a la libra, que ahora cotiza en mínimos de los últimos 35 años. También pesa la decisión del Banco de Inglaterra de recortar los tipos de interés hasta el mínimo del 0,1% –es la segunda vez en una semana que el banco inglés toma esta decisión– y que amplió su programa de compras al añadir otros 220.000 millones de euros.

El petróleo también recuperó terreno, con el de Texas apreciándo­se un 23,8%, la mayor subida en una sesión de su historia (el día anterior cayó un 24%) y el Brent que volvió a recuperar los 27 dólares el barril. El crudo recibió la ayuda de unas enigmática­s declaracio­nes del presidente de EE.UU., Donald Trump, en relación con la actual guerra del petróleo. “Estamos tratando de encontrar un punto medio”, dijo.

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La presidenta del BCE, Christine Lagarde
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