Astérix y todos los ‘galos’ del mundo, de luto
Muere el dibujante francés Albert Uderzo, uno de los creadores de Astérix
Galia está de luto. En plena aflicción nacional por la pandemia del Covid-19, Francia encajó ayer otro duro golpe, la pérdida de Albert Uderzo, uno de los creadores con más influencia en el imaginario colectivo y un referente de la cultura francófona con impacto universal. El coinventor de Astérix –junto a René Goscinny, fallecido en 1977–, murió de una crisis cardíaca, no vinculada al coronavirus, en su domicilio de Neuilly-sur-seine, junto a París. El dibujante se sentía muy fatigado desde hacía unas semanas, según informó su familia. El óbito se produjo mientras dormía.
Las aventuras de los irreductibles galos durante el periodo de conquista romana se publicaron por primera vez el 29 de octubre de 1959 en el semanario Pilote. Luego, durante sesenta años, la saga imaginada por Uderzo y Goscinny se convirtió en una seña de identidad francesa, al construir un mito sobre cómo se forjó la nación y el indómito carácter de sus habitantes. Se calcula que se han vendido 380 millones de ejemplares de las 38 series de Astérix, traducidas a 111 lenguas.
No es casual que el presidente Emmanuel Macron, al principio de la revuelta de los chalecos amarillos, en el 2018, arremetiera contra “los galos refractarios” que boicotean cualquier intento de reformar el país. Macron tenía en mente, sin duda, a esas figuras indisciplinadas y pendencieras, siempre dispuestas a oponerse al orden establecido. No citó a Astérix y Obélix, pero estaba implícito en sus palabras.
El último álbum, La hija de Vercingétorix, fue realizada por Jeayves Ferri y Didier Conrad y salió a las librerías en octubre del 2019, coincidiendo con el 60 aniversario de la creación del célebre personaje de cómic.
Uderzo nació en Fismes, en el valle del Marne, al noreste de Francia, en el seno de una familia de inmigrantes italianos. De niño soñaba con ser payaso. Se aficionó al cómic leyendo las aventuras Mickey Mouse en las páginas de Le Petit Parisien. Dada su habilidad para el dibujo, ya de muy joven comenzó a colaborar para varias publicaciones.
Durante la II Guerra Mundial residió un tiempo en la Bretaña rural, donde su hermano se había refugiado, y ese ambiente y las personas que conoció le influyeron para situar años después la aldea de Astérix en un marco geográfico parecido e inspirar el carácter de sus habitantes. Después de la contienda, Uderzo trabajó en un estudio de animación que produjo un cortometraje.
En 1951, Uderzo conoció a René Goscinny, que había trabajado en Estados Unidos. Goscinny también era hijo de la inmigración, de padre polaco y madre ucraniana, un dato significativo para quienes darían vida a uno de los héroes franceses por excelencia.
Uderzo y Goscinny congeniaron de inmediato. Descubrieron una pasión común por Walt Disney, por el Gordo y el Flaco y por las tiras de cómic. Goscinny declaró en una ocasión que se trató de una especie de flechazo profesional. A partir de entonces decidieron trabajar juntos, a caballo entre París y Bruselas, en un espíritu fraternal.
En una entrevista con Le Figaro, hace unos años, Uderzo explicó que el secreto del éxito tan prolongado de la saga de Astérix se debe a la novedad, al hecho de que él y Goscinny lograran siempre colmar las expectativas de los lectores, que reclamaban encontrar los ingredientes ya conocidos, una familiaridad placentera, pero a la vez incorporar argumentos novedosos y sorprendentes, incluso con guiños a la actualidad. En una ocasión invitó a la narración a Jacques Chirac, como alto funcionario romano. al actor estadounidense Kirk Douglas fue escogido para encarnar a un gladiador romano rebelde.
El ministro de Cultura, Franck Riester, homenajeó a Uderzo en un tuit en el que le atribuyó “haber encontrado la poción mágica” con la receta de “un espíritu risueño, un trazo de lápiz insuperable, una complicidad inquebrantable con Goscinny y horas de trabajo”. Según el ministro, el desaparecido
LA FÓRMULA MÁGICA
El dibujante atribuía el secreto del éxito a la mezcla de familiaridad y de sorpresas
dibujante mostró una “nobleza suprema” porque “aceptó que sus héroes le sobrevivieran en aras de la felicidad de su público”.
La noticia de la muerte de uno de los padres de Astérix no tuvo, de entrada, la repercusión que hubiera merecido en condiciones normales. El trauma colectivo que significa el Covid-19 acapara toda la atención, por lo que el fallecimiento quedó un poco eclipsado. Con todo, las ediciones digitales de los principales medios le dedicaron
GUSTOS AFINES
Uderzo y Goscinny formaron un tándem muy compenetrado desde el inicio
obituarios. Le Monde destacó que Uderzo prefería Obélix, el incansable repartidor de menhires, a Astérix. También el dibujante era, según el diario, “una fuerza de la naturaleza”, hombre muy trabajador y muy fuerte, que “parecía invencible” y logró superar enfermedades graves como una leucemia. Lo calificó de “monstruo sagrado del cómic” y constató, con pena, que “el menhir ha terminado por caer”.