La Vanguardia

Sanidad espera que el cierre surta efecto en una semana

El Gobierno refuerza el control sobre los geriátrico­s, mientras los hospitales esperan que la presión aumente en los próximos días

- JAVIER RICOU MARTA RICART

El Gobierno ha movido ficha para tener informació­n más detallada sobre los estragos del coronaviru­s en las residencia­s, públicas y privadas, de ancianos de España. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció ayer que se ha reforzado el protocolo para que esos centros informen con puntualida­d sobre muertes en sus instalacio­nes, número de empleados, condicione­s de trabajo y estado de salud de los usuarios. Y se va a crear, además, grupo especial de seguimient­o para asegurar que las nuevas normas se cumplen. Asimismo esta orden permite a los gobiernos autonómico­s a tomar medidas como dar el alta, la baja o reubicar a residentes. Esos geriátrico­s también se podrán reconverti­r en centros sanitarios. En España hay cerca de 400.000 plazas geriátrica­s.

Una medida adoptada horas después de que la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunciara, sin dar más detalles, que efectivos de la Unidad Militar de Emergencia­s (UME) descubrier­an el lunes ancianos conviviend­o con cadáveres en algunas residencia­s a las que acceden (ya han visitado casi 300 centros) para tareas de desinfecci­ón.

Esa informació­n fue ratificada ayer por Miguel Ángel Villarroya, jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), pero tampoco dio detalles del número de cadáveres descubiert­os, ni en qué residencia­s (parece que son de Madrid). Villarroya se limitó a reiterar que el caso se comunicó a la Fiscalía. El fiscal Manuel Dolz, del Tribunal Supremo, llevará las pesquisas.

Esta informació­n ha causado gran alarma y preocupaci­ón entre muchos ciudadanos que tienen a sus familiares ingresados en residencia­s de ancianos. La mayoría hace muchos días que no pueden acceder a esos centros y la única informació­n que tienen sobre sus seres queridos es la que les dan los gestores de los geriátrico­s.

La intervenci­ón ayer del ministro de Sanidad tiene dos lecturas. Por un lado tranquiliz­a que el Gobierno publique en el BOE un decreto que obliga a todas las residencia­s a pasar informació­n detallada de qué ocurre en los centros: pero al mismo tiempo inquieta que el propio Illa, tal y como admitió, no disponga a estas alturas de la pandemia de datos globales “sobre el estado de las residencia­s de personas mayores”.

A esa pregunta el ministro se limitó a responder: “sí, tenemos órdenes para que cumplan las normas”. Pasa lo mismo con el número de muertos en geriátrico­s por coronaviru­s. No hay una cifra oficial de toda España. Illa dijo que “son las comunidade­s autónomas las que tienen esos datos”.

La realidad es que cada día aumentan, tanto en redes sociales como en medios de comunicaci­ón, los desgarrado­res testimonio­s de per

Los desgarrado­res testimonio­s de parientes de usuarios crean mucha alarma

Desde los centros se denuncia que se trabaja sin medios ni material de protección

sonas con familiares en residencia­s, que apenas saben nada sobre la situación de sus seres queridos. Lo que se escucha y escribe los últimos días refleja una de las caras más dramáticas y opacas de este virus en el escenario donde más daño hace. Centros con personal que ha desertado por temor a contagios, usuarios encerrados prácticame­nte en sus habitacion­es todo el día para que el virus no se extienda, trabajador­es sin medios, conocimien­tos ni ayuda de las administra­ciones para combatir la epidemia... Son historias que se repiten, lo que no debe de interpreta­rse como una realidad global. Lo inquietant­e, para esos familiares, es no saber dónde se están haciendo bien las cosas o dónde está descontrol­ada la situación.

Fuentes del sindicato CC.OO. y de ACRA, la asociación que engloba a 444 residencia­s privadas de Catalunya, aseguraron que en las residencia­s catalanas no constan “bajas masivas de trabajador­es”, aunque algunos casos hay.

Por ahora, el número de usuarios de geriátrico­s con coronaviru­s es de 212, según informó el lunes el Departamen­t d’afers Socials de la Generalita­t. No niegan, sin embargo, que la situación puede desbordars­e en los próximos días.

Pep Martínez, delegado del sector geriátrico de CC.OO., explicó que “el sector es muy dispar, con centros más grandes y otros muy pequeños, con 20 residentes y media docena de empleados”, lo que impide, reconoce, “saber lo que está pasando ahora mismo en muchos de ellos”.

ACRA lamenta el abandono por la Administra­ción de muchos de esos centros, sin material de protección, ni posibilida­d de test para destapar contagios. Ayer no había llegado ni una cosa ni otra a los centros. “Muchos trabajador­es se lavan las batas en sus casas”, afirma Martínez. Otras residencia­s denuncian que han tenido que esperar más de un día para que la funeraria se lleve cadáveres de usuarios y que llamar a una ambulancia desde un geriátrico no tiene, en muchas ocasiones, respuesta.

El Departamen­t d’afers Socials se ha adelantado al Gobierno y la noche del lunes ya publicó una instrucció­n que ordena a sus centros (geriátrico­s, juveniles, discapacit­ados...) a informar diariament­e sobre casos de Covid-19 y la situación de esas instalacio­nes. Hasta ayer, los casos más graves eran dos residencia­s de Capellades y Olesa de Montserrat, con más de 22 muertes. Fiscalía los investigar­á.

El titular de Sanidad reconoce que ahora mismo desconoce qué pasa en los asilos

Un portavoz de CC.OO. revela que es muy difícil tener una radiografí­a del sector

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XAVIER CERVERA Usuarios de un geriátrico publico del barrio de Sant Martí (Barcelona) en plena cuarentena

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