La Vanguardia

De la calle a una acogida en familia para confinarse

Un joven logra techo gracias a una pareja que le ha ofrecido su casa mientras dure el estado de alarma por el coronaviru­s

- ROSA M. BOSCH

Abdelali formaba parte del grupo de cerca de 1.200 personas que pernoctan a la intemperie en Barcelona hasta que el pasado jueves, Agnese y su pareja, Gerardo, le ofrecieron alojarse en su casa, en el Maresme. La solución para que este joven pudiera cumplir con la orden de confinamie­nto y dejar las noches al raso llegó a través de la Fundació Barcelonac­tua (BAC), que con su amplia red de voluntario­s atiende a migrantes y solicitant­es de asilo.

Abdelali es alumno de los cursos de integració­n lingüístic­a que imparte Barcelonac­tua. Una de las profesoras voluntaria­s de la entidad comentó con un grupo de amigas, entre las que estaba Agnese, la situación de desamparo de los sintecho, en tiempos todavía más difíciles para este colectivo y con constantes requerimie­ntos por parte de la policía para que se recluyan. Y le habló del caso de Abdelali, un chico de 23 años que sobrevivía al raso desde hacía seis meses, cuando llegó a Barcelona desde Marruecos. “Yo le dije que teníamos espacio, lo comenté con mi pareja y decidimos ofrecerle una habitación con baño y cocina, un espacio separado que tenemos en casa, lo que posibilita su confinamie­nto y mantener la distancia de seguridad”, cuenta por teléfono Agnese.

“Yo soy italiana y Gerardo venezolano, tenemos este estudio para cuando nos visitan familiares y amigos o para couchsurfi­ng. Con tantos apartament­os vacíos que debe haber se podría alojar a muchas personas sin hogar”, considera Agnese. Tanto ella como Gerardo se han adaptado a esta etapa impuesta por el coronaviru­s, ambos trabajan desde casa y en los ratos de ocio tienen una vía de escape en el patio de su vivienda. Allí pueden charlar con su huésped y pasar ratos con su perro, Fidel.

“Es un chico muy agradable y trabajador, nos está ayudando en la restauraci­ón de una mesa. Él es el hermano mayor de una familia bereber que marchó de su pueblo para buscar trabajo y cumplir su sueño de ser boxeador en Europa”, detalla Agnese, que en una etapa anterior, en Buenos Aires, ya se dedicó a apoyar a personas sin hogar.

Griselda Bereciartu, responsabl­e del área de refugio de Barcelonac­tua, está enfrascada estos días en buscar personas dispuestas a alojar temporalme­nte a ciudadanos sin hogar. Durante la primera etapa del confinamie­nto, más de mil han seguido sin poder aislarse en Barcelona. El pasado viernes, el Ayuntamien­to abrió un centro para albergar a 58 indigentes y, a lo largo de esta semana, prevé alcanzar las 385 camas, tras la prevista puesta en marcha hoy miércoles del dispositiv­o habilitado en el pabellón 7 de Fira de Barcelona, y de otras infraestru­cturas.

Paralelame­nte, pequeñas organizaci­ones sin ánimo de lucro que funcionan gracias a su legión de voluntario­s, como Bar celo nac tu a(#Bacac tu a desde casa ), ponen su grano de arena. Bereciartu detalla que desde que empezó la crisis del coronaviru­s, BAC atiende a 300 personas a través de campañas para llamar a ancianos, a sintecho y a alumnos de sus cursos con el objetivo de detectar cuáles son sus necesidade­s y si ha surgido alguna situación de emergencia.

En los últimos días, además de Agnese y Gerardo, otra persona ha acogido en su vivienda a un joven sin hogar, un migrante llegado de Guinea Conakry que vio denegada su solicitud de asilo. Como Abdelali, también asiste, o asistía, regularmen­te a las clases de integració­n lingüístic­a de BAC.

Abdelali marchó de su pueblo con dos retos en mente, poder dedicarse profesiona­lmente al boxeo y ayudar a su familia. Camino de Europa pasó por Rabat, donde también vivió en la calle una temporada, y se dedicó a multitud de trabajos, incluso construyó pozos de agua.

El patio de la casa le permite salir a entrenar y jugar con Fidel. Mientras dure el confinamie­nto sabe que estará a salvo gracias a la generosida­d de sus acogedores.

 ?? CEDIDA ?? Gerardo y Agnese, al fondo, se fotografia­ron en casa con Abdelali; en la foto, también la mascota de la pareja, Fidel
CEDIDA Gerardo y Agnese, al fondo, se fotografia­ron en casa con Abdelali; en la foto, también la mascota de la pareja, Fidel

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