Los primeros en año impar
No era cuestión de cuatro semanas, sino de dos días. Tanto el comité organizador de Tokio 2020 como el propio Comité Olímpico Internacional se han rendido a la evidencia y han optado por acortar los plazos anunciados y tomar la decisión correcta. Los Juegos de Tokio no se celebrarán este verano y se posponen hasta el 2021, salvaguardando de este modo lo más importante, la salud de los atletas de los 206 países que estaban preparándose. Es la cuarta vez que la mayor competición deportiva creada por el hombre tiene que interrumpirse, pero la primera que sucede en tiempo de paz.
Tanto las ediciones de 1916, 1940 –que también debía disputarse en Tokio– y la de 1944 se debieron suspender a consecuencia de las dos guerras mundiales.
El deporte mundial y en especial los atletas, sometidos en las últimas semanas a un estrés inaceptable a causa de la incertidumbre que planeaba y de la lógica merma en sus entrenamientos, se sienten aliviados ante la noticia, lo que les obligará a replantear su preparación para estar a punto cuando los Juegos Olímpicos se celebren por vez primera en su historia de 124 años en año impar. El aplazamiento supone un enorme desahogo para el calendario olímpico, que aún no había resuelto cómo y cuándo se iban a disputar los torneos de clasificación en las diferentes disciplinas colectivas. Uno de ellos, el de balonmano femenino, con las subcampeonas del mundo en acción, se debía haber disputado hace unos días en Llíria. Para los deportistas de más edad es, sin embargo, un nuevo reto a la vista. El deporte español es uno de los que tiene una población mayor. Un buen ejemplo es el marchador Jesús Ángel García Bragado, que con 50 años ya cumplidos iba a competir en sus octavos Juegos, hecho sin precedentes en la historia olímpica. Él y otros tantos, aunque más jóvenes, seguro que se plantearán seguir en activo al menos durante otros 12 meses, con el sacrificio que eso lleva implícito, para despedirse como habían planeado: participando en la mayor fiesta del deporte mundial y celebrando el esperado triunfo de la Humanidad frente al coronavirus.
Pau Gasol, Alejandro Valverde y Laia Palau tendrán más de 40 años en Tokio 2021 y muy cerca les rondarán nada menos que Lydia Valentín, Javier Gómez Noya, Sandra Sánchez y a algo más de distancia Rafael Nadal, Jèssica Vall, Rudy Fernández o el presunto abanderado Saúl Craviotto, todos ellos grandes aspirantes.
Tendrán que poner rumbo a Tokio 2021 en cuanto se den las condiciones necesarias para volver a los entrenamientos. Para algunos será su último servicio al deporte español.
El COI y los organizadores se han rendido al final a la evidencia y han tomado la decisión correcta