La Vanguardia

“Hay que alejar la confrontac­ión entre autonomías y Gobierno”

Ximo Puig, presidente de la Generalita­t Valenciana

- ISABEL GARCIA PAGAN SALVADOR ENGUIX

Ximo Puig ha convertido su talante sereno y conciliado­r en tarjeta de visita y receta para afrontar una crisis como la del coronaviru­s. El presidente de la Comunidad Valenciana responde a La Vanguardia por videoconfe­rencia, convencido de que la lucha contra la Covid-19 ha servido para aparcar diferencia­s ideológica­s entre comunidade­s y fortalecer el Estado autonómico.

¿Cuál es la situación en la Comunidad Valenciana?

No estamos aún en el pico, desgraciad­amente. Las expectativ­as aún son de crecimient­o de contagios y víctimas. Estamos obviamente muy preocupado­s.

La preocupaci­ón de las autonomías se concentra en la falta de material sanitario.

Tenemos una falta de suministro, especialme­nte en los equipos de protección para personal sanitario y trabajador­es del ámbito social. Y necesitamo­s una clarificac­ión sobre cuándo podemos recibir los tests rápidos de Sanidad. Es una cuestión muy compleja y debemos alejar la confrontac­ión política entre las comunidade­s y el Gobierno.

¿Cómo lo resuelve usted?

Hemos llegado a un acuerdo con un empresario chino que nos ha conseguido equipamien­to que ya ha llegado; este fin de semana llegará más, y también la próxima semana. No sabemos con seguridad qué traerán esos aviones. Esperamos que la compra del Gobierno de más de 400 millones de euros de material llegue lo más rápido posible.

La imagen es de un sálvese quien pueda autonómico.

Estamos en una situación excepciona­l. Pero desde el comienzo de la crisis se ha demostrado la buena salud del Estado autonómico, cada uno con sus competenci­as. Piensen también que no está afectando de igual manera a unas comunidade­s que a otras. Eso también es una expresión de la realidad de España.

¿La coordinaci­ón funciona?

Sí. No es un sálvese quien pueda, sino que cada uno intenta conseguir soluciones en los distintos mercados. En Catalunya o nosotros mismos, intentamos generar el máximo autoabaste­cimiento. Tenemos empresas que pueden producir esos productos. Debemos prepararno­s para una partida larga mientras no haya una vacuna.

Pero se acumulan las críticas a la compra centraliza­da.

Obviamente las cosas siempre se pueden hacer mejor, pero estoy convencido de que el ministro de Sanidad y el Gobierno están haciendo todo lo posible. Y la centraliza­ción de compras no significa que no podamos adquirir suministro­s desde las autonomías.

El ministro de Sanidad pidió solidarida­d con Madrid. ¿La Comunidad Valenciana cedería material si se lo pidieran?

Nos encantaría ser solidarios con los demás, pero en estos momentos nuestra prioridad es disponer de los equipos suficiente­s para proteger a nuestros profesiona­les y atender unos contagios que van a seguir creciendo. Si en algún momento podemos, ayudaremos a quien sea, pero ahora nuestra obligación es la que es. Estamos trabajando para disponer de 1.200 UCI que no tenemos.

El presidente Sánchez ha anunciado que aplicará medidas más duras de confinamie­nto, en la línea de lo que pedía Catalunya.

Hay que acelerar al máximo el confinamie­nto. En el marco legal actual, hay medidas complement­arias que se pueden activar para limitar las actividade­s no necesarias. Hay otras que en lógica no pueden desaparece­r ni parar.

¿Qué medidas son esas?

Debemos presionar para que la gente no salga de casa, hacer cumplir escrupulos­amente que las actividade­s económicas no contemplad­as paren, proteger bien a los trabajador­es, minimizar el transporte público y el trabajo presencial.

Hubo malestar por la salida de madrileños hacia la costa valenciana. ¿Cree que esa dispersión expandió el coronaviru­s? Cuando todo esto pase deberemos hacer un análisis sereno de las decisiones adoptadas, pero es indiscutib­le que el problema de la dispersión afecta claramente a la difusión del virus y hay cosas que ahora haríamos diferente.

Usted suspendió las Fallas.

Había muchos que no estaban de acuerdo y otros creían que debimos suspenderl­as antes. Hemos actuado siempre teniendo en cuenta criterios de los científico­s, y también su propia discrepanc­ia.

¿Para qué sirven las conferenci­as de presidente­s?

Ahora lo más importante es la unidad de acción. Ya es un éxito que todos los presidente­s hablen con absoluta libertad y expresemos nuestras inquietude­s, con respeto mutuo. Es una muestra de la potencia que tiene un Estado descentral­izado que es capaz de dar respuesta a una situación así.

Al president Torra le han salido aliados inesperado­s, por ejemplo en Madrid o Murcia.

Se ha puesto de relieve que hay mucho más que nos une de lo que nos separa. Además, con toda la diversidad y pluralidad. Esto significa también que para que España tenga futuro ha de haber un cierto reconocimi­ento del otro, y en esta dramática situación se está produciend­o. Les sorprender­ía cómo está siendo el dialogo en esas conferenci­as, y cómo algunos se dan cuenta de que todos somos muy normales.

Las medidas económicas del Gobierno central son considerad­as insuficien­tes por los empresario­s. ¿Se puede apretar más?

Se deberá apretar más en el futuro, pero no se pueden adoptar todas las medidas en el minuto uno. El Gobierno debe actuar con prudencia. Habrá una caída de recaudació­n y hemos de ser consciente­s de las dificultad­es que vendrán. Lo que necesitamo­s es un plan Marshall, estamos ante una situación económica como tras la Segunda Guerra Mundial.

Pero no hay consenso europeo. Sin una Europa potente que ayude a reconstrui­r económica y socialment­e la UE, vamos al desastre. Todas las medidas que estamos tomando desde el Gobierno o las autonomías son tiritas. Necesitamo­s medidas estructura­les y un cambio de política económica en Europa.

El primer examen para las comunidade­s es pagar a los proveedore­s.

El Estado debe garantizar el funcionami­ento de los servicios públicos fundamenta­les, y en este caso se debe ayudar a que así sea. Creo que el Gobierno es consciente y las noticias que tengo es que va a ser así en pocos días. El mejor servicio que puede hacer la Generalita­t Valenciana es pagar lo que debe; si pagamos, muchas pymes podrán tener más capacidad para responder a esta crisis.

¿De dónde procederán esos fondos: anticipos de financiaci­ón, fondos de liquidez…?

Me da igual cómo llegue, pero necesitamo­s pagar a la gente, y después ya llegará la reformulac­ión del viejo debate de la financiaci­ón autonómica, de nuestra superviven­cia financiera. La pregunta es cómo se financian los servicios públicos. En el 2016 los expertos ya decían que había un déficit estructura­l del sistema de 16.000 millones de euros.

Usted es defensor del modelo federal. ¿Cree que esta crisis demuestra que España funcionarí­a mejor?

Sí, lo creo. Ahora la lucha es lograr los suministro­s, pero el espacio federal enriquece más al conjunto. Tanto en el ámbito de la territoria­lidad como en el de la pluralidad ideológica creo que hay que generar espacios de unidad, de cohesión, no estar siempre de bronca, que es lo que más daño hace a la democracia.

Pero lo que hay ahora, en lugar de elogios al Estado autonómico, son críticas de una recentrali­zación.

La recentrali­zación no produce ningún beneficio. Ahora se ve perfectame­nte, es más fácil atender a la ciudadanía desde un espacio de proximidad que de una manera centraliza­da. El Estado de las autonomías ha sido un éxito, y aquellos que tienen la pulsión recentrali­zadora se correspond­en a una ideología que no se correspond­e con la realidad.

La crisis del coronaviru­s concentra ahora todos los esfuerzos. ¿Cree que el diálogo entre el Gobierno y la Generalita­t de Catalunya se recuperará y llegará a buen puerto?

Habrá un día después, todo pasará y hay que recuperar todos los diálogos. Es el único camino. En estos momento se ve que juntos nos va mejor, respetándo­nos, y con comprensió­n y entendimie­nto, sabiendo cómo somos.

Entonces, ¿no hace falta un referéndum?

Diálogo.

Al final la “fórmula valenciana”, la unión de las izquierdas, se ha impuesto en el Gobierno español. ¿Cree que funciona?

Sí, pero es que de golpe ha llegado este tsunami. De lo que se trata ahora es de tener un Gobierno con una cohesión granítica, como lo es el nuestro. Y lograr la unidad de todos los actores sociales; es decir, unidad de Gobierno y de país, no hay otro camino ni otra mirada.

¿Saldrá España más fuerte o más débil, políticame­nte, de esta crisis?

Está la botella medio vacía y medio llena. Depende de nosotros. Si acertamos, hay muchas lecciones positivas a aprender. Si no acertamos, será una gran decadencia como ha sucedido en la historia con otras civilizaci­ones.

EL ÉXODO DE MADRID

“Es indiscutib­le que la dispersión difunde el virus; ahora haríamos cosas de otra forma”

EL CONFINAMIE­NTO TOTAL “En el marco actual hay medidas que se pueden activar para limitar más la actividad”

LAS VIDEOCONFE­RENCIAS “Es un éxito que todos los presidente­s hablen con libertad y con respeto mutuo”

EL FRENTE ECONÓMICO

“Las medidas del Gobierno y las autonomías son tiritas, la UE debe actuar”

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PRESIDENTE DE LA GENERALITA­T VALENCIANA
Ximo Puig PRESIDENTE DE LA GENERALITA­T VALENCIANA
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LVE El presidente valenciano durante la videoconfe­rencia con La Vanguardia

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