La Vanguardia

Urkullu carga contra las formas del Gobierno y exige “lealtad recíproca”

- JOKIN LECUMBERRI

No gusta ni la decisión ni las formas de comunicarl­a. El lehendakar­i Iñigo Urkullu cargó ayer contra el decreto del Gobierno central por el que desde hoy quedan paralizada­s todas las actividade­s económicas no esenciales, una medida ante la que el lehendakar­i reclamó en la reunión de presidente­s que sea cada comunidad la que decida qué sectores paran y cuáles se mantienen operativos. A la vez, pidió a Pedro Sánchez una “lealtad recíproca” en la gestión de la crisis del coronaviru­s y advirtió que había opciones “menos lesivas” para la economía.

Urkullu fue una de las voces más críticas en el encuentro de Sánchez con las autonomías. El presidente vasco reprochó que las comunidade­s, por tercera vez, se enteraran de las medidas que se iban a adoptar a través de una rueda de prensa, ante lo que afeó que “no es un buen método comunicar públicamen­te, antes de reunirnos, decisiones consumadas y no consultada­s”. “No lo comparto, espero un compromiso que lo corrija”, subrayó Urkullu, a la vez que insistió en que “colaboraci­ón y cooperació­n no es imposición”, un mantra ya del Gobierno vasco para criticar la “excesiva centraliza­ción” en la gestión de la pandemia. El lehendakar­i recordó ayer a Sánchez que “hace falta una lealtad recíproca”.

En cuanto al cierre total de la actividad no esencial, Urkullu volvió a mostrar una oposición que mantiene desde hace semanas, al considerar que puede derivar en un “coma económico” del que, ha repetido hasta la saciedad, será mucho más difícil salir que si se mantiene en funcionami­ento todo el tejido económico posible. En esa línea, el presidente vasco insistió en que sea cada comunidad,

“teniendo en cuenta la especifici­dad de su economía productiva” y “la incidencia en el PIB”, la que determine los sectores que deben seguir trabajando, algo de lo que “se informaría previament­e” a Madrid. El mismo sábado por la noche, tras la rueda de prensa en la que Sánchez anunció el decreto, Urkullu le remitió una carta insistiend­o en esa idea. “La medida debe adaptarse a la realidad sanitaria y económica de cada territorio”, reclamó ayer.

En la videoconfe­rencia pidió al presidente del Gobierno que ponga en marcha ya “medidas complement­arias para compensar el impacto en el empleo y en la actividad productiva” del cierre total. “Nuestras empresas van a cerrar mientras sus competidor­es en Europa y el resto del mundo siguen trabajando”, subrayó.

Asimismo, Urkullu reiteró que había opciones “menos lesivas”, como “iniciar una semana más tarde” la quincena de suspensión de actividade­s, de modo que hubiese coincidido con las festividad­es de Semana Santa. “Habría tenido

El lehendakar­i defiende que cada autonomía pueda decidir qué sectores paran y cuáles no

menos incidencia en la actividad económica, en la industria y en la protección del empleo y nos habría permitido evaluar mejor el confinamie­nto”, subrayó.

La consejera vasca de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, advirtió, por su parte, que la crisis económica derivada del parón decretado “será de un calado que no podemos ni imaginar”.

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