Mascarillas caducadas a funcionarios de prisiones
La Generalitat facilita material de protección obsoleto a los trabajadores penitenciarios ante la escasez de recursos
La Conselleria de Justícia repartirá a los trabajadores de las prisiones 50.000 mascarillas caducadas ante la escasez de material sanitario. El nuevo instrumental de protección debe sustituir a la primera remesa de mascarillas quirúrgicas que proporcionó la Generalitat al inicio de la emergencia sanitaria y cuya vida útil sí seguía en vigor, si bien, los funcionarios han utilizado estas mascarillas durante quince días, a pesar de que eran de usar y tirar.
Según la Generalitat, las mascarillas caducadas proceden de un stock y cumplen con los criterios del Ministerio de Sanidad, al tiempo que remarca que la adopción de esta medida se enmarca dentro de una situación de escasez y de “forma excepcional”. Los sindicatos, sin embargo, recriminan al departament que les asigne este material obsoleto. “Nos sentimos funcionamóviles rios de segunda y esto evidencia el nulo respeto que nos tienen a los profesionales penitenciarios”, reprocha Xavier Martínez, portavoz de Ugt-presons, sindicato que denunciará a la conselleria ante la Inspección de Trabajo por vulnerar la normativa sobre prevención de riesgos laborales. “Una mascarilla caducada puede ofrecer algo más que una mascarilla quirúrgica después de 40 horas de servicio, pero nos parece que no es de recibo ni es razonable. La Generalitat debería haber tomado medidas mucho antes”, lamenta Francesc López, coordinador de Acaip.
Las mascarillas caducadas deberán ser utilizadas sólo para las tareas diarias, siempre manteniendo la distancia de seguridad con el resto del personal y la población penitenciaria, matiza la conselleria. En una comunicación interna enviada a los trabajadores y la que ha tenido acceso La Vanguardia, el Govern avisa que “cuando el funcionario tenga que entrar en una celda donde hay un interno enfermo o un sospechoso se tendrá que utilizar una mascarilla FFP2 de un solo uso, y preferentemente no caducada de las que disponen todos los centros penitenciarios”.
La situación que se vive en las prisiones es de tensión, si bien en los últimos días la situación se ha calmado. “Parece que la política de
para todos empieza a funcionar”, destacan fuentes penitenciarias. La Conselleria de Justícia repartió 260 móviles y ha favorecido las videoconferencias tras el cerrojazo de las comunicaciones con el exterior decretado para evitar la entrada del coronavirus a los centros penitenciarios. Hasta la fecha hay ocho internos que han dado positivo por coronavirus y 32 sospechosos aislados en sus celdas. Esto ha obligado a confinar a 195 internos de la prisión de mujeres de Wad-ras y del módulo 5 de Brians 1. Entre los trabajadores penitenciarios el número de positivos es más alto. Dieciséis se han contagiado y hay 205 aislados por prevención.
La emergencia sanitaria obligó a la dirección de Serveis Penitenciaris a decretar un cierre absoluto de las prisiones. Las comunicaciones con el exterior, los vis a vis, los permisos y las salidas para ir a trabajar están vetadas. La semana pasada se vivieron dos incidentes graves en Brians 1, con quema de mobiliario incluido, con internos que exigían comunicarse con sus familiares.
El Govern señala que el material cumple con los criterios de Sanidad y responde a una “situación excepcional”