“Es una ilusión, un artificio mental”
Álvaro Arbina (Vitoria, 1990), acaba de publicar este mes Los solitarios (Ed. B), un thriller en un lugar remoto de la naturaleza, que escribió para conocerse mejor. Quiso deliberadamente dibujar un lugar sin bandera, sin nombre, vinculado telúricamente a la naturaleza. ¿La naturaleza nos ayuda a sobrellevar la soledad o nos aísla? “No es el planeta Humano, es el planeta Tierra, el que lleva aquí mucho más que nosotros. Ella nos lo da y nos lo quita todo. Ella está en la sombra, hasta que nos golpea. Esto parece una obviedad, pero vivimos como sino lo fuera”. Arquitecto de profesión, en su libro explora las posibilidades de armonía o desazón entre los seres humanos y las casas que nos acogen. Más, en situaciones difíciles. Nuestro hogar, nuestro espacio, es el único lugar sagrado.
“La casa del libro es un cubo, que se mira a sí mismo y no a lo que le rodea”. El autor, para quien la arquitectura es un puro reflejo de la sociedad, cree que “no somos perfectos y jamás eliminaremos nuestra naturaleza egoísta pero podemos hacerlo mucho mejor”. Y en ese decorado sitúa la relaciones de diez personajes de muy distintas características. Entonces, ¿podremos domar la soledad? “La soledad es una ilusión, un artificio mental –argumenta Arbina– así que puedes vivir en el corazón mismo de una metrópoli y sentirte totalmente solo. Pero también puedes nacer de una madre muerta, en una isla llena de alimentos, y vivir tu vida sin conocer a nadie y sin descubrir jamás lo que es la soledad”.
El escritor, que nos responde desde su casa, donde convive con su pareja “descubriendo esta nueva forma de libertad”, nos deja una última reflexión: “Es verdad que estamos encerrados. Que no podemos salir ni a ver a nuestras familias. Pero hemos roto los grilletes de la rutina y de la rueda humana, que llevaban décadas sin detenerse. Podemos hacer otras cosas que antes no podíamos”. Hay que estar atentos a ellas, propone.