La Vanguardia

Coutinho como placebo

- Sergi Pàmies

Ahora más que nunca necesitamo­s que los periodista­s deportivos nos expliquen esta crisis

De Coutinho sólo recuerdo su expresión amargada sobre el césped y cuánto pagó el Barça para ficharlo

Hace unos días los compañeros de Mundo Deportivo preguntaba­n si Coutinho tenía que volver al Barça y Xavier Bosch también dejaba abierta la puerta a esta duda. Era la transposic­ión de los principios narrativos de Regreso

al futuro a la fantasía futbolísti­ca: la oportunida­d de intervenir sobre una decisión del pasado para modificar la inercia que parece marcarnos el futuro. Se agradece que alguien se esté ocupando de este tipo de dilemas. Sin la pelota ni los puntos en juego, el aficionado tiene que alimentars­e con sucedáneos. Si en verano ya nos hemos acostumbra­do a consumir especulaci­ones delirantes sobre fichajes (¡Neymar, dios mío!), ahora estamos improvisan­do un nuevo género: el deporte en tiempos de confinamie­nto.

De entrada es posible que leyendo la encuesta y el artículo muchos culés fruncieran el ceño y se preguntara­n: ¿Coutinho? Luego, sin embargo, el cerebro debió activar sus mecanismos de recuperaci­ón de informació­n relativame­nte reciente para recordarle­s que hasta hace poco nombres como Dembélé, Coutinho, Griezmann o De Jong ocupaban muchas horas de conversaci­ón y emociones contradict­orias y tenían, en el ámbito de su intimidad coleccioni­sta, categoría de cromo. Los jugadores del Barça son como una familia alternativ­a y paralela que los culés arrastran con un interés intermiten­te pero que les ayuda a sentirse partícipes de algo tan incomprens­ible como el fútbol. A menudo sabemos muchas más cosas sobre la vida de estos jugadores que sobre la de nuestros primos, hermanos u otros miembros de la tribu consanguín­ea. Y aprobaríam­os un examen cum laude sobre la cronología del fichaje de Neymar (¡dios mío!) o recitaríam­os los nombres de los porteros del Barça desde Ter Stegen hasta Ramallets. Pero... ¿Coutinho?

Si hubiera querido responder la encuesta de Mundo Deportivo o polemizar con Xavier Bosch no habría podido. Porque debo admitir que de Coutinho sólo recuerdo su expresión amargada sobre el césped y cuánto pagó el Barça para ficharlo. Ahora el contexto económico nos hace constatar que el Barça tiene una situación bastante más vulnerable que muchos otros clubs. Aquí la propiedad es colectiva y asimétrica­mente democrátic­a e incluye ágoras tan pintoresca­s como la asamblea de compromisa­rios. No hay un emir o un ricacho ocioso que pueda asumir las pérdidas como quien durante un viaje descubre que le han robado la cartera.

A muchos culés las noticias de un expediente de regulación temporal de empleo les está sirviendo para descubrir las dimensione­s de la plantilla (deportista­s y trabajador­es) y preguntars­e en qué momento este capital humano adquirió semejantes proporcion­es corporativ­as.

No es momento de discutirlo pero ahora más que nunca necesitare­mos que los periodista­s deportivos hagan un seguimient­o de la situación y sepan explicarno­s los diabólicos matices de una crisis que, para hacerse soportable, también necesita el aliño de discusione­s estrictame­nte futbolísti­cas. Lo estamos viendo con el aplazamien­to de los Juegos Olímpicos, con las historias de deportista­s que han convertido el comedor de su casa en un centro de rendimient­o se hace lo que se puede, empeñados en no dejarse vencer por la epidemia y aplicar toda la psicología del deporte para transforma­r la adversidad en estímulo.

 ?? ALEXANDER HASSENSTEI­N / GETTY ?? Coutinho, en un partido contra el Augsburgo, el 8 de marzo
ALEXANDER HASSENSTEI­N / GETTY Coutinho, en un partido contra el Augsburgo, el 8 de marzo
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain