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Gloria a los héroes olvidados

- TONI LÓPEZ JORDÀ

Será porque uno nunca sintió devoción por héroes hipervitam­inados, sino simpatía cómplice por los secundario­s, perdedores o Coyotes de turno, en Le Mans 66 se hace imposible no aplaudir el reconocimi­ento que subyace a la figura del piloto Ken Miles, una leyenda sin gloria.

Evidenteme­nte, Le Mans 66 es un film de coches, de acción, con secuencias brillantes, que revive la rivalidad entre el gigante estadounid­ense y el constructo­r italiano en las 24 Horas de Le Mans. Es el choque de dos filosofías: una Scuderia que nutría su mítica de la épica de ganar carreras (en la F-1 ya llevaba 6 títulos, más 6 victorias seguidas en Le Mans), pero en quiebra económica (la compró Fiat por 18 millones de dólares); y una Ford con 65 años de historia y 47 millones de automóvile­s, pero que quería dejar de ser un fabricante anodino. Como ilustra Lee Iacocca, el jefe comercial, “James

Bond no conduce un Ford”. Por ello propone a su presidente, Henry Ford II, “pensar como Ferrari” para que los Ford sean objeto de deseo.

Para imbuirse de glamour y lograr que “Ford sea sinónimo de victoria”, Iacocca plantea ir a ganar la más legendaria de las carreras, la que confiere categoría de mito: las 24 Horas de Le Mans. Ahí nace el pique entre las dos compañías. Y ahí aparecen Carroll Shelby (Matt Damon) y Ken Miles (Christian Bale), los hombres a los que Ford encarga convertir su GT40 en un coche capaz de derrotar a Ferrari.

Gusten o no las carreras, Miles (1918-1966) se hace entrañable. Con su retranca inglesa, algo rudo y un oscuro sentido del humor, Ken, mecánico y piloto que ya era un héroe antes de Le Mans –participó en el desembarco de Normandía llevando un tanque hasta Berlín y había ganado en Daytona y Sebring–, hace un coche ganador... Pero el vicepresid­ente, Leo Beebe, villano oficial (Josh Lucas), lo considera un beatnik que “no da buena imagen para pilotar un Ford”. De modo que se aprovecha de sus servicios y le prepara un final deshonroso.

La jugada de Ford, mezcla de ignorancia y miopía marketinia­na, no podía ser más hiriente para un piloto puro: los GT40 estaban arrasando con Miles al frente, y con el pretexto de tener una foto para la historia, sus tres coches llegando juntos a la meta, obligan a frenar a Ken, que llevaba 4 vueltas de ventaja. Así, con empate, el ganador era el coche que había salido de más atrás (por haber recorrido más distancia), y ese fue Bruce Mclaren, encumbrado a héroe para la historia. Pobre Miles.

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Shelby y Ken Miles construyen para Ford un coche para vencer a Ferrari
PLATAFORMA­S: Youtube, 4,99€
Google Play Movies, 4,99€
DIRECTOR: James Mangold Shelby y Ken Miles construyen para Ford un coche para vencer a Ferrari PLATAFORMA­S: Youtube, 4,99€ Google Play Movies, 4,99€

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