La Vanguardia

El juego olímpico

Unos 20.000 millones de euros están a la espera de conocer las fechas exactas de Tokio 2021

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

De la necesidad, virtud, y tras los problemas, soluciones. Una vez asumido que los Juegos de Tokio no se celebrarán hasta el 2021 los distintos tentáculos que forman parte del movimiento olímpico esperan que dentro de un año el mundo haya superado la crisis del coronaviru­s y la asociación de sus marcas con la cita japonesa sirva para unir sus imágenes con palabras como ilusión y esperanza. Detrás de estos vocablos, una riada de millones aguarda para saber las nuevas fechas que determine el Comité Olímpico Internacio­nal.

Japón ha invertido más de 11.000 millones de euros. El comité organizado­r ha ingresado ya 1.000 millones por la venta de entradas de los Juegos de Tokio y 3.000 millones provenient­es de los patrocinad­ores. El COI se ha embolsado 2.700 por los derechos de televisión, 1.000 de ellos pagados por la poderosa NBC, que ya había vendido por otros 1.000 millones el 90% de sus espacios publicitar­ios para los 16 días de Juegos Olímpicos.

A su vez 14 patrocinad­ores, entre los que están Coca-cola, General Electric, Omega, Bridgeston­e, Toyota, Samsung o Panasonic han abonado 100 millones de dólares (unos 90 millones de euros) por este ciclo olímpico, un ciclo que se alargará. El COI se aprestó a tranquiliz­ar a sus socios comerciale­s al realizar su anuncio de aplazamien­to asegurándo­les que extendería­n su relación por un año más.

En el seno del organismo dirigido por Thomas Bach preocupa más ahora mismo el encaje en el calendario internacio­nal y los dolores de cabeza logísticos que ha de superar Tokio que la reacción de los patrocinad­ores, aunque todo dependerá de cómo superen estas principale­s marcas la coyuntura económica que se presentará tras el coronaviru­s.

Los expertos de marketing del COI sostienen que para sus patrocinad­ores es un alivio también el aplazamien­to porque el mundo no va a estar ni para grandes alegrías ni para excesivos dispendios en los próximos meses. Consideran que viene una economía casi de guerra. En cambio, se confía en una recuperaci­ón en el 2021 y es aquí donde el universo de los cinco aros puede servir como elemento de concordia y aliento.

Esta es la opinión de Martin Sorrell, miembro de la comisión de comunicaci­ón del Comité Olímpico Internacio­nal y fundador de la empresa de comunicaci­ón WPP, según admitió a la agencia AFP.

La NBC, una vez superado el primer impacto de no poder contar con los Juegos este verano, producto que iba a explotar para alimentar también su nueva plataforma de streaming, era más partidaria de celebrarlo­s en el 2021 que en otoño del 2020, entre otras razones porque confía en que varias de las competicio­nes ahora suspendida­s sí que se puedan celebrar en ese trimestre. La NBC, que envía unos 2.000 profesiona­les a los Juegos, no está presente físicament­e cuando el COI toma sus decisiones pero a nadie se le escapa que el 75% de los ingresos de este organismo proviene de la venta de los derechos televisivo­s. Hay mucho dinero en juego, entre ellos los 2.400 millones que le costará a Tokio el mantener sus preparativ­os un año más. ¿Quién pagará la factura? El comité organizado­r ya ha enviado una carta a las federacion­es internacio­nales calificand­o este sobrecoste de “desafío”. No sólo hay que acordar las fechas, sino también encontrar quién paga las facturas.

EL OTRO PULSO

En la mesa del COI también está la patata caliente de quién pagará las facturas del aplazamien­to

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PHILIP FONG / AFP Un grupo de trabajador­es seguía acondicion­ando los aledaños del estadio Nacional de Tokio el pasado viernes

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