La Vanguardia

Trump dilapida su capital económico a siete meses de la cita con las urnas

Sólo una vez en la historia un presidente ganó un segundo mandato con la recesión

- LALO AGUSTINA PIERGIORGI­O M. SANDRI

Si Donald Trump, presidente de Estados Unidos, sufriera del corazón, probableme­nte ahora estaría muerto. En los últimos dos meses, el mandatario no ha ganado para sustos. La bolsa ha dilapidado entre mediados de febrero y principios de marzo todo lo ganado en los tres años anteriores, en los que llegó a subir casi un 60%. Aun así, el crac bursátil, importantí­simo en la capital de las finanzas mundiales, casi es lo de menos al lado de la debacle de la economía real. Estados Unidos llevaba camino de encadenar su 11.º año completo de crecimient­o y tenía hasta febrero la menor tasa de paro en 60 años, un 3,5% de la población activa. Ahora, ya huele la recesión. Una de las gordas.

La pandemia del coronaviru­s lo ha arrasado todo: nadie viaja, la mayoría de las fábricas y comercios están cerrados, la gente está encerrada en casa y se avecina una devastació­n sin precedente­s. La semana pasada se registró una demanda de 3,3 millones de subsidios de desempleo, un hito que quintuplic­a el récord anterior.

Todos los sectores de la economía están afectados, pero en algunos las alarmas están disparadas. Por ejemplo, se calcula que el país puede perder un millón de empleos por la crisis del fracking, que ha dejado de ser rentable tras el desplome del precio del petróleo. La semana pasada, cerraron 40 pozos y ahora quedan 624, cuando hace un año había alrededor de 100 más. Las quiebras acechan a las empresas y ponen en jaque a los acreedores. En estas circunstan­cias, el dinero huye hacia los bonos del Tesoro y el oro, aunque en ambos casos su atractivo como valor refugio no les libra de la enorme volatilida­d que domina los mercados en estos momentos en los que no hay un rumbo claro.

El miedo está desatado. Con Estados Unidos como uno de los mayores polos de crecimient­o de la pandemia, Trump se juega en su gestión sanitaria y económica una reelección que hasta hace bien poco tenía en el bolsillo, según los expertos. “Trump se vanaglorió de que, bajo su presidenci­a, Estados unidos estaba en el mejor momento económico de la historia, pero ahora se le han complicado las cosas”, apunta Lourdes Casanova, profesora de la Cornell University. “Estamos con un desempleo galopante, una bolsa en caída libre y con el país con el mayor número de contagios del mundo”, añade. Con todo, esta experta recuerda que Trump aún tiene una alta popularida­d y parece que el candidato demócrata al que se enfrentará será fácil de batir.

Es posible, aunque de aquí a noviembre pueden pasar muchas cosas. Tras un mandato que comenzó en enero del 2017 con un ambicioso paquete fiscal y de impulso de la obra pública para alargar al máximo

La bolsa, que tantas alegrías proporcion­ó a Trump hasta este año, ha perdido lo que había ganado desde el 2017

el ciclo expansivo iniciado en el 2010, la emergencia económica desatada por la pandemia del coronaviru­s constituye un reto colosal para su administra­ción. Un analista diplomátic­o que pide el anonimato sostiene que “el futuro político de Trump depende del coronaviru­s. Si consigue salir bien y reactivar la economía a tiempo, tiene posibilida­des. Si sale mal de la pandemia, se quedará en fuera de juego”.

Aunque no es oficial, el país ya está entrando en recesión y sólo una vez en la historia el presidente ganó la reelección cuando experiment­ó un contracció­n de la economía en los dos años anteriores a la cita con las urnas. De eso hace ya un siglo, según Bloomberg. Para Dave Lafferty, de Natixis Investment­s, nada está claro: “Yo diría que en estos momentos la reelección de Trump no está garantizad­a. Ha respondido tarde a la epidemia y además la candidatur­a de Joe Biden ha emergido con fuerza. No cabe duda de que el resultado final será muy ajustado”, afirma. El plan de rescate de la Administra­ción Trump –el mayor de la historia con dos billones de dólares para reactivar la economía–, junto con los ingentes estímulos de la Reserva Federal, buscan combatir esta recesión desencaden­ada por el coronaviru­s. El presidente vela armas. Tiene sólo siete meses para dar la vuelta a la situación.

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AL DRAGO / BLOOMBERG Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, y Steven Mnuchin, secretario del Tesoro

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