Sánchez pide que el sistema productivo “hiberne” ante críticas de las autonomías
El presidente del Gobierno impone homogeneizar a las comunidades contra el virus
En pleno pulso con Alemania y Holanda para que Europa despliegue un plan Marshall de emergencia ante los catastróficos efectos a los que aboca la guerra contra el coronavirus, Pedro Sánchez reunió ayer al Consejo de Ministros, por tercera vez en una dramática semana, para decretar la drástica restricción de la actividad económica no esencial en España. Justo después, el presidente del Gobierno volvió a reunir, por tercer domingo consecutivo, a unos presidentes autonómicos que, de nuevo, tuvieron que encajar el drástico cambio de criterio de Sánchez para intentar frenar a la desesperada el colapso del sistema sanitario
Una iniciativa ante la que el vasco Iñigo Urkullu, “muy muy duro” en la reunión, y el gallego Alberto Núñez Feijóo, “muy cabreado”, expresaron sus muy serias reservas. Pero con la que, esta vez, el catalán Quim Torra se mostró satisfecho, ya que la saludó como un éxito propio: “Estoy contigo”, le dijo a Sánchez. Los líderes autonómicos no rompen la unidad de acción, pero algunos de ellos alzan su voz.
“No cerramos nada, pedimos a empresarios y trabajadores que asuman este periodo de descanso y reducción de la actividad económica estas dos semanas para ya de una vez por todas doblegar la curva de la pandemia”, les aseguró Sánchez. “Entiendo y puedo compartir las quejas, no ha sido fácil tomar esta decisión, pero honestamente no vemos otra que tomar esta decisión”, les dijo, según varios de los presentes. Durante la cita extraordinaria previa del Consejo de Ministros, Sánchez dio orden a todos los miembros de su gabinete de “resistir a las presiones” de poderosos sectores económicos y empresariales. “No vamos a aceptar presiones de ningún tipo en orden a alterar este confinamiento”, advirtió luego la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Sánchez reconoció ante los presidentes autonómicos, según varios de ellos, que “es muy difícil” que se activen los eurobonos que reclama. “Hay países para los que la UE es un mercado interior que les viene muy bien para vender sus productos, pero la solidaridad no la asumen”, lamentó. También admitió, ante las quejas generalizadas, un “cierto retraso” en la entrega del material sanitario a los territorios. “No es momento de división ni de resaltar las diferencias, ya habrá tiempo para el reproche, es momento de arrimar el hombro, no de buscar enfrentamientos estériles”, advirtió después la portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que insistió en reclamar unidad de acción y en que estén “todos a una”. “La unidad de acción con las comunidades autónomas es imprescindible y fundamental”, insistió, para aplicar una medida que provocará que “nuestro sistema
LÍDERES TERRITORIALES
Un Urkullu “muy duro” y un Feijóo “muy cabreado” exhiben discrepancias
COLABORACIÓN E IMPOSICIÓN “Entiendo las quejas, no fue fácil tomar esta decisión, pero no hay otra”, replica Sánchez
productivo entre en una especie de hibernación durante estos días”.
Pero Montero rechazó el margen de maniobra propio que demandan algunas autonomías para encarar las nuevas restricciones económicas. “No tiene sentido hacer diferencias de confinamiento y de medidas entre comunidades, el virus no entiende de fronteras ni de ideologías”, subrayó. “No tendría ningún interés que un territorio determinado tomara medidas en concreto, no podemos hacer ningún tipo de diferenciación entre comunidades autónomas que no tiene sentido”, insistió Montero. “Dentro de nuestras fronteras, todos tenemos que hacer la misma tarea”, zanjó ante las “peticiones de diferenciación” expresadas por algunos presidentes. “Todas las medidas que sean útiles la aplicará de forma homogénea el Gobierno de España, y no tiene ningún sentido que una parte del territorio haga algo distinto al otro”, zanjó la portavoz.
Pero, cuando se tiene que gober
UN DECRETO DRÁSTICO
El jefe del Ejecutivo ordena a sus ministros “resistir a las presiones” ante las restricciones
MEDIDAS HOMOGÉNEAS
La portavoz del Gobierno rechaza todo tipo de “diferenciación” entre las comunidades
nar, el partido al que se pertenece pasa a un segundo plano. O por lo menos es lo que sucedió ayer con los presidentes autonómicos del PP, que mantuvieron posturas distintas de acuerdo con la realidad de sus comunidades. Mientras el presidente de Murcia, Fernando López Miras, y el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, aplaudieron la medida que ambos ya reclamaron la semana pasada, otros como el gallego Núñez Feijóo no estuvieron tan de acuerdo. El presidente de la Xunta se alineó con el lehendakari, Iñigo Urkullu, y pidió que el detalle sobre los sectores que deben parar lo decida cada gobierno autonómico, que conoce la reali
“PEDRO SÁNCHEZ
Aquí no se cierra nada, sólo anticipamos los niveles de producción de la Semana Santa para doblar la curva del virus”
“IÑIGO URKULLU
Colaboración y cooperación no es imposición, pido lealtad recíproca; había otras opciones menos lesivas”
“QUIM TORRA
He dado todo el apoyo para aplicar el decreto, pero es una falta de respeto que aún no se haya publicado”
“ALBERTO NÚÑEZ FEIJÓO
Pedimos que en algunas industrias el cierre sea ordenado para que el botón de pausa no sea el de apagado”
“XIMO PUIG
Hay empresas que no se cierran apretando un botón, y la línea entre esencial y no esencial a veces es muy fina”
dad empresarial de sus territorios.
Feijóo se mostró desconcertado porque la semana pasada Sánchez defendió no restringir tan drásticamente la actividad como le pedían algunos presidentes, y él se puso de su lado. Pero siete días después, tiene que asumir lo contrario. No obstante, lo acatará solidariamente. A lo que se opone Feijóo es a un “cierre abrupto” de la actividad, dados los problemas que puede generar en diversos sectores, y por eso pidió poder hacer contribuciones al decreto antes de su publicación.
El presidente gallego abogó por una “paralización ordenada”, o incluso que el cese no sea total, porque “si se apaga Alcoa se puede provocar su cierre definitivo”, y cree que no se han medido bien las consecuencias. Feijóo teme que estas restricciones dañen el tejido productivo, porque “el botón de pausa puede convertirse en un botón de apagado para algunas empresas”.
Sin embargo, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, que se había mostrado partidario de un confinamiento mayor que el decretado en el estado de alarma, se unió ayer a las demandas de Feijóo y Urkullu para pedir el control de las comunidades en ese cierre de actividades no prioritarias, “porque tenemos un conocimiento muy cercano de nuestras empresas”. Propuso “hacer el apagón de manera razonable”, dejando la producción al ralentí, manteniendo un mínimo de actividad económica para poder “tirar hacia arriba cuando se levanten las restricciones”. Por su parte, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, reclamó “más tiempo” para el cierre empresarial.
En lo que todos los presidentes estuvieron de acuerdo fue en la demanda de más material, y en la queja por los retrasos en recibir los equipos de protección para el personal sanitario. Pero mientras Díaz Ayuso planteó sobre todo quejas y enumeró uno a uno los útiles recibidos frente a los que necesita Madrid, Feijóo, pese a expresar su preocupación por el suministro de material, se mostró comprensivo también con las dificultades de Gobierno central, lo mismo que Moreno, que aseguró comprender “lo complicado que es recabar el material”, a la vez que manifestaba su preocupación porque no llegue.
Entre los presidentes autonómicos del PSOE, también el valenciano Ximo Puig, pese a considerar “razonable” el decreto, reclamó que en su aplicación “haya una flexibilidad exigente”, de forma que se tenga en cuenta la diversidad productiva de la industria. “Hay empresas que no se cierran apretando un botón, y la línea entre actividades esenciales y no esenciales a veces es muy fina”, advirtió. Puig también reclamó que se active ya, como mecanismo de liquidez para las comunidades, un FLA extraordinario que financie el déficit del 2019. Sánchez aceptó una “lógica flexibilidad” en algunos sectores. Aunque advirtió: “El virus no atiende a pausas ni retardos”. El presidente de Castilla-la Mancha, Emiliano García-page, expresó su apoyo a Sánchez, pero advirtió: “No es lo mismo frenar que arrancar, y el trabajo de arrancar obviamente va a exigir el esfuerzo de todos”.
“La Unión Europea se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres”. (Artículo 2 del Tratado de la Unión Europea, firmado en 1992 en la localidad holandesa de Maastricht, hoy conocido como el Tratado de Lisboa, ciudad en la que se efectuó su tercera y última revisión, en el 2007)
“La Unión tiene como finalidad promover la paz, sus valores y el bienestar de sus pueblos”. (Artículo 3.1 del Tratado de Lisboa).
“La Unión fomentará la cohesión económica, social y territorial y la solidaridad entre los estados miembros”. (Artículo 3.3 del Tratado de Lisboa).
“En virtud del principio de subsidiariedad, en los ámbitos que no sean de su competencia exclusiva, la Unión intervendrá sólo en caso de que, y en la medida en que, los objetivos de la acción pretendida no puedan ser alcanzados de manera suficiente por los estados miembros, ni a nivel central ni a nivel regional y local, sino que puedan alcanzarse mejor, debido a la dimensión o a los efectos de la acción pretendida, a escala de la Unión”. (Artículo 5.1 del Tratado de Lisboa).
“El Parlamento Europeo y el Consejo, con arreglo al procedimiento legislativo ordinario y previa consulta al Comité Económico y Social y al Comité de las Regiones, podrán adoptar también medidas de fomento destinadas a proteger y mejorar la salud humana y, en particular, a luchar contra las pandemias transfronterizas”. (Artículo 168 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, uno de los cuatro documentos que configuran la constitución material de la Unión, actualizado en Lisboa en el 2007).
“La Unión y sus estados miembros actuarán conjuntamente con espíritu de solidaridad si un Estado miembro es objeto de un ataque terrorista o víctima de una catástrofe natural o de origen humano”. (Artículo 222 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea).
Son diversos los artículos de los tratados de la Unión Europea que podrían respaldar una acción mutual de los 27 para evitar el hundimiento económico de los países de la Unión más afectados por la pandemia del Covid-19. Compromiso de solidaridad. Acuerdo para promover el bienestar de los pueblos. Fomento de la solidaridad entre los estados miembros. Compromiso de luchar contra las pandemias transfronterizas,
Compromiso de actuar conjuntamente, con espíritu de solidaridad, si un estado o varios estados miembros son víctimas de una catástrofe natural. Y, sobre todo, el principio de subsidiariedad, que va de arriba a abajo, pero que, en casos de emergencia, también puede ir de abajo hacia arriba: la Unión se hará cargo de los objetivos fundamentales que los países no puedan conseguir por separado, a nivel central, regional o local.
En pocas palabras, la constitución material de la Unión Europea ampara a los países del sur de Europa a exigir una respuesta concertada ante el riesgo de un cataclismo geopolítico en los próximos meses. Se trata de una situación de emergencia que afecta a los fundamentos de la Unión. Se trata de una cuestión esencial, que debiera estar en manos de la Comisión Europea en tanto que guardiana de los tratados.
Si las negociaciones fracasan, estiman algunos conocedores del derecho europeo, la vía más pertinente sería hacer intervenir al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, con sede en Luxemburgo, por la vía de la cuestión perjudicial, que podría ser planteada por un tribunal nacional. [La vía que utilizó el Tribunal Supremo español para preguntar sobre la inmunidad parlamentaria de Oriol Junqueras].
Si se admitiese a trámite, la sentencia sería histórica.
Los países del sur de Europa podrían recurrir al Tribunal de Luxemburgo sobre la ayuda solidaria