De tratamientos experimentales (2)

La lucha contra la Covid-19 incluye fármacos antivirales, entre otras alternativas. Uno de los fármacos que se emplean es el remdesivir. Este fármaco fue desarrollado para combatir el virus del Ébola y otros virus relacionados (nada que ver con los coronavirus). Detiene la replicación del virus (evita que se multipliquen) mediante la inhibición de una enzima denominada RNA polimerasa. El remdesivir no resultó útil durante la epidemia de ébola en la República Democrática del Congo en el 2019. Un par de años antes había demostrado eficacia en el laboratorio y en animales de experimentación infectados por los coronavirus causantes del SARS y el MERS, las otras dos enfermedades graves producidas por estos virus. Todavía no disponemos de los que denominamos “datos duros”, pero se ha empleado ya en centenares de pacientes con Covid-19, mostrando algún beneficio. Hay varios ensayos en curso que podrían proporcionar pronto resultados preliminares. Está incluido dentro de las opciones de tratamiento del megaensayo Solidarity, patrocinado por la OMS. Para varios expertos parece el fármaco más prometedor. Se administra por vía endovenosa y su utilidad podría ser mayor si se emplea en fases iniciales de la enfermedad, lo que complica notablemente su uso potencial. Administrar un fármaco endovenoso en pacientes que llegan andando a la consulta con síntomas leves de la enfermedad, el 80%-85% de los cuales no desarrollará una forma grave de la misma, no parece la mejor opción.

También hay cierto escepticismo entre los expertos sobre la utilidad de la combinación lopinavir-ritonavir, un fármaco antiviral que inhibe la proteasa del VIH, el virus causante del sida. Esta combinación se ensayó en animales de experimentación y en algunos pacientes con SARS o MERS, con resultados difíciles de interpretar. En el primer ensayo clínico en pacientes con Covid19, realizado en Wuhan en 199 pacientes y publicado recientemente, lopinavir-ritonavir se comparó con la denominada atención médica estándar. Los resultados observados no fueron diferentes entre ambas pautas, aunque los autores resaltan que los pacientes estaban graves y el fármaco se administró en fases avanzadas de la enfermedad. También está incluido en el ensayo Solidarity. Como ven, nada es sencillo. No tenemos aún evidencias científicas suficientes para decidir cuál es el mejor tratamiento y para qué tipo de pacientes con Covid-19. Seguimos.