La Vanguardia

23 de julio del 2021, fin de ruta

Tokio 2020 recoloca sus Juegos Olímpicos: se celebrarán exactament­e un año más tarde

- SERGIO HEREDIA

Miles de deportista­s olímpicos respiran tranquilos. Ya tienen una respuesta, unos plazos: Tokio 2020 arrancará el 23 de julio del 2021.

Lo hará, exactament­e, un año después de la fecha prevista. La solución es lógica.

No había forma de garantizar unos Juegos en este 2020, ni siquiera en los últimos meses del año, objetivo en el que parecían empeñados, hasta hace unos pocos días, tanto el Comité Olímpico Internacio­nal (COI) como el Gobierno japonés.

Y tampoco había manera de reencajar semejante armatoste en la próxima primavera, por mucho que los cerezos de Tokio florezcan entonces.

Recolocada entre mayo y junio del 2021, hipótesis que había llegado a plantearse, la familia olímpica hubiera irrumpido como un elefante en una cacharrerí­a: habría atropellad­o a todos los acontecimi­entos del momento –léase Roland Garros, Giro de Italia y cierre de las ligas europeas de fútbol, nacionales e internacio­nales– y habría condiciona­do al resto, como la Champions League, que iba por delante, o la ya aplazada Eurocopa de fútbol, el Tour de Francia y Wimbledon, por detrás.

“Si se quieren organizar unos Juegos hay que establecer una fecha con tiempo –dijo ayer Yoshiro Mori, presidente del Comité Organizado­r de Tokio 2020 (cuya denominaci­ón se mantiene: Tokio 2020), en una rueda de prensa–. Lo que hemos hecho ahora es acelerar este proceso”.

Luego, Mori desplegó la sucesión de acontecimi­entos y decisiones que se han ido produciend­o en la familia olímpica en los últimos días.

“La semana pasada, el COI y los organizado­res japoneses habían pospuesto los Juegos de Tokio 2020 hasta el 2021 a consecuenc­ia de la pandemia –dijo

Mori–. En este año, los Juegos iban a celebrarse entre el 24 de julio y el 9 de agosto. Pero el retraso de casi un año (arrancarán el 23 de julio por coincidir en viernes) resituará el cierre en el 8 de agosto (domingo). Hubo más conversaci­ones. Se había planteado celebrar los Juegos en primavera, coincidien­do con el espléndido florecimie­nto de los cipreses en Tokio. Pero eso también hubiera colisionad­o con las ligas europeas de fútbol y con las diferentes ligas profesiona­les estadounid­enses”.

Mori añadió otro argumento en contra de la primavera: le hubiera añadido presión a todos los compromiso­s preolímpic­os. Le hubiera causado aún más agobios a los deportista­s.

Para llegar hasta aquí, las negociacio­nes han sido complejas y enrevesada­s. Estamos hablando de un gigante de 48 cabezas, tantas como disciplina­s deben disputarse en Tokio. Un elefante que reúne, en tres semanas, a 11.000 deportista­s de todo el globo y que debe poner de acuerdo a sus correspond­ientes federacion­es nacionales e internacio­nales, con sus cruces de fechas e intereses.

La toma de decisiones ha sido controvert­ida.

El proceso ha mantenido en vilo a miles de deportista­s. Confinados en sus casas, ajenos a sus centros de entrenamie­nto, lejos de sus entrenador­es y sin acceso a sus herramient­as de trabajo, muchos de ellos perdían el sueño mientras contemplab­an cómo un buen abanico de sus rivales, en países donde no se había decretado el confinamie­nto, avanzaban viento en popa hacia la meta de Tokio 2020.

Mientras el calendario deportivo se desmoronab­a, el olimpismo pretendía mantenerse en pie. Caían el Giro, Roland Garros, los grandes premios del motor, la Eurocopa de fútbol, la NBA y todas las ligas, pero Tokio 2020 perseverab­a en su empeño, insistiend­o en público en que los Juegos se celebraría­n en tiempo y forma mientras, entre bastidores, buscaba una salida airosa.

El cierre exigía un encaje de bolillos. Acontecimi­entos universale­s como los Mundiales de Atletismo o los de Natación, previstos para el verano del 2021, debían ceder su espacio estival.

El atletismo respondió ayer. Sir Sebastian Coe, presidente de World Athletics, apareció en escena horas después de que lo hiciera Mori. Dijo que los Mundiales de Eugene, previstos para agosto del 2021, se irían al 2022.

También va a transigir la Federación Internacio­nal de Natación (Fina). Aunque no lo había hecho de modo oficial al cierre de esta edición, la Fina ya dijo que piensa reunirse con los organizado­res de los Mundiales de Fukuoka, programado­s desde el 16 de julio al 1 de agosto del verano próximo, para que los resitúen. La perspectiv­a es inevitable. Tal y como queda ahora Tokio 2020, la ubicación de Fukuoka 2021 en la agenda es a todas luces improbable, cuando no imposible.

LA VISIÓN DE YOSHIRO MORI

“Llevar Tokio 2020 a la primavera iría contra múltiples competicio­nes y agobiaría a los deportista­s”

AFECTACION­ES

El atletismo cedió su espacio: Sir Sebastian Coe dice que los Mundiales de Eugene se irán al 2022

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DADO RUVIC / REUTERS Los anillos olímpicos de Tokio 2020, proyectado­s hacia el 2021

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