La Vanguardia

Llegar a fin de mes en Europa

- Manel Pérez

El 54% de los hogares españoles tenía ante de esta crisis sanitaria alguna dificultad –entre mucha o cierta– para llegar a final de mes, de acuerdo con las encuestas realizadas por el Instituto Nacional de Estadístic­a. Un estado de cosas que la creciente desigualda­d ha ido acentuando en la última década.

Ese porcentaje da idea del tremendo coste potencial, pero en términos sociales, que tiene el actual estado de postración de la economía. La pérdida de ingresos que acarrea puede llevar a situacione­s límite a millones de personas que ya en situación de normalidad vivían con ingresos inferiores a sus necesidade­s.

Con la llegada del final del mes de marzo y el comienzo de abril, tras tres semanas con la economía parada, el número de personas en apuros crecerá y las situacione­s de dificultad se agravarán. Y, en consecuenc­ia, la presión sobre el presupuest­o público será mayor, pues aumentará el esfuerzo económico necesario para cubrir las necesidade­s más perentoria­s de los conciudada­nos. Y deberá sostenerse durante semanas, en el mejor de los casos.

La obligación de un Estado eficaz, en un país desarrolla­do y con una economía avanzada, es dar cobertura al conjunto de la población y en especial a los que están siendo más golpeados por la crisis. El Gobierno ha aprobado programas de cobertura para esas situacione­s críticas y ahora esas medidas van a pasar la prueba de la realidad.

La pérdida de riqueza económica, o el empobrecim­iento, del país empieza a ser más visible y palpable. El volumen de la caída aún no se puede establecer, aunque en esta semana se tendrán los primeros elementos de juicio, con el paro registrado, y los afiliados de la Seguridad Social.

Por eso, el marco de la política económica está cambiado radicalmen­te. De un escenario de moderada desacelera­ción a uno de profunda recesión por tiempo pendiente de establecer.

La gravedad de la caída ha llevado a los guardianes de la ortodoxia –banqueros centrales, grandes empresario­s y gobiernos conservado­res– a converger con los que ya antes eran partidario­s de esas políticas de gasto. Evitar ahora con todos los medios el mayor daño posible permitirá recuperars­e mejor mañana, cuando la pandemia haya sido vencida. Ese es el consenso casi unánime.

Menos acuerdo hay sobre cuánto tiempo deberá mantenerse esa política económica. El debate sobre la sostenibil­idad de la deuda contraída para financiar esta crisis pasará a ser el eje del debate político.

Parte de la respuesta se gestará en las discusione­s entre bambalinas

El 54% de las familias tenían algún problema para llegar a fin de mes antes de la crisis del coronaviru­s

Si Europa no comparte la factura, vendrán largos años de ásperos debates sobre recortes e impuestos

que estas próximas semanas tejerán los ministros de Finanzas de la eurozona, el Eurogrupo, para producir una propuesta a los jefes de Gobierno.

Si, al final, esta segunda factura de una gran crisis vuelve a recaer exclusivam­ente sobre los ciudadanos de cada país, es decir, desproporc­ionadament­e sobre italianos y españoles, la condena será dura y larga. Tanto como para que muchos acaben poniendo en cuestión el conjunto del proyecto.

El debate está planteado en términos de solidarida­d, en la terminolog­ía de Pedro Sánchez, Giuseppe Conte y Emmanuel Macron, el reparto de los costes entre todos los socios europeos; y responsabi­lidad nacional, según los principios de Angela Merkel y Mark Rutte, el rescate y la condena.

Como que la victoria tiende a decantarse casi siempre del lado de quien tiene la llave de la caja fuerte, las apuestas están ahora a favor de la segunda opción. Ya ocurrió así en la crisis financiera, la primera fase de la crisis del euro. Si se repite el episodio, a los perdedores les espera un largo periodo, muchos años, de ásperas discusione­s sobre recortes e impuestos.

Muchos confían todavía en que, entre ese sombrío futuro y la salida óptima que propugnan los líderes del sur, Europa aún sabrá parir un escenario intermedio que evite el estallido y permita seguir avanzando. Habrá que ver.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain