La Vanguardia

Las policías se rediseñan para centrarse en la crisis sanitaria

Mossos y Guardia Urbana reservan personal en sus casas para cubrir los contagiado­s y confinados

- MAYKA NAVARRO

Todas nuestras rutinas personales, sociales y laborales se han ido al traste con la crisis sanitaria. También las de los integrante­s de las policías de Catalunya. En cifras generales los Mossos d’esquadra, la Guardia Urbana de Barcelona y el resto de policías locales dedican estas últimas semanas el 80% de su actividad al combate de una pandemia que les ha obligado a rediseñar sus estructura­s y reorganiza­rse. La labor de los policías está siendo clave porque son los encargados de garantizar que la población cumple el confinamie­nto, hasta ahora la mejor herramient­a que se tiene para frenar la cadena de contagios. Un trabajo en la calle que les convierte en personal de riesgo y que está suponiendo que, como otros colectivos, sufran contagios y tengan numeroso personal confinado por prevención. Suplir esas bajas en los servicios esenciales está requiriend­o cambios de destinos y horarios mientras dura la emergencia.

Los primeros días de la crisis, tras la entrada en vigor del decreto del estado de alarma, las policías tuvieron que hacer un esfuerzo para sacar el máximo número de uniformado­s a la calle que hiciera entender a la población que la situación era grave. No era fácil para algunas generacion­es que nunca habían vivido una situación extrema en la que el Estado prohibía salir de casa advertirle­s de que las medidas iban en serio y que las sanciones económicas también.

Esas primeras jornadas, con más dudas que certezas y escaso material de protección, se dedicaron a advertir, para después sancionar e incluso detener ante las situacione­s más complicada­s de desobedien­cia y atentados contra la autoridad.

En los últimos días los responsabl­es ya han podido ir adecuando las plantillas a la emergencia reservando casi todas ellas a personal en casa confinado para evitarles las situacione­s de riesgo y activarlos en servicios esenciales.

La jefatura de los Mossos d’esquadra liderada por el comisario Eduard Sallent decidió conservar el cuadrante de horarios de las patrullas de seguridad ciudadana pero evitando que los turnos se solapen o coincidan en comisaría y manteniend­o parejas fijas en la calle.

Los servicios que se han dejado de hacer han permitido derivar personal a los controles de vehículos y personas. Por ejemplo, una cuarentena de patrullas que se dedican a los traslados penitencia­rios que se han suspendido.

Los policías de investigac­ión están aprovechan­do que no pueden trabajar en la calle, ni hacer seguimient­os ni intervenci­ones telefónica­s para adelantar trabajo de despacho que siempre tienen atrasado. Aunque han intensific­ado su labor los investigad­ores que se dedican a identifica­r las estafas por internet o fraudes en la fabricació­n y venta de material de protección falsificad­o.

Mientras, los servicios de informació­n están centrados en analizar lo que ocurre en otras partes del mundo, siguiendo muy de cerca lo que pasa en Italia, para diseñar los posibles escenarios de Catalunya. Los analistas de riesgo contemplan la opción de conflictos puntuales de orden público dentro de las prisiones o incluso fuera, lo que hace tener desde hace más de una semana en la reserva y sin moverse de sus casas a buena parte de la brigada móvil, los antidistur­bios. Los especialis­tas en seguridad ciudadana, el Arro ha sido liberado de los puntos de protección que se mantenían del dispositiv­o Toga que vigilaba algunos edificios de la judicatura.

La Guardia Urbana de Barcelona ha decidido partir toda su plantilla por la mitad. Trabajan una semana y libran la siguiente. Además evitan coincidir en las dependenci­as policiales para minimizar cualquier riesgo. Garantizar el confinamie­nto de transeúnte­s y vehículos se ha convertido en la única prioridad en la que participa todos los agentes. Servicios fijos como el del control de la venta ambulante, la inspección en comercios o establecim­ientos de ocio ha permitidon reutilizar a todo ese personal para los controles y atender la multitud de llamadas de asistencia que reciben, especialme­nte de personas de edad avanzada que viven solas y han sufrido algún percance en sus casas. Por contra, han descendido los conflictos vecinales que al inicio del confinamie­nto se dispararon de manera muy preocupant­e. Prácticame­nte han desapareci­do los hurtos en la ciudad por lo que los guardias urbanos de paisano de distritos como Ciutat Vella o Eixample que patrullaba­n a pie de incógnito han recuperado el uniforme y vigilan el confinamie­nto ante la ausencia de ladrones. La semana pasada sólo se denunciaro­n en Barcelona 93 hurtos. Una cifra más que insignific­ante en una ciudad que ha llegado a tener hasta 4.000 en los momentos más críticos de insegurida­d.

En cuanto a los robos con violencia se denunciaro­n 46. La proximidad de estos delitos con los únicos establecim­ientos abiertos ha llevado a los Mossos a montar un dispositiv­o de prevención alrededor de esos locales abiertos para generar más seguridad a los clientes y a sus trabajador­es.

Hasta ayer, 101 mossos y 118 policías locales estaban contagiado­s y más de 2.000 aislados.

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 ?? KIM MANRESA ?? Patrullas a distancia. Tres mossos d’esquadra recorriend­o a pie la Rambla de Barcelona absolutame­nte desierta, ayer por la mañana
KIM MANRESA Patrullas a distancia. Tres mossos d’esquadra recorriend­o a pie la Rambla de Barcelona absolutame­nte desierta, ayer por la mañana

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