La Vanguardia

Uno de cada cuatro muertos por el virus vivía en una residencia

Los geriátrico­s lamentan que se han acordado muy tarde de ellos

- Javier Ricou Lleida

Uno de cada cuatro fallecidos por el coronaviru­s vivía en una residencia de ancianos. Son los grandes olvidados de esta crisis. En otros países europeos incluso no se les contabiliz­a como víctimas de la Covid-19.

Díaz Ayuso revela ahora que han muerto 3.000 ancianos en Madrid desde el inicio de la crisis

Son los más vulnerable­s y al mismo tiempo los más desprotegi­dos. En los diferentes frentes abiertos para combatir el coronaviru­s hay un flanco al que apenas se ha defendido en esta batalla. Es el batallón de los grandes olvidados: los usuarios de las residencia­s.

El drama que se vive en esos centros, la mayoría abandonado­s a su suerte, tendrá que ser explicado, y con mucho detalle, algún día. Hoy la falta de informació­n es tal, que resulta imposible saber cuantos ancianos ingresados en geriátrico­s de España han muerto por la Covid-19. Algunos recuentos hablan de más de tres mil fallecidos. Otras investigac­iones auguran que uno de cada cuatro muertos hasta ahora en España (y ya se pasa de los 10.000 fallecidos) vivía en un asilo.

Es como si las administra­ciones, todas, dieran por hecho –sin verbalizar­lo, eso sí– que la cara factura en vidas que esta pandemia se cobra entre la gente mayor fuera el menor de los males de esta pandemia. Una postura, salvando las distancias, que no variaría demasiado del mensaje de Donald Trump, quien se daría por satisfecho si se supera esta crisis con 250.000 muertos (sabiendo que la mayoría será gente mayor). O las iniciales declaracio­nes de Boris Johnson, cuando anteponía economía a muertes y comunicó a los británicos que tenían que prepararse para asumir que este virus mataría a muchos de sus seres queridos. Los más vulnerable­s, claro.

Otros países, como Bélgica o Holanda, han sido más claros en el discurso político. Los belgas aconsejan que se deje morir a los ancianos en las residencia­s para no saturar los hospitales. En Holanda se ha estimado que en estos momentos sería un gran error tratar de salvar a gente mayor a cualquier precio. Y en Francia o Alemania el drama de las residencia­s es como si no existiera. En esos países los ancianos muertos en geriátrico­s no constan en sus listas de víctimas por la Covid-19. Aunque Francia enmendó anoche ese olvido e informó de la muerte de casi mil ancianos en sus geriátrico­s.

“La pasividad e inacción de las administra­ciones con la gente mayor ingresada en asilos ha sido de escándalo”. El mensaje que se repite con independen­cia de la comunidad autónoma a la que se llame. El propio Quim Torra, president de la Generalita­t, reconoció ayer que ha habido fallos a la hora de informar sobre el tema. Prometió que esto iba a cambiar. La consellera de Salut, Alba Vergés, anunció por su parte que permitirán la salida de residencia­s de usuarios, sin hacer el test, si sus familiares piden llevarlos a sus casas.

Ahora todo son prisas. La opacidad (si no es desconocim­iento de las propias administra­ciones) a la hora de facilitar cifras fiables de la factura que la Covid-19 se ha cobrado en las residencia­s sigue siendo la misma, pero algunos políticos empiezan a mover ficha en otros frentes. En Madrid se ha asumido ya la gestión de una veintena de residencia­s y se ha iniciado, aunque sea a cuentagota­s, el reparto de material de protección al personal que atiende a esos ancianos. En Catalunya se van distribuir equipos por valor de 1,7 millones de euros, asegura Afers Socials. La Generalita­t, que ayer confirmó el fallecimie­nto de 551 ancianos en las residencia­s geriátrica­s este marzo, ha empezado a trasladar, asimismo, a usuarios de siete residencia­s de Barcelona a clínicas de mutuas. También se ha puesto en marcha un plan para reubicar a 140 ancianos en Girona.

Medidas que se aplauden desde los geriátrico­s. “Pero todo esto llega demasiado tarde”, sentencia Juan Vela, presidente de Lares, federación que tiene repartidas por España un millar de geriátrico­s sin ánimo de lucro con 54.000 usuarios. Esta entidad ha enviado –la primera, el 13 de marzo– dos cartas al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, alertando del drama de los geriátrico­s. “Sin respuesta”, se asegura desde Lares. En esas misivas se presagiaba que el virus iba a colarse en esos centros de mayores y que, sin medios para combatirlo, iba a quedarse allí. Es lo que ha pasado. Hay miles de ancianos, por no

ESTRAGOS CON LOS MÁS DÉBILES

En comunidade­s como Castilla y León el 92% de los fallecidos vivían en geriátrico­s

UN SECTOR MUY OPACO

Cuesta saber cuántos centros hay en España; serían 5.500, la mayoría privados

Salut permitirá que familiares de usuarios puedan llevarlos, sin hacer el test, a sus casas

decir decenas de miles, contagiado­s y se da por hecho que la cifra de óbitos entre esos usuarios no ha llegado, ni de lejos, a su particular pico.

Desde las residencia­s hace días, por no decir semanas, que se lanzan llamadas de auxilio. Los gestores de esos centros fueron los primeros en advertir que sus instalacio­nes “son hogares, no hospitales”, sin protocolos ni medios para proteger o aislar a los usuarios para protegerlo­s en una pandemia de estas caracterís­ticas. La sorpresa en muchos de estos centros es que ahora reciben visitas de inspectore­s de Sanidad –área que tenía que facilitarl­es medios para protegerse– para constatar si están haciendo bien las cosas.

Lo datos facilitado­s por las comunidade­s más transparen­tes con este drama son alarmantes. Una informació­n publicada ayer por El

Norte de Castilla revela, según datos de la Junta de Castilla y León, que el 92,5% de las personas muertas (641) en esa comunidad por la Covid-19 son de residencia­s.

La Comunidad de Madrid –con casos dramáticos constatado­s– hacía más de una semana que no informa sobre lo que ocurre en sus geriátrico­s. Eso cambió ayer. La presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, desveló en una entrevista en la Ser que desde el inicio de la crisis han muerto en esa autonomía alrededor de 3.000 usuarios de residencia­s. El triple de los 1.065 fallecidos reconocido­s hace siete días. Aunque Ayuso volvió a repetir que es imposible saber cuántos de esos óbitos han sido por la Covid-19.

Conociendo el sector de las residencia­s no tendría que extrañar este baile de cifras con la factura que el virus se está cobrando entre los ancianos. Saber cuántos de estos centros hay en España y plazas para usuarios es también complicado. Un informe del Consejo Superior de Investigac­iones Científica­s (CSIC) y el Centro de Ciencias Humanas y Sociales(cchs) y Envejecimi­ento en Red se apunta fiable. Aclara, eso sí, que sus datos “son una aproximaci­ón”. En España habría alrededor de 5.500 geriátrico­s (casi 3.900 son privados) y ofertarían cerca de 373.000 plazas.

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Residencia de ancianos Ronda de Dalt de Barcelona, en la que no se ha detectado ningún positivo por el momento
ÀLEX GARCIA Residencia de ancianos Ronda de Dalt de Barcelona, en la que no se ha detectado ningún positivo por el momento
 ?? ÀLEX GARCIA ?? Residencia Ronda de Dalt, en Barcelona, donde no se tiene constancia de momento de ningún contagio por coronaviru­s
ÀLEX GARCIA Residencia Ronda de Dalt, en Barcelona, donde no se tiene constancia de momento de ningún contagio por coronaviru­s
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain