Rodrigo Duterte
Presidente de Filipinas
Duterte ha dado luz verde a la policía para que dispare a matar a las personas que violen la cuarentena. En los barrios más pobres de Manila, donde la gente se busca la vida a diario para comer, es imposible vivir sin salir de casa.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha dado luz verde a las fuerzas de seguridad para que disparen a las personas que violen la cuarentena decretada para combatir el coronavirus. La medida está pensada para atajar los alborotos y saqueos que pueda haber en los barrios más pobres de Manila, donde la gente no come si no sale a la calle a buscarse la vida.
Policías, militares y autoridades municipales pueden “disparar a matar” si se ven implicados en una situación de violencia y sienten que su vida está en peligro, según comunicó Duterte el miércoles durante un discurso televisado. Al mismo tiempo, y para compensar a 18 millones de familias pobres, anunció un plan de 200.000 millones de pesos (3.700 millones de euros). Cada una de estas familias recibirá una renta de 90 euros.
La violencia es uno de los principales recursos políticos de Duterte. La utilizó contra pequeños delincuentes, incluidos niños, en Davao, el municipio del que fue alcalde antes de ganar la presidencia en el 2016.
Las ejecuciones extrajudiciales son desde entonces la columna vertebral de su lucha contra la drogadicción y el narcotráfico. Al menos 6.600 personas, la mayoría pequeños traficantes y consumidores en los barrios más paupérrimos, han muerto tiroteados en la calle por agentes con licencia para matar.
Las organizaciones pro derechos humanos temen que la Covid-19, que ya ha permitido a Duterte dotarse de poderes especiales, sea una excusa para recortar aún más el Estado de derecho. En Filipinas hay 2.311 casos y 96 fallecidos.