Darse cuenta de lo que está de más en la vida
Bailar, “aunque esté sola”. Durante la pandemia, Mireia Vehí busca evadirse del trabajo y de toda vicisitud mediante la escritura, la lectura y la música. Admite, sin embargo, que se aflige “al pensar en toda la gente que siempre está en peores condiciones”.
La diputada de la CUP en el Congreso pasa estos días confinada en Vilafant (Girona) con la familia. Sólo ha roto el cierre una vez, la semana pasada, cuando se desplazó a Madrid para pronunciarse sobre la prórroga del estado de alarma.
Son días diferentes en todos los aspectos. La videoconferencia ha sustituido al abrazo. “Cuando acabe el confinamiento, seguro que me pasaré muchos días abrazando a mi gente y visitando todas aquellas personas que estos días sólo veo por videoconferencia”, asegura Vehí.
Hay quien pone en duda que vuelvan los dos besos, los apretones de manos o los abrazos. Vehí tiene claro que hay cosas que cambiarán. A la fuerza. La diputada ve en esta “crisis profunda un cambio de paradigma forzado” en relación con “qué es trascendente y qué está de más” en la vida, la sociedad e incluso la economía. Son unos momentos en los que ha quedado patente “la fragilidad de la vida, la importancia de unos servicios públicos potentes y la necesidad de la colectividad para la supervivencia de las comunidades”.
“Para la gente, el mensaje es la esperanza. La cura nos la hacemos como podemos en el espacio privado, los ánimos nos los damos en los balcones por la noche, la valentía la tenemos cada vez que alguien tiene que salir a trabajar contra toda lógica”, explica mientras reclama a la gente que “se sindique y que se prepare”, porque de “esta crisis saldremos con esperanza si estamos organizadas y estamos dispuestas, desde la alegría rebelde, a no regalar nunca más nuestra vida a los índices de la bolsa que, hoy, parece que no entienden de vida sino de beneficios”.
Vehí intenta organizarse el trabajo con horarios, respetando horas de comida, descanso e incluso días “de fin de semana”, que parecen haber desaparecido. Pero es necesario un tiempo de asueto que pasa junto a libros y películas. De los primeros, ahora está con El ejército de los sonámbulos, de Wu Ming, y Eco de los pasos, de Juan García Oliver. En cuanto a películas recomienda Un lugar en el mundo ,de Adolfo Aristarain, y Baron Noir ,de Ziad Doueiri. Y tiene pendiente Los miserables, de Ladj Ly, y Parásitos, de Bong Joon-ho.