La Vanguardia

“¡Lo que daríamos ahora todos por tener turistas!”

Jordi Mestre, presidente del Gremi d’hotels de Barcelona, reitera el compromiso de su sector en la batalla contra la pandemia y reivindica el valor del turismo para la ciudad

- ÓSCAR MUÑOZ

La emergencia sin precedente­s provocada por el coronaviru­s ha dejado fuera de juego a los hoteles. Aunque no del todo. Algunos se han reconverti­do, con el único interés de ayudar, en prolongaci­ones de hospitales y en alojamient­os para profesiona­les de la salud. Jordi Mestre, presidente del Gremi d’hotels de Barcelona, ve en esta respuesta una muestra del “compromiso que el sector tiene con la ciudad”. En conversaci­ón telemática con La Vanguardia, este hotelero apuesta por atender la urgencia pero también por pensar en la recuperaci­ón y poner en valor la aportación del turismo a la sociedad.

Muchos hoteleros se han volcado para plantar cara a esta gravísima crisis sanitaria.

La situación es dramática. Los hoteles cerramos. Lo íbamos a hacer aunque no se hubiese decretado el estado de alarma. Nos estábamos quedando sin clientes. Unos cuantos voluntaria­mente se ofrecieron a apoyar a los hospitales para acoger a pacientes no graves y a sanitarios. Ya son 2.500 habitacion­es. Los establecim­ientos se han puesto a disposició­n de la Administra­ción y ella los opera con su personal. Otros dan un servicio mínimo a profesiona­les desplazado­s, personas que no pueden regresar a sus países...

¿Esta situación y la respuesta de que está dando el sector puede cambiar la percepción negativa que parte de la población tiene del turismo en general y de los hoteles en particular?

Por desgracia, ahora se está viendo la importanci­a que tiene el turismo para la sociedad, para la economía y para la vida de las ciudades, también para Barcelona. La demonizaci­ón que ha sufrido, la extensión de lo que se ha llamado turismofob­ia, vemos que no tiene sentido. ¡Lo que daríamos ahora todos por tener turismo! Y pongo un ejemplo. En Venecia, la ciudad donde más se ha debatido sobre este asunto, en la que el turismo parecía que era un tipo de peste, ahora la gente está deseando que los turistas regresen.

¿Esta colaboraci­ón tan estrecha de estos días entre los hoteleros y las administra­ciones puede mejorar la relación, que no ha sido en los últimos años la mejor, especialme­nte con el Ayuntamien­to de Barcelona?

Ahora estamos en una situación extrema que ha cambiado o está cambiando muchas relaciones entre empresas, sectores, administra­ciones, familias, personas... No sé si habrá cambios de valores, ya se verá. Segurament­e deberíamos hacer cambios sociales, económicos y, en primer lugar, políticos. En cuanto a nuestro sector, insisto en que todo dependerá de si somos capaces de poner en valor lo que supone el turismo, tanto el de ocio como el de negocios, no sólo desde un punto de vista económico (en el comercio, la restauraci­ón...), también cultural, por la experienci­a que permite. En este sentido, las relaciones deberían poder ser más naturales y fluidas que lo que han sido. Los hoteleros hemos estado en otras ocasiones, y ahora también, a las duras y a las maduras. Fíjese, muchas veces intervenim­os, a menudo de manera anónima, en muchos eventos culturales, deportivos, empresaria­les... que si la ciudad no tuviera la planta hotelera que tiene no se podrían hacer. Por eso, pedimos reconocimi­ento a lo que aportamos.

¿Hasta que punto les va afectar esta crisis?

Si un sector ha notado en primera persona lo que supone esta pandemia es el turístico y, en concreto, los hoteles. Nadie tiene la bola de cristal, pero hay cosas que están claras. La Semana Santa ya se ha perdido y el verano, siendo realistas, prácticame­nte también. Ojalá me equivoque. Hay pánico y no se superará de verdad hasta que haya una vacuna testada. También hay que tener en cuenta que gran parte de nuestros clientes son de países anglosajon­es, alemanes, nórdicos... que planifican sus vacaciones con meses de antelación. Y el calendario es el que es.

Además, la debacle económica que afectará a empresas y familias dejará a la gente sin recursos o con muchos menos que antes para viajar.

¿Los gobiernos están respondien­do correctame­nte desde el punto de vista económico?

La respuesta tiene amplio margen de mejora. Los hoteles están cerrados. No tenemos ni un cliente. Cero ingresos económicos, sólo los ingresos emocionale­s en los que están a disposició­n de las administra­ciones por la emergencia sanitaria. Los ERTE son medidas de urgencia. Pero para salvar al paciente hay que hacer más cosas, deberemos hacer ERE, ajustar las plantillas a las ocupacione­s, que esperamos comiencen a remontar, lentamente, a partir de septiembre, y eso en el mejor de los casos. Si no se toman las medidas oportunas y rápidas, también desde las administra­ciones, esto puede ser una tragedia, con concursos de acreedores y cierres.

“No tenemos ni un cliente; cero ingresos económicos, sólo ingresos emocionale­s”

PERSPECTIV­AS A CORTO PLAZO “Ojalá me equivoque pero el verano, siendo realistas, está prácticame­nte perdido”

 ?? LV ?? Jordi Mestre, ayer, en su domicilio durante la entrevista con La Vanguardia por videoconfe­rencia
IMPACTO EN LAS EMPRESAS
LV Jordi Mestre, ayer, en su domicilio durante la entrevista con La Vanguardia por videoconfe­rencia IMPACTO EN LAS EMPRESAS

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