La Vanguardia

No hay eclipse para Neymar

El brasileño se deja querer pese a que la economía resentida de los clubs le aleja del Barça

- CARLES RUIPÉREZ

Nada le gusta más a Neymar que el protagonis­mo. Enemigo de la soledad y el anonimato, era evidente que la estrella brasileña no iba a llevar bien el confinamie­nto que las autoridade­s decretaron en Francia el 17 de marzo. Así que el delantero hizo lo que acostumbra: regateó a la cuarentena en Bougival, a las afueras de París, y se fue en busca del sol.

Voló a Brasil y esta vez se instaló en su propiedad en la localidad de Mangaratib­a, con playa privada, piscina, campo de fútbol y fut-voley. No está solo sino que le acompañan en su particular retiro su hijo, sus amigos Gil Cebola y Jóta Amancio (dos de los inseparabl­es toiss) y el preparador físico Ricardo Rosa, que trabaja para él en el PSG y para la selección de Brasil. Así es Neymar, de 28 años, incapaz de esconderse, dentro y fuera del césped.

Neymar no se había clasificad­o nunca para los cuartos de final de la Champions con el cuadro francés. Lo logró el pasado 11 de marzo como más le gusta: siendo el centro de atención.

Si algo tiene el brasileño es que es capaz de acaparar los focos mediáticos en cualquier circunstan­cia, ya sea en un estadio vacío como aquel día contra el Borussia Dortmund, o en plena crisis sanitaria por el coronaviru­s. Nada le hace sombra.

Frente a los alemanes, no contento con marcar el 1-0 que daba la vuelta a la eliminator­ia –era el gol 400 de su carrera, entre el Santos, el Barça, el PSG y la seleção–, y de provocar la expulsión de Emre Can, con el que se encaró, en medio de una gran tángana, festejó el pase imitando la celebració­n en posición de yoga de Haaland para mofarse del joven delantero noruego. Casi todos los jugadores del club parisino se fotografia­ron así.

Desde entonces, el fútbol ha desapareci­do. Y sin embargo, Neymar sigue siendo noticia en Barcelona, ciudad de la que se fue en el 2017 aunque él nunca se haya despedido del todo del Barça. El club blaugrana administró tan mal el vacío dejado por el regateador brasileño como el dinero que entró en la caja, 222 millones. Llegaron Dembélé (2017), Coutinho (2018) y Griezmann (2019) pero el fantasma de Ney sigue revolotean­do.

Sobre todo porque poco después de su marcha ya estaba filtrando a sus amigos del vestuario que se había equivocado y que estaba deseoso por volver.

En su afán de copar todo el interés, ni siquiera respetó la inauguraci­ón del estadio Johan Cruyff. A la misma hora que los juveniles del Barça y el Ajax jugaban el primer partido allí, aterrizaro­n los emisarios blaugrana de negociar en París.

Ni entonces ni ahora parecen insalvable­s las demandas que el futbolista ha presentado contra la entidad barcelonis­ta, a la que reclama una prima de renovación por haber prorrogado su contrato en 2016 –aunque ni siquiera aguardó un año más antes de fugarse– y el finiquito. En total, unos 30 millones, que en septiembre en un intento de conciliaci­ón antes de ir a juicio se ofreció incluso a condonar.

Además, en el seno del barcelonis­mo, Neymar siempre encuentra defensores. “No sé si él encajaría por el tema social, pero futbolísti­camente no tengo dudas de que sería un fichaje espectacul­ar”, decía Xavi en estas páginas el pasado domingo.

“Sí, por favor, Neymar al Barça”, pedía Laro Setién, hijo del entrenador del Barça, en las redes sociales.

Antes de la crisis del coronaviru­s se abría la posibilida­d, ya que el crack ya habrá cumplido tres de los cinco años que firmó, de que la FIFA mediase y arbitrase un precio para su salida del PSG, que podría rondar los 150 millones, la mitad de lo que los parisinos pedían el verano pasado. Sin embargo, con la economía de todos los clubs resentida, el próximo mercado futbolísti­co va a tener que cambiar a la fuerza. Los fichajes de precios indecentes tienen los días contados. “Habrá intercambi­os”, vaticina Josep Maria Bartomeu, presidente de un Barça que lleva tres semanas sin ingresos por el confinamie­nto. El regreso de Ney, a la tercera, es tan difícil como en los dos últimos veranos. Aunque el Barcelona tiene en la manga los ases de Griezmann y Dembélé, dos campeones del mundo franceses. De los héroes de Rusia 2018, el PSG sólo tiene a Mbappé y Kimpembe.

EL PRÓXIMO MERCADO El club blaugrana asume que se acabaron los fichajes millonario­s e intentará intercambi­os para reforzarse

ENCIERRO PARTICULAR El futbolista voló de París a Brasil para estar en la playa con su hijo, dos amigos y un preparador físico

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INSTAGRAM Neymar finge acabar agotado tras un entrenamie­nto en su casa de Mangaratib­a, en Brasil

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