La Liga rompe con la AFE
Tebas insta a presentar ERTE y los jugadores sólo admiten recortes del veinte por ciento
Los clubs profesionales españoles y el sindicato de jugadores (AFE) acabaron ayer tirándose los trastos a la cabeza por sus posturas encontradas respecto a la reducción de sueldos que le pide Laliga a los futbolistas para compartir las pérdidas producto de la paralización de la competición por culpa de la pandemia de coronavirus. El organismo pidió a sus afiliados, los 42 equipos de la Primera y Segunda División, que presenten ERTE como la mejor medida para paliar las pérdidas.
La AFE llevó a cabo una reunión de urgencia por videoconferencia con los capitanes de los equipos de Primera y de ella salió una posición ya conocida: los jugadores no quieren que se les señale como insolidarios en este momento de crisis, dicen estar dispuestos a bajarse el sueldo, pero no en la medida en que quiere la patronal. Para los futbolistas, lo más importante en este momento es la salud y no entienden las prisas de la patronal para empezar cuanto antes y terminar la temporada como sea.
Según las cuentas de los clubs, las pérdidas podrían elevarse a 956 millones de euros en caso de no poder reanudarse la temporada; 304 millones si se completa a puerta cerrada y “sólo” de 156 millones si se acaba jugando con público, como sería el deseo de todos, aunque ahora mismo es la posibilidad más remota.
Después de cuatro tensas reuniones por vídeoconferencia, la última el jueves por la noche, y aunque tienen previsto volverse a reunir la próxima semana en la comisión de seguimiento orquestada por la Federación, Laliga reunió ayer a su comisión delegada y a primera hora de la tarde se descolgó con un duro comunicado en el que dice que “dado que las conversaciones con la Asociación de futbolistas españoles (AFE) se encuentran muy distantes, se hace necesario adoptar medidas a la vista de la grave crisis económica e instamos a los clubs afiliados a iniciar ERTE de reducción de jornada por causa de fuerza mayor habilitados por el Gobierno como mecanismo excepcional para evitar y paliar el impacto negativo que la Covid-19 está produciendo en el sector, y poder garantizar así su posterior recuperación”.
Laliga llama a esta medida “un ejercicio de responsabilidad necesario para preservar un sector que representa el 1,37% del PIB, y emplea cerca de 185.000 personas en España”.
En las primeras conversaciones exploratorias Laliga pidió a los futbolistas que asuman el 47% de las pérdidas de los clubs, lo que en dinero contante y sonante sería unos 450 millones, una cantidad que los futbolistas entienden del todo inasumible.
El sindicato de futbolistas organizó de urgencia en la tarde de ayer (lo tenía previsto para la semana que viene) una videoconferencia con los capitanes de Primera. Hoy lo hará con los capitanes de los equipos de Segunda.
De la reunión, y según fuentes de la AFE, quedó claro que entre los jugadores hay unidad aunque son conscientes de que cada club pactará los recortes que crea convenientes, ya que se trata de economías muy diversas.
La AFE trabaja en un escenario en el que va a pedir a sus afiliados que acepten un recorte salarial que sería en torno al 10 % si se reanuda la competición, aunque sea a puerta cerrada, y del 20% si se da por terminada. Lo que la AFE no quiere en ningún caso es que se produzcan ERTE de modo genérico.
El Barcelona y el Atlético han pactado con sus futbolistas una rebaja de sueldos mientras dure la crisis del 70 % y han presentado un ERTE para el resto de empleados. El Espanyol y el Alavés son los otros dos clubs de Primera que han anunciado un ERTE. El Betis y el Osasuna han decidido que no los harán pero ya han pactado una bajada de sueldo para sus jugadores (del orden del 20% del salario en el equipo rojillo). Otros muchos clubs, como el Valencia, están negociando con su plantillas.
La Federación ha convocado a la Liga y a la AFE a la reunión de la comisión de seguimiento el próximo martes.
LA POSICIÓN DE LOS CLUBS
La Liga insta a presentar ERTE porque los jugadores son reacios a los recortes de sus salarios
EL SINDICATO
Los jugadores no quieren que se les acuse de insolidarios y su mayor preocupación es la salud