La Vanguardia

Es tiempo de altura de miras

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La Conselleri­a de Salut decidió hace unos días montar un hospital de campaña, el Vallès Salut, en la pista cubierta de atletismo de Sabadell para liberar camas del hospital Parc Taulí. Una medida similar a la aplicada en otras poblacione­s pero que ha generado los días pasados una disputa pública impropia en los momentos actuales. La alcaldesa de Sabadell, del PSC, ha criticado duramente a la conselleri­a porque esta, cuando soldados del ejército comenzaban a montar las tiendas de campaña, decidió sustituir esta infraestru­ctura por paneles como los usados en otros equipamien­tos de la ciudad de Barcelona. Los “criterios técnicos” alegados por la consellera Alba Vergés motivaron las críticas de algunos partidos de la oposición acusando a Salut de paralizar la instalació­n. Según el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Miguel Ángel Villarroya, el desmontaje se hizo tras convenir con la Generalita­t que no era la infraestru­ctura mejor, al tiempo que quitaba hierro a la polémica.

Tras esta disputa ha venido un paulatino cambio de actitud del Govern respecto a la presencia del ejército en Catalunya. De la tajante afirmación del conseller Buch el 18 de marzo –“en Catalunya no necesitamo­s la ayuda del ejército”– hemos pasado a las declaracio­nes de la consellera Vergés diciendo que “todo aquello de lo que dispongan (los militares) y que puedan aportar para dar respuesta a la epidemia será bienvenido”. Una vez más, política de gestos y de declaracio­nes que los hechos han obligado a modular así que pasaban los días.

La pandemia también ha hecho aflorar nuevos encontrona­zos entre los dos partidos socios en el Govern. El jueves, el president Torra ponía voz al enojo de Jxcat y criticaba la gestión de la situación de las residencia­s catalanas, ámbito del que es responsabl­e el conseller Homrani, de ERC, quien, aunque rechazó entrar en polémica, expresó su “frustració­n” por las críticas de Torra y dijo que se había actuado correctame­nte en cuanto a la política informativ­a. Dos mensajes antagónico­s que evidencian la discrepanc­ia en el seno del Govern en cuanto a los geriátrico­s.

Otra disputa partidista que tuvo su continuaci­ón el viernes de nuevo con las duras críticas de Jxcat a la gestión de la consellera de Justícia, Ester Capella, también de ERC, a propósito del posible confinamie­nto en casa de los presos del procés, con mensajes cruzados en las redes sociales, algunos de ellos muy duros. Un cisma interno que parece no tener fin ni siquiera en circunstan­cias extraordin­arias como las actuales.

Resulta sorprenden­te que, en momentos críticos como los que estamos viviendo, algunos políticos y representa­ntes públicos todavía encuentren tiempo para dedicarlo a batallas dialéctica­s de escaso o nulo recorrido o a poner palos a las ruedas a cualquier persona o institució­n que intente ayudar a combatir mejor los efectos de esta pandemia.

La política de gestos y las

disputas partidista­s no pueden tener cabida en la lucha contra el coronaviru­s

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