Fútbol en años naturales
Temporadas de febrero a octubre como posible solución a un calendario perverso
La propuesta la lanzó hace más de diez días el presidente del Niza, Jean-pierre Rivère, pero nadie le hizo mucho caso: jugar las temporadas en años naturales, y no de agosto a junio como ahora. Pocas horas después se confirmó el aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio y la atención del mundo del deporte pasó a otro tema. Pero la idea de Rivère –que preside el Niza por delegación del multimillonario británico Jim Ratcliffe, por cierto– va sumando adeptos. Dice Rivère: “Mi proyecto busca soluciones para los próximos tres años, con el Mundial de Qatar 2022 en el horizonte. Se trata de adaptarse a la pandemia y a las fechas, desplazadas, [del 21 de noviembre al 18 de diciembre] del Mundial”.
En concreto, Rivère propone acabar la temporada actual con un margen mayor, hasta octubre o noviembre, y arrancar la próxima, 2021, para disputarla entre febrero y octubre. Un sistema similar en el 2022 permitiría encajar con más lógica el torneo qatarí.
Entre los que se han sumado a la propuesta, con más o menos matices, aparece ahora Iker Casillas. “La temporada actual se alarga y podría terminarse en diciembre y luego jugar en años naturales para adaptarse a las fechas del Mundial de Qatar”, explica el precandidato a la presidencia de la Federación Española. “Las finales coperas y de Champions y Europa League podrían ser en diciembre”, apostilla.
Un calendario en años naturales sería toda una revolución en las grandes ligas del fútbol europeo, donde históricamente se han jugado las competiciones desde agosto-septiembre hasta junio. Y lo que ni Rivère ni Casillas aclaran es cómo se regresaría a la normalidad una vez disputado el fastidioso Mundial de Qatar.
JEAN-PIERRE RIVÈRE
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Se trata de un proyecto pensado para tres años y adaptado a las fechas del Mundial de Qatar 2022”
IKER CASILLAS
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La temporada se alarga y las finales coperas y de Champions y Europa League podrían ser en diciembre”
LA UEFA
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Es falso que el presidente Ceferin haya marcado como límite el 3 de agosto, no hay fechas concretas de cierre”
JAVIER TEBAS
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Retrasar el final y empezar con año natural supone perder una temporada. ¿Qué pasa con los contratos?”
Una tercera voz de peso que ha intervenido en el debate es la del presidente del consejo directivo del Bayern Munich, Karl-heinz Rummenigge. Aunque su propuesta difiere ligeramente de las anteriores, parte de la misma premisa: hay que acabar la temporada cueste lo que cueste, aunque se alargue. Y si hace falta ir más allá del verano, adelante.
“Tenemos que jugar esta temporada a toda costa”, afirma el doble ganador del Balón de Oro. Explica que debe jugarse lo que resta “por razones de justicia deportiva, pero también para reducir los daños económicos”. En su propuesta, Rummenigge no va tan lejos y calcula que en invierno ya podría empezar la próxima temporada.
El asunto de las fechas y la adaptación del calendario al poscoronavirus es el gran debate en el fútbol europeo. Cualquier declaración es analizada y debatida hasta el punto de que la propia UEFA tuvo que intervenir urgentemente ayer para desmentir que su presidente, Aleksander Ceferin, hubiera marcado un límite infranqueable, el 3 de agosto, para cerrar la castigada campaña 2019-2020. Esta medida chocaba frontalmente con quienes se muestran favorables a competir hasta finales de año y la intervención inmediata de la UEFA mantiene abierta la puerta. “Es falso [que Ceferin hubiera marcado el límite del 3 de agosto]. El presidente ha sido bastante claro al no indicar fechas concretas para el cierre de la temporada”, señaló la UEFA, que mantiene conversaciones con la agrupación de clubs europeos (ECA) y las ligas para hallar la solución menos perjudicial para todos los intereses.
Aunque todas las partes implicadas entienden que no existe la solución mágica, también defienden su terreno con vehemencia, como suele ser el caso de Javier Tebas, que ha censurado con presteza la propuesta de Casillas: “Ya se han señalado nuevas fechas que nos van a permitir terminar la temporada”, razona el presidente de Laliga. “Retrasar el final y empezar con año natural supone perder una temporada. ¿Qué pasaría con los contratos de televisión, de los jugadores, firmados por varias temporadas, que suponen millones de euros?”. El fútbol, aunque muy lentamente, va entendiendo que el futuro será distinto.