Una llamada para la esperanza
El Espanyol se preocupa por la salud de sus abonados más vulnerables ante la Covid-19
Guillermo Casal recibió este fin de semana una llamada muy especial. Poco podía imaginarse el socio número uno del Espanyol que quien estaría al otro lado del teléfono sería uno de los capitanes del club de sus amores. “Hola, soy David López, jugador del Espanyol”. Atónito por esa presentación, una vez lo asimiló lo primero que hizo fue interesarse por el estado de salud de la plantilla, afectada una parte por el coronavirus, aunque ya recuperada.
–¿Estáis todos bien? –Hubo varios jugadores y miembros del cuerpo técnico que cogieron el virus, pero afortunadamente ya están todos bien y han pasado la cuarentena.
Casal se avanzó a David López cuando este último le explicó el motivo de la llamada. En estos días de confinamiento, el club blanquiazul se ha volcado en sus abonados pericos, sobre todo en los más mayores y, por tanto, los más vulnerables ante la pandemia que inquieta a todo el planeta. La misión es darles el cariño necesario para que puedan afrontar con fuerzas esta etapa en la que no queda más remedio que permanecer en casa.
Nacido en 1924, Guillermo Casal pertenece a una familia de larga tradición espanyolista. Sin ir más lejos, su hijo Sergio Casal, tenista que formó pareja de dobles con Emilio Sánchez Vicario y que, entre 1985 y 1995, consiguió ganar el US Open, Roland Garros y la medalla de plata en Seúl ‘88. El señor Casal las ha visto de todos los colores, pero no por ello deja de preocuparse por la situación actual del club y de la competición entre tanta incertidumbre. “La cosa está complicada. Hay bastantes incóg
David López, uno de los capitanes, telefoneó a Guillermo Casal, socio número uno del club
nitas con lo que va a suceder y estamos todos pendientes de cómo retomaremos la Liga”, le respondía el jugador.
Guillermo Casal vive solo, aunque comparte con su pareja estos días extraños mientras dure el estado de alarma. Es consciente de que “las noticias no son demasiado buenas”, aunque en su caso se encuentra bien. “No he notado ningún síntoma. Paso los días confinado, como todo el mundo”. El socio más antiguo del club desde la temporada 2013-2014 se mostró “encantado” con esa inesperada llamada. El canterano espera verle pronto en la grada del RCDE Stadium cuando se recupere la anhelada normalidad. Su apoyo, así como el del resto de los seguidores pericos, será crucial para intentar salir del pozo en el que se encuentra ahora el equipo, último y a seis puntos de la salvación. Quién sabe si este desagradable parón servirá para ver otra cara en el último tercio de la temporada. Guillermo no se contentará si al menos no se intenta. “Arriba, Espanyol. A ver qué hacemos, ¿no?”.