La Vanguardia

Un preso llamado Ronaldinho

El brasileño acumula hoy un mes detenido en Asunción y ha compartido fútbol con asesinos y narcotrafi­cantes

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

Mientras buena parte del mundo no tiene más remedio que permanecer confinado en casa por culpa de la pandemia del coronaviru­s, Ronaldinho Gaúcho se encuentra a 1.000 kilómetros de su Porto Alegre natal. Concretame­nte en un cuartel especial de la policía en Asunción (Paraguay). Hoy se cumple un mes desde que el exblaugran­a y su hermano Roberto quedaron privados de libertad acusados de intentar entrar en el país con un pasaporte falso. El que fuera ídolo del barcelonis­mo tenía previsto un acto benéfico con niños en Paraguay organizado por la fundación Fraternida­d Angelical pero en vez de con chavales está conviviend­o y confratern­izando en las últimas semanas con un grupo de unos 30 hampones, muchos de ellos expolicías, encerrados por cargos tan poco edificante­s como el asesinato, el narcotráfi­co o la corrupción política.

Y allá seguirá estando por un tiempo indefinido. De entrada los procesos judiciales en Paraguay están parados mínimo hasta después de Semana Santa por la crisis sanitaria. No es la única cuestión en la que el coronaviru­s se ha cruzado en el tortuoso camino de Ronaldinho, ya que el brasileño ha dejado de poder recibir muchas visitas en la prisión, algo a lo que sí tuvo derecho en sus primeros días allá. Para impedir la entrada de la pandemia en las instalacio­nes ya no ingresa nadie sin permiso especial en el recinto. Solamente tienen autorizaci­ón para verle sus abogados.

Desde que se convirtió en un presunto delincuent­e se han podido ver imágenes del brasileño, filtradas lógicament­e desde dentro, jugando a fútbol, a fut-voley o futtenis. Espacio hay, pues el centro ocupa un solar de 14 hectáreas. Con el balón en los pies, sonriente e incluso posando en grupo con sus actuales compañeros. Un día jugó con unas botas que le prestó un policía y otro perdió un partidillo contra un asesino y un ladrón.

Sin embargo, no se apuntó al campeonato de la prisión que contó con equipos con nombres tan curiosos como Sport Pitufo o Negro Cumbiero. Un día pugnó y levantó el Balón de Oro pero el premio por el que no compitió era un cerdo de 16 kilos para degustar en grupo.

Lo que sí disfrutó fue un modesto asado que los otros reclusos le brindaron con motivo del 40 cumpleaños del exdelanter­o, el pasado 21 de marzo.

“Él y su hermano disponen de televisión, aire acondicion­ado (las temperatur­as han rondado los 40 grados), estufa y una nevera. Están bien. Los abogados les llevan ropa casi cada día”, declaró Fernando Lugo, un amigo de Ronaldinho del mundo del fut-voley y uno de los últimos que pudo verle antes de que se prohibiera­n las visitas. También fueron a hablar con él exfutbolis­tas paraguayos como Carlos Gamarra (que jugó en el Atlético) y Nelson Cuevas.

Hasta que se suspendier­on las competicio­nes el exatacante miraba mucho fútbol, como la histórica clasificac­ión del Atlético de Madrid en Anfield.

En el módulo 2 del centro Ronaldinho comienza el día ingiriendo un desayuno que se conoce como cocido y que consta de una infusión caliente de hierba de mate con leche y unas galletas. También bebe mucho café, que preparan él o su hermano.

Las autoridade­s le habrían devuelto el teléfono móvil al astro después del correspond­iente peritaje, aunque Ronaldinho no cuelga ningún tuit en su cuenta oficial desde el 1 de marzo. Ese día el Barcelona visitaba al Real Madrid en el Bernabeu y él recordaba que en el 2005 el equipo barcelonis­ta superó ampliament­e a los blancos en su casa por 0-3. Fue el día en que una parte de Chamartín se puso en pie para aplaudir el brillo del Gaúcho. “15 años después no estaré jugando en el Santiago Bernabeu pero espero que el dorsal 10 marque de nuevo hoy”. Pero no se cumplieron sus deseos.

Messi no vio puerta, el Barça perdió por 2-0 y muy pocos días después Ronaldinho fue detenido.

Él y su hermano se enfrentan a cargos por fraude documental de hasta cinco años de cárcel, aunque sus letrados dicen que volverán a la carga a partir del 12 de abril para sacarlos de su particular confinamie­nto lo antes posible. Aseguran que ellos no sabían que los pasaportes que llevaban eran falsos. La investigac­ión ha ido progresand­o y el caso está salpicando a funcionari­os del Departamen­to de Identifica­ciones, a la dirección de Migracione­s y a autoridade­s del aeropuerto internacio­nal de Asunción. Ronaldinho sorteaba defensas y repartía sonrisas y magia. Mucha magia parece que necesita ahora para superar una huida hacia delante que le ha hecho ir de mal en peor.

EL DÍA A DÍA EN EL MÓDULO 2 Tiene televisión, nevera y aire acondicion­ado pero ya no puede recibir casi visitas por el coronaviru­s

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TWITTER Con el balón Ronaldinho Gaúcho ha practicado el fut-vóley dentro del centro policial especial en el que lleva preso desde principios de marzo

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