La Vanguardia

Los impagos y la falta de liquidez activan los planes de contingenc­ia

Las asegurador­as reducen drásticame­nte las coberturas de crédito comercial

- L. AGUSTINA

“La primera semana fueron los ERTE; la segunda, la búsqueda desesperad­a de financiaci­ón, y en la tercera llegaron los planes de contingenc­ia”. Así explica el socio director de un despacho de abogados su día a día desde que se declaró el estado de alarma a mediados de marzo.

Una vez consumado el cierre de la economía, con el cese de la actividad de producción o de servicios de centenares de miles de empresas, el paso del tiempo va agravando la ausencia absoluta de ingresos, el crecimient­o de los impagados y las tensiones de tesorería. Las empresas están al límite.

En tiempos así, la liquidez es lo más importante –cash is king como se empezó a decir en la crisis de 1987– y en eso están las compañías, aunque no sea fácil. Para empezar, porque las líneas ICO cubren, en general, una parte ínfima de las necesidade­s de las empresas. Y, ¿qué pasa con el resto? Hay que pagar a los trabajador­es, proveedore­s, suministro­s, préstamos a largo... y todo cuesta un mundo. “La banca llega a donde puede y las asegurador­as modifican los límites de riesgo y esto estrangula la poca actividad económica que sigue viva”, comentan desde uno de los principale­s brókers de seguros del mundo.

“Mientras tanto, la gente paraliza los pagos; el nivel de impagados es muy significat­ivo, brutal, y esto hay que ver cómo se gestiona”, añade Álex Solerlluró, socio de EY. Afortunada­mente para muchos, el estado de alarma ha puesto en cuarentena la obligación de presentar concurso cuando el consejo de administra­ción de una empresa conoce su estado de insolvenci­a. Y, si un acreedor insta un concurso necesario de un deudor, el procedimie­nto queda suspendido. Si no fuera por estas medidas, los concursos de acreedores ya se contarían por decenas de miles.

“La morosidad está absolutame­nte disparada porque nadie paga nada. Y, si no se paga nada, no se cobra”, admite Salvador Guillermo, director de Economía y secretario general adjunto de Foment del Treball. La patronal ha pedido una docena de veces una moratoria en el pago de impuestos, al menos para las empresas en paro forzoso. El Gobierno ha ignorado esta demanda. Pere Cots, director de consultorí­a estratégic­a y financiaci­ón de Pimec, explica que “sin saber cuándo se recuperará la normalidad, hacer un presupuest­o de tesorería es imposible”. Y añade: “Los problemas vendrán a partir del momento en el que se levante el estado de alarma”.

En muchos despachos grandes y medianos están ya pasando equipos del área mercantil al departamen­to de reestructu­raciones. Lógicament­e, unas empresas lo van a pasar peor que otras. “Las empresas que estaban ya tensionada­s o en fase de cumplimien­to del convenio de acreedores lo van a pasar fatal”, expone Alicia Herrador, socia de Augusta Abogados. “El que venía muy endeudado, este año se estampará”, coincide el director en Catalunya de una asegurador­a de crédito.

No son pocas las que están así. En los últimos años, el acceso al crédito ha sido casi ilimitado, tanto para las empresas que tienen el grado de inversión, como las que se mueven en el terreno del alto riesgo, con tipos de interés mucho más altos con la banca o los fondos de deuda que tanto han proliferad­o desde el 2014 en adelante. Los covenants –las cláusulas de los contratos de préstamo que activan la ejecución de determinad­as garantías en caso de incumplimi­entos de planes de negocio o resultados– están saltando más que los canguros. Sólo por eso ya hay decenas de empresas virtualmen­te en manos de los bancos o los fondos. Que decidan quedársela­s o no depende sólo de ellos, no de sus propietari­os.

La ventaja para estos últimos es que es tal la cantidad de casos que deben afrontar los acreedores que estos se verán forzados a buscar salidas negociadas antes que arrasar con todo. Por eso, el amplio abanico de los gestores de crisis –llamados a ser los profesiona­les más demandados del futuro inmediato– recetan calma. “La solución es acompañar a las empresas, ver si son viables y, en el caso de que lo sean, reestructu­rarlas”, sostiene Jordi Albiol, socio de DWF-RCD, que calcula que este proceso se activará dentro de un mes o dos. O sea, pasado mañana.

EL EFECTIVO ES EL REY Como en 1987, lo que decidirá quién sigue vivo no es la solvencia sino la liquidez

LAS MÁS AMENAZADAS

Las empresas que ya estaban tocadas o las muy endeudadas están en el disparader­o

 ?? DADO RUVIC / REUTERS ?? Cash is king, la liquidez es lo más importante, repiten las empresas en tiempo de pandemia
DADO RUVIC / REUTERS Cash is king, la liquidez es lo más importante, repiten las empresas en tiempo de pandemia

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