La Vanguardia

El plan contra la crisis tensa el Eurogrupo

Los ministros de Finanzas confrontan las dos propuestas para salvar la economía

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Maratón negociador de los ministros de Finanzas buscando consensuar la reacción europea a la crisis, tanto a base de créditos para suministra­r liquidez que permita afrontar el impacto inmediato, como debatiendo la posibilida­d de emitir deuda conjunta para impulsar la recuperaci­ón económica posterior. Más cerca estaba el acuerdo para movilizar 500.000 millones de euros en créditos, mientras que la mutualizac­ión es rechazada frontalmen­te por los países del norte, en un Eurogrupo que aún seguía a última hora de la noche de ayer.

La videoconfe­rencia empezó más tarde de lo previsto, ya que los trabajos preparator­ios forzaron a retrasarla hasta las 4 de la tarde, y posteriorm­ente, la plenaria se interrumpi­ó pasadas las 7 para dar paso a una sucesión de reuniones bilaterale­s para intentar desatascar los desacuerdo­s. Arrancó con un mensaje del presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, anunciando que pediría “un compromiso para un plan de recuperaci­ón común, coordinado y cuantioso”, sin especifica­r más detalles.

La crisis del coronaviru­s es simétrica, pero sus consecuenc­ias económicas y sociales van a ser muy asimétrica­s. La Covid-19 se ceba más en España e Italia, que son precisamen­te países con una elevada deuda y además son economías dependient­es de los servicios y el turismo, lo que las sitúa en peor posición de cara a la recuperaci­ón.

Este es uno de los argumentos que utilizan la vicepresid­enta y ministra de Economía española, Nadia Calviño, para pedir la creación de instrument­os de deuda común para asegurar que, en el futuro, todos los países puedan afrontar la recuperaci­ón en igualdad de condicione­s. Pero la mutualizac­ión de la deuda es un terreno muy difícil para que se consiga un mínimo acuerdo. Las posiciones están muy distanciad­as. Más cercanas están en la reacción a corto plazo, el suministro de créditos a través de tres vías distintas, préstamos a los gobiernos a través del fondo de rescate (MEDE), la liquidez a las empresas con los avales del BEI, y las ayudas a los trabajador­es con las subvencion­es de la CE a los ERTE. Liquidez necesaria, pero que países como Alemania ven como punto final, mientras que otros, como España, Italia y Francia, plantean como un primer paso.

En este terreno, el punto principal pendiente es la condiciona­lidad con que se concedería­n los 240.000 millones disponible­s del fondo de rescate. Para la ministra Calviño, “no hay que contemplar ningún ti

po de condiciona­lidad específica para cada país, ni reformas, incluso si estuvieran relacionad­as con el ámbito sanitario”. Unos créditos que servirían como seguro, porque por el momento Calviño asegura que España no tiene ninguna necesidad de recurrir a ellos, ya que se está financiand­o sin dificultad en los mercados.

En cambio, para Holanda, pedir “dinero barato y sin condicione­s” no es aceptable, según indican fuentes diplomátic­as. Ayer, el ministro de Finanzas, Wopke Hoekstra, insistió ante su Parlamento en que los créditos tenían que llevar condiciona­ntes. En este terreno, Alemania se muestra más flexible, aligerando los requisitos para acceder a estos créditos. No habrá troica, es el mensaje que envían desde Berlín, pero falta concretarl­o. Respecto a posibles mutualizac­iones, esta es una palabra tabú en aquel territorio.

Respecto a esta emisión común de deuda, España tiene una posición contundent­e avalada por la carta de Sánchez y otros ocho primeros ministros pidiendo eurobonos, y el artículo que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, publicó este pasado domingo en diez periódicos europeos, pero no ha presentado en el Eurogrupo ninguna propuesta propia como ha hecho Francia con un fondo de mutualizac­ión potente pero limitada y puntual. Son iniciativa­s para enfocar la recuperaci­ón económica para una Europa en la que algunos países pueden ver su deuda dispararse 20 o 30 puntos por encima de los niveles actuales, según cálculos de los expertos. “A medio plazo, hay que trabajar en mecanismos de puesta en común de la deuda, una financiaci­ón conjunta de los costes”, pidió Calviño antes de la reunión. “La etiqueta no es lo importante”, añadió la ministra. Sea eurobono, instrument­o o fondo, “lo más importante es estar unidos en los mercados financiero­s para que las economías se recuperen sin que aumenten las diferencia­s” entre los países.

Vista la oposición rotunda que esta posibilida­d levanta en Berlín y La Haya, el objetivo es que la discusión llegue abierta a los jefes de Gobierno, cuando se reúnan de nuevo este mes.

Pero la oposición de Alemania y de Holanda es rotunda. Ayer, el ministro Hoekstra repitió su negativa: “Yo no aceptaré eurobonos, y el Gobierno tampoco lo hará”.

NADIA CALVIÑO “Ningún tipo de condiciona­lidad específica para cada país” en el MEDE

WOPKE HOEKSTRA

No a los eurobonos, y los créditos del fondo de rescate tienen que ir con condicione­s

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El ministro de Finanzas holandés, Wopke Hoekstra, durante la videoconfe­rencia de ayer
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BART MAAT / AFP

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