La Vanguardia

Los viajeros procedente­s del extranjero sólo podrán llegar a cinco aeropuerto­s y se someterán a cuarentena

Las personas que llegan a España deben recluirse en su domicilio durante catorce días, pero varias no eran consciente­s al emprender su viaje

- JOSE POLO

El Prat de Llobregat

Ayer entró en vigor la orden del ministerio de Sanidad, publicada en el BOE del pasado martes, que obliga a las personas que llegan a España a pasar un período de catorce días de cuarentena recluidos en su domicilio o estancia. Sin embargo, varios de los que aterrizaro­n en aeropuerto de El Prat no eran consciente­s de esta medida para prevenir nuevos contagios de coronaviru­s. “¿Cuarentena?, no lo sabía, pero si tenemos que hacerla, se hará. Aunque hemos venido a trabajar. Me hice la prueba de la Covid-19 antes de salir de Grecia”, comentaba un tanto perplejo Elefthe, uno de los cuarenta griegos que llegó ayer por la tarde procedente de Atenas en un avión más bien vacío, aunque no tanto como el aeródromo barcelonés, de aspecto fantasmagó­rico en estos días raros. Parece de madrugada en El Prat, pero sin gente durmiendo por el suelo.

Felipe vive en Barcelona y llegó a casa procedente de Holanda después de hacer escala en Alemania. También se mostró desconcert­ado ante su nueva normalidad. “Nadie me había avisado previament­e de la cuarentena, pero si es lo que toca, pues es lo que toca”, se resignaba después de tomarse la temperatur­a al bajarse del avión y rellenar un formulario en el que informó de sus datos, identificó el lugar en el que va a llevar a cabo el encierro y respondió una encuesta epidemioló­gica. Únicamente podrá salir de su casa para comprar alimentos, productos farmacéuti­cos o por causas de fuerza mayor. En todo caso, siempre con una mascarilla en su rostro. Ante cualquier síntoma de padecer Covid-19 deberá informar a las autoridade­s sanitarias. Son las nuevas directrice­s para todos aquellos que llegan del extranjero.

“La medidas son razonables, es lo mejor para todos”, valoró Melisa, residente en Barcelona, que llevaba un mes y medio en Suecia visitando a su familia. Las agencias de viaje, los tour operadores y las compañías de transporte deben informar de las obligacion­es al inicio del proceso de venta de billetes. Pero todo se hizo oficial el martes.

“Conocí la cuarentena a través del BOE e informé a mi tripulació­n de ello”, explicó Felipe, marinero tras tres meses embarcado, procedente de Noruega y camino de Málaga, donde reside. “Se debería haber hecho una comunicaci­ón mejor, de la misma forma que cuando entras en un país te envían un mensaje de bienvenida al teléfono. Creo que tampoco debería ser tan complicado”, afeó. El capitán explicó que en Noruega no hay prácticame­nte medidas de seguridad, que al pasar por Alemania se encontró un panorama similar al de aquí pero “con menos policía”. “Me parece correcto que se tomen medidas de precaución”, remarcó.

Como Felipe, Jorge estaba en el penúltimo paso antes de llegar por fin a casa. “Ha sido una verdadera odisea”, confesaba con cara de cansado este cooperante de Médicos sin Fronteras, que llegaba de Sudán del Sur y todavía le faltaba subirse en un tren rumbo a San Sebastián para llegar a su población. “La embajada me informó de las medidas que iba a tomar el Gobierno, como la cuarentena”, aseguró. “Cada país opta por medidas diferentes. Antes de

Algunos pasajeros llegan por fin a casa después de vivir una auténtica odisea de varios vuelos

llegar aquí he tenido que esperar tres semanas para poder coger un avión e ir a la capital de Sudán del Sur”, recordó el cooperante, que ya vivió una cuarentena en el continente africano.

Otro largo viaje vivió Sergio, de Alicante. Ni más ni menos que encadenó cinco vuelos para llegar de Calgary, en Canadá, hasta Barcelona. “En ningún control me han tomado la temperatur­a. Eso sólo me lo han hecho aquí”, se sorprendió. “Mi cuñado me avisó ayer de todo el tema de la cuarentena”, confesó.

Ángel vivía en Suiza y, con la crisis del coronaviru­s, se quedó sin trabajo, así que decidió emprender el viaje de vuelta a Castellón. “Vivir allí es muy caro”, asumió. Él tenía pensado volar el próximo día 21 pero cuando vio que comenzaban a cambiar las restriccio­nes decidió anticipar su vuelta aunque saliese caro. “Los precios están subiendo”, dijo. “No entiendo muy bien lo de la cuarentena, parece como si en Suiza no se hayan tomado medidas de seguridad”, lamentó.

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MANÉ ESPINOSA Un pasajero procedente de Atenas llegando al aeropuerto de El Prat ayer por la tarde

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